Los graves incidentes violentos registrados las últimas semanas en Cataluña no han provocado una condena inequívoca por parte de los referentes independentistas. Lejos de levantar el pie del acelerador de la confrontación, líderes políticos, plataformas soberanistas o creadores de opinión han redoblado en los últimos días sus mensajes en los que justifican la violencia, incluso como una herramienta útil para la causa.
Han pasado dos años desde el referéndum ilegal del 1-O en el que el procés alcanzó su momento más álgido. El Tribunal Supremo contestó con condenas que van de nueve a 13 años de prisión para sus promotores y sumió el plan soberanista en una situación de colapso. Aquella sentencia consideró probado la existencia de violencia, no como un plan instrumental, pero sí como una herramienta de presión.
La diferencia entre aquel momento y este es que entonces los dirigentes políticos soberanistas hacían esfuerzos por reivindicar una supuesta "revolución de las sonrisas" que ahora se ve muy lejana. Desde el soberanismo ya no se minimiza la violencia, sino que se explica en una reacción a la acción represiva del Estado. Son muchas las voces que coinciden en esa ambigüedad ante los violentos como para considerarlo ya un exceso puntual.
ANC: "Hacen visible el conflicto"
Una de las más gráficas en los últimos días ha sido la máxima responsable de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), Elisenda Paluzie: "Son estos incidentes los que hacen que estemos en la prensa internacional de manera continuada estos días, es decir, que hacen visible el conflicto". Lo dijo en una entrevista en la televisión pública catalana TV3 donde añadió que la principal responsable es "la violencia del Estado" por condenar a un movimiento pacífico a penas de cárcel.
Uno de los condenados por el Tribunal Supremo es Jordi Sànchez, ex líder de la ANC. Entre los argumentos que usó la sentencia para imponerle diez años por sedición, los jueces destacaron que “recurrió a un tono incendiario en algunos de sus mensajes («han declarado la guerra»)". La Asamblea Nacional que dirige Paluzie ya había apuntado en ocasiones anteriores a un agotamiento del modelo tradicional de protesta y reivindicación en forma de manifestaciones en su inmensa mayoría pacíficas.
La gent demana accions diferents. Ja no es tracta de només fer les manifestacions que fèiem fins ara, haurem de fer un altre tipus d’accions que haurem de pensar. #RepúblicaAra
— Assemblea Nacional Catalana (@assemblea) March 25, 2018
“La gente pide acciones diferentes. Ya no se trata de sólo hacer las manifestaciones que hacíamos hasta ahora, tendremos que hacer otro tipo de acciones que tendremos que pensar”, dijo la cuenta oficial de Twitter de la ANC hace ahora un año y medio. La propia Paluzie ha llamado al orden a los partidos independentistas por alejarse, a su juicio, de la hoja de ruta de la independencia.
Junqueras: "Violencia es condenar a demócratas"
El mismo día que desde la ANC se valoraba la violencia como una herramienta válida para internacionalizar la situación en Cataluña, Eldiario.es publicó una entrevista al principal condenado del procés, Oriol Junqueras. Desde la cárcel de Lledoners, el líder del ERC se sumaba a esa medida equidistancia a la hora de referirse a las algaradas que ya han causado destrozos millonarios y cientos de heridos. "No me gusta que se queme un contenedor, pero violencia es condenar a un siglo de cárcel a demócratas por poner urnas", dijo.
Este discurso de legitimación de la violencia callejera llama ahora también con fuerza a las puertas del Congreso de los Diputados de la mano de la CUP. Este lunes, el partido antisistema presentó su candidatura a las elecciones generales. El número dos de la lista, Albert Botran, eludió condenar los ataques contra los agentes policiales del pasado fin de semana en Barcelona. Enmarcó esa “rabia” en una consecuencia de la violencia ejercida por la Policía durante el 1-O.
