El comisario de la Policía Nacional, Carlos Salamanca, negó en su declaración en la Audiencia Nacional haber recibido regalos a cambio de dar trato de favor a un amigo suyo desde su puesto de responsable de la comisaría del aeropuerto de Barajas. Según relató, un año llegó a tener un millón de euros, pero fue por ganar la loteria y porque antes recibió otros 200.000 euros al ser atropellado en acto de servicio. “Parece que es delito que me toque la lotería”, llegó a quejarse ante las preguntas del juez Diego de Egea.
Salamanca fue detenido el pasado noviembre en el marco de la ‘operación Tándem’ junto a su compañero y amigo José Villarejo. Ambos mandos daban nombre a esta investigación impulsada por la Unidad de Asuntos Internos de la Policía Nacional. Salamanca estaba acusado de organización criminal, cohecho, blanqueo de capitales y delito contra los ciudadanos extranjeros.
Buena parte del interrogatorio al que ha tenido acceso Vozpópuli giró en torno a la relación con su amigo, el empresario Francisco Menéndez Rubio. En un momento dado, el juez le preguntó acerca de “tres relojes de lujo” que, según las pesquisas, recibió de este empresario valorados en 80.000 euros y que se pagaron a cargo de una sociedad mercantil.
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Un Rolex de oro
“Con motivo del sorteo de la Lotería de Navidad del año 2012 fuimos agraciados. Tocó en una empresa llamada Time Force. El dueño era Valentín López Pombo y cuando falleció ejerció las funciones de consejero delegado su hijo. Yo intercambiaba siempre lotería con él y en una comida intercambiamos dos recibos y Paco (Menéndez Rubio) que estaba allí conmigo también cogió dos décimos y fuimos agraciados. Con motivo de esta lotería a los dos o tres meses me llegó con un Rolex con la esfera verde, todo de oro”, narró Salamanca en el Juzgado.
El mando policial contó que su amigo le dijo: “compadre, si hay alguna vez necesitas dinero el único reloj que te van a coger en cualquier sitio es un Rolex y con motivo de mi lealtad, amistad y cariño te doy este reloj y te pido que no lo vendas salvo que tengas una necesidad muy fuerte”. “Evidentemente como le habían tocado 800.000 euros en la lotería, porque era mi compadre y por la forma en la que me lo dijo lo admití sin ningún género de dudas”, añadió Salamanca en su declaración.
La Fiscalía sospecha que desde su puesto en la comisaría del aeropuerto le dio trato de favor a cambio de dádivas y regalos a su amigo Menéndez Rubio, que tenía negocios en Guinea Ecuatorial. Entre las acusaciones de la Fiscalía se incluía la expedición irregular de visados para los contactos de su amigo o la introducción de dinero de origen desconocido desde el país Africano a través de Barajas.
Un palco en el Bernabéu
Uno de estos agasajos del empresario al policía bajo el foco de la investigación era un palco en el estadio Santiago Bernabéu con capacidad para algo más de 15 personas. Salamanca admitió tener conocimiento de este palco, pero negó haberlo disfrutado nunca porque, según alegó, él es del Atlético de Madrid. “Tengo que decirle que en ninguna ocasión he estado en ese palco. Todo el mundo sabe cuál es mi tendencia en el ámbito deportivo, que soy seguidor del Atlético de Madrid”. El club colchonero volvió a salir a colación durante el interrogatorio porque el mando se prestó a que analizasen su teléfono móvil y para ello explicó que el pin de seguridad es "1903", año de fundación del conjunto rojiblanco.
Para ahondar en sus explicaciones, Salamanca destacó sus relaciones con la directiva de su equipo: “Las únicas veces que yo acudía al Estadio Santiago Bernabéu era cuando jugaba el Atlético de Madrid y era invitado por la directiva del Atlético de Madrid porque me une una grandísima amistad con Miguel Ángel Gil, consejero delegado del Atlético de Madrid, con el presidente, Enrique Cerezo, y con el vicepresidente, Antonio Alonso".
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Diferencias entre el juez y los fiscales
Pese a las sospechas de delito de la Fiscalía, el juez del caso archivó el pasado 18 de julio lo que afecta a este comisario, a su esposa y a su hijo, también investigados por beneficiarse de regalos, desde un viaje a Londres valorado en 15.000 euros a dinero en metálico. El magistrado considera que no existe un mínