El pleno del Ayuntamiento de Barcelona ha aprobado este viernes el plan para regular los alojamientos turísticos de la ciudad, que prevé reducir esta actividad en algunos barrios del centro, en una votación nominal.
Ciudadanos ha pedido que la votación fuera nominal ante la convicción de que el plan tendrá consecuencias jurídicas y que carece de las suficientes garantías legales, un extremo rechazado de plano por la teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz.
Los quince concejales de BComú y PSC, los grupos de gobierno, y los cinco de ERC, han votado a favor de la aprobación y los tres de la CUP se han abstenido.
Los concejales de CiU, nueve ya que Mercè Homs se ha ausentado por motivos personales; los cinco de C's y los tres del PP han votado en contra.
Todos los grupos han reiterado en el debate los argumentos utilizados en las últimas semanas y han coincidido en la necesidad de regular la actividad de alojamiento turístico en la ciudad, sobre la que pesa una moratoria de suspensión de licencias en toda la ciudad desde el principio del mandato.
La intervención de la CUP, la más dura
Aunque los concejales de la CUP se han abstenido, la intervención de su presidenta, Maria José Lecha, ha sido la más dura, ya que ha acusado de "chantaje" al gobierno municipal y ha declarado "la guerra al crecimiento turístico y a los proyectos hoteleros" que seguirán adelante.
Lecha ha asegurado que la abstención de la CUP, que permite la aprobación del Plan Especial Urbanístico de Alojamientos Turísticos (PEUAT), "no es un visto bueno sino el resultado de un chantaje", porque el gobierno municipal ha planteado que si no se aprobaba el plan se levantaba la moratoria y se abocaba la ciudad "a la barbarie".
La presidenta del grupo anticapitalista ha llamado a la "lucha en la calle contra todos y cada uno proyectos" de alojamientos turísticos y ha asegurado que serán "la peor pesadilla" para sus promotores.