España

Garzón y Colau presionan a Irene Montero para que se aparte y Yolanda Díaz pueda 'sumar'

El ministro de Consumo y líder de Izquierda Unida asume que su ciclo en primera línea terminó. La alcaldesa de Barcelona no se presentará con Sumar y la vicepresidenta segunda pide a las caras de la izquierda que se pregunten si suman

Para entender el callejón sin salida aparente en el que está la izquierda española, basta leer las sentencias contundentes pronunciadas por sus dos máximos referentes. La primera es de Yolanda Díaz, la líder que quiere Sumar: "Le doy las gracias hoy a una mujer que suma, se llama Ada Colau, ha tomado una decisión [no concurrir en las elecciones generales]. También la ha tomado Alberto Garzón, que sigue sumando. Y desde luego creo que esta pregunta [¿sumáis?] hay que formulársela a cada persona".

La segunda es de Pablo Iglesias, el líder que sumó y después purgó: "El espacio político que fue Unidas Podemos vive en los juegos del hambre de una negociación que nada garantiza que acabe bien (...) El PSOE está convencido de que puede engullir el voto de UP y no dudará en usar un discurso más duro que el de Yolanda Díaz". La izquierda está en ebullición y el reloj avanza hacia el 9 de junio. Ese día, a las 23.59 horas, termina el plazo para que Podemos y Sumar lleguen a un acuerdo. El gran escollo, como contó este diario, sigue siendo el puesto y el lugar en la lista de Irene Montero. Pero los suyos, con sus renuncias, están marcándole la puerta de salida.

En efecto, la renuncia de Garzón y de Colau a sumarse al barco electoral de Yolanda Díaz el próximo 23 de julio, fecha de las elecciones generales adelantadas por Pedro Sánchez tras el batacazo del 28-M, es todo un dardo a la número dos morada y ministra de Igualdad. El mensaje está claro: los rostros que nacieron al albur del 15-M están quemados 12 años después. Y no tienen capacidad de aunar voluntades y atraer votantes. Montero no genera ilusión. Como tampoco Garzón o Colau. Pero Podemos está enrocado. El partido sigue defendiendo un trato "justo" y eso implica la presencia de su líder más reconocible en la lista de Madrid, la gran tarta por la que todos se pelean.

Un juego

Tanto Yolanda Díaz como Podemos están jugando. Los dos están dispuestos a apurar al máximo el plazo conscientes de que debe haber acuerdo. Todas las fuentes consultadas en el espacio político de Unidas Podemos y en cuartel electoral de Yolanda Díaz, en el ministerio de Trabajo, aseguran que habrá fumata blanca. Tres listas electorales en la izquierda frente a dos en la derecha garantizan un atasco de furgonetas de mudanza en las puertas de La Moncloa. En verdad, el adelanto de los comicios para renovar las Cortes Generales son también un propulsor para esa unidad que el presidente del Gobierno ha apretado. Sánchez no quiere más dolores de cabeza. Quiere acuerdo sí o sí.

La dirección estatal de Podemos es la que está negociando directamente la lista por Madrid, la más importante, con el equipo de Yolanda Díaz. Los morados asumen que ese es el gran lío, porque apenas tendrán números uno en las 52 circunscripciones electorales que componen el país. Y Montero, por lógica debe estar en ella. No así Ione Belarra, que reconocen las fuentes consultadas que tiene bastantes posibilidades de ir por Navarra.

El problema es que la vicepresidenta segunda no tiene intención alguna de situar a la ministra de Igualdad en puestos altos. Lo más probable es que lleve de número dos a alguien de su absoluta confianza. Suena el exalcalde de Rivas-Vaciamadrid Pedro del Cura, su asesor Rodrigo Amírola o el filósofo César Rendueles. Y a partir de ahí llega el maremágnum que debe negociar con Mónica García e Íñigo Errejón, las piezas clave de la izquierda en Madrid.

Objetivo achicharrar a Podemos

Pese a que Mónica García era teóricamente la encargada de levantar el 'frente amplio' en la Comunidad de Madrid, lo cierto es que la líder de la oposición a Isabel Díaz Ayuso pretende quedarse en el plano regional. De manera que es Errejón quien debe conectar Sumar con el resto de fuerzas regionalistas de izquierda: desde Chunta a Mes pasando por Compromís. Ese es el motivo por el que el líder de Más País tendrá, previsiblemente, un puesto destacado en la lista madrileña de Sumar. "Es que él suma", sintetiza a este diario una fuente conocedora de los entresijos de la izquierda a la izquierda del PSOE.

El problema es que los aliados territoriales de Yolanda Díaz quieren reflejar en las listas el peso en las urnas y dejar a Podemos contra las cuerdas. Pasaron de 47 diputados autonómicos a 14 y se convirtieron en extraparlamentarios en Madrid, Comunidad Valenciana, Canarias, Castilla-La Mancha y Cantabria. Pero ni por esas Podemos va rendirse. Quieren un acuerdo "justo". Porque, aunque reconocen que han sido quienes más han sufrido electoralmente el pasado domingo, como admitió Pablo Iglesias, ellos manejan una estructura territorial y de partido suficiente para ofrecer a Sumar.

En el fondo, lo que quiere Podemos es que no se repita el lío andaluz de hace casi un año. El primer experimento de frente amplio terminó como el rosario de la aurora, con los morados fuera oficialmente de la coalición por un "error" forzado por Más País e Izquierda Unida, que se quieren aprovechar de la debilidad de Podemos, especialmente tras la salida de Iglesias y el golpe del 28-M, del que los morados salieron especialmente debilitados. Y lo que no quiere Yolanda Díaz es que los egos partidistas arruinen Sumar. Ese es el motivo por el que les promete a todos el mismo peso y les agradece las renuncias. Falta por ver que Montero siga el mismo camino.

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