El director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Alberto Saiz, remitió una carta directamente al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en la que daba parte de los fallos de seguridad que propiciaron los atentados del 11-M; fecha de la que ahora se cumplen 20 años y que cambiaron el curso de la historia de España. En su misiva, el jefe de los servicios de inteligencia denunciaba la falta de coordinación con el Ministerio del Interior, en general, y con Policía Nacional y Guardia Civil, en particular, en fechas previas a los ataques.
Alberto Saiz se dirige personalmente a José Luis Rodríguez Zapatero, a quien trata de 'tú'. Por el contenido de la carta se infiere que ambas partes abordaron el tema en un encuentro anterior, durante la cumbre de seguridad con motivo de la boda del entonces Príncipe de Asturias, hoy rey Felipe VI, y Letizia Ortiz -la ceremonia tuvo lugar el 22 de mayo de 2004, apenas dos meses después de los atentados-. La carta figura en el archivo facilitado por el exministro de Defensa José Bono a la Fundación Pablo Iglesias.
"Como quizá recuerdes, en una de las reuniones de coordinación que mantuvimos en Moncloa con motivo de la boda del Príncipe, me preguntaste si el CNI sabía algo de los grupos radicales de origen magrebí presentes en nuestro país. Te contesté que conocíamos algunas cosas pero no las suficientes".
Allekema Lamari
A renglón seguido, el director del CNI le comenta a Zapatero que el centro llevaba meses siguiendo los pasos de Allekema Lamari, a quien después se ubicó en el núcleo de coordinación de la célula terrorista que perpetró los atentados del 11-M. "Habrás leído bastantes noticias de él en la prensa nacional durante este verano", apunta Saiz Cortés. La misiva está fechada el 1 de septiembre de 2004.
"Pues bien, Allekema Lamari y sus dos lugartenientes, Abdelmajid Bouchard y Mohamed Afalah, han sido considerados por el CNI, desde un principio, personas muy peligrosas y dispuestas a ejecutar algún atentado en España -detalla-. La primera nota informativa al respecto fue comunicada al Ministerio del Interior el 6.11.2003, cuatro meses antes de producirse el atentado del 11-M".
A continuación denuncia los problemas de coordinación con este departamento y con las Fuerzas de Seguridad del Estado; en concreto, con los servicios de información de la Policía Nacional y de la Guardia Civil. El director del CNI asegura que los agentes de su institución consiguieron "por sus propios medios" localizar a estos individuos en Madrid, pese a que ya habían "reiterado insistentemente" al Ministerio del Interior la necesidad de "localizarlos y detenerlos".
Una vez obtenida la información sobre el paradero de estos sujetos -siempre siguiendo el relato de Alberto Saiz-, "ni la Policía ni la Guardia Civil dieron a este asunto credibilidad suficiente y nunca han realizado actuaciones dirigidas a su detención".
Pero las fricciones entre estas instituciones se habrían prolongado más allá del 11-M. Saiz Cortés señala que en la primera reunión de crisis posterior al 11-M a la que asistió el CNI, fechada el 16 de marzo -cinco días después de los atentados-, el Centro indicó que "una de las líneas de investigación prioritarias" debía ser Allekema Lamari, "asunto que hemos repetido desde entonces en todas las reuniones de coordinación".
También detalla cómo el 20 de marzo el CNI localizó los domicilios de los dos lugartenientes de Allekema Lamari, Afalah y Bouchard, en Leganés, trasladando toda la información a la Policía para "su busca y captura".
Saiz Cortés le dice a Zapatero que "sólo después del suicidio en el piso de Leganés y tras la aparición de nuevas pruebas" fue cuando la Policía vinculo "por primera vez" a los lugartenientes de Allekema Lamari con la célula suicida y los incluye entre los buscados.
Problemas entre CNI, Policía y Guardia Civil
"Si se identificara al séptimo suicida de Leganés y resultase ser Allekema Lamari, quedaría confirmada la hipótesis principal que el CNI ha mantenido desde los acontecimientos del 11-M en cuanto a la autoría del atentado -prosigue la carta-. En tal caso sería natural que se formulara una pregunta: ¿Qué hubiese sucedido de haber buscado con interés a este grupo durante los cuatro meses que precedieron al atentado?".
Además, asevera a Zapatero que "es muy conveniente que sepas" que el CNI se enteró "por los medios de comunicación" de que en un segundo vehículo encontrado en Alcalá de Henares y relacionado con el atentado aparecieron huellas de Afalah y ADN de uno de los suicidas, así como de la "aparición de huellas de Allekema Lamari en el piso de Leganés".
"No es compresible que la Policía no haya comunicado al CNI ninguno de estos importantes hallazgos, que sin duda refuerzan la tesis de que Allekema Lamari es el autor intelectual y jefe de la célula ejecutora del atentado. Únicamente cabría pensar que se ha intentado con ello marginar al CNI de una línea de investigación que inició él mismo, que al parecer va en la dirección acertada y que además es una investigación insuficientemente
valorada desde el principio por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado", denuncia.
Alberto Saiz asevera que se trata de "un problema de descoordinación" entre CNI, Policía y Guardia Civil, que "no sólo se producía en el pasado", sino "que sigue en el presente" y "perjudica muy gravemente a la seguridad de los ciudadanos y del propio Estado".
El entonces director del CNI asegura a Zapatero que no ha remitido "a nadie" ninguna copia de la carta y se ofrece para ampliarle "personalmente" la información contenida en la misiva.
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