Restó importancia a las agresiones de los violentos con el rostro tapado. Para él solo fueron “algunos empujones”. Sin embargo puso el foco en la actuación de los Mossos d’Esquadra. "Esta es la violencia que hay que atender principalmente pidiendo responsabilidades, una investigación y dimisiones porque esto no puede continuar”, dijo.
CUP: "La policía es la culpable"
A su juicio, la policía es la culpable de esa “rabia” que se manifiesta desde hace días en Cataluña por su labor en el referéndum de hace dos años. Es habitual ver entre los congregados pancartas en alusión a las cargas de la consulta donde los agentes actuaron cumpliendo un mandato judicial. “1-O Ni olvido ni perdón”, rezan los lemas del independentismo.
El independentismo camufló con la pretendida "revolución de las sonrisas" su plan rupturista unilateral. Bajo esa puesta en escena se visualizaron manifestaciones multitudinarias y transversales. Aunque el independentismo mantiene poder de convocatoria en la calle, sus manifestaciones acusan un cierto desgaste. Tras las condenas del Tribunal Supremo, el soberanismo se encuentra a la deriva, sin un plan claro y más dividido que nunca.
Mientras tanto la violencia siembra el caos principalmente en Cataluña. Pese a que representan a una minoría, el independentismo institucional rehuye constantemente una condena enérgica. Y a ese discurso de justificación se le suman aliados indirectos como el Ayuntamiento de la alcaldesa Ada Colau. El lunes el consistorio barcelonés abogaba por cambiar la sede principal de la Policía Nacional en Cataluña, ubicado en la Vía Laietana, una de las calles principales de la ciudad condal.
El edificio de la Jefatura Superior de Policía Cataluña es uno de los objetivos principales de lo radicales violentos en sus concentraciones en los que acusan al cuerpo de ser una “fuerza de ocupación”. Fue el epicentro de la jornada más violenta registrada hasta la fecha tras la sentencia del procés.
Las fuerzas de seguridad, abandonadas
La propuesta del Ayuntamiento se entendió como un gesto hacia los violentos en lugar de un respaldo a los policías a los que les asiste el amparo legal de velar por el orden público. Cuando Ada Colau compareció como testigo en el juicio del procés describió la investigación en torno a la organización del 1-O y los registros judiciales como un clima de “estado de excepción”.
Las fuerzas de seguridad se han sentido desamparadas por sus dirigentes en Cataluña. Tras varias semanas de enfrentamientos que han causado destrozos valorados en millones de euros, cientos de heridos y detenidos, la respuesta de la Generalitat fue anunciar la apertura de una auditoría para analizar la actuación de los Mossos en las cargas contra los violentos. Desde el Govern que dirige Joaquim Torra se hizo especial hincapié en destacar el mensaje que se trataba de la mayor investigación interna de la Historia.
Mientras tanto, desde diversos medios de comunicación públicos y privados en Cataluña se alimenta ese discurso de equiparación entre los ataques de los violentos y la respuesta que reciben por parte de las fuerzas de seguridad del Estado. En algunos casos la descalificación de los policías ha ido más allá como en el programa de TV3 Està passant en el que se dio a entender que los Mossos son “unos perros agresivos y rabiosos”. La Fiscalía de Barcelona ha abierto una investigación por un presunto delito de injurias tras la denuncia presentada por sindicatos policiales.
Son muchos los ejemplos en los medios de comunicación, ya sea de televisión, radio o prensa, en los que se han vertido en los últimos días mensajes que acaban justificando la violencia. La Vanguardia, diario con mayor influencia en Cataluña, publicó el pasado viernes 25 de octubre una columna del profesor universitario Manuel Castells en la que describió así a los violentos que han sembrado el caos en las calles de Barcelona: “Se trata de miles de jóvenes catalanes que, como dijo una de ellas, han visto cómo pegaban a sus abuelos el 1 de octubre y quieren ponerse en primera línea”.
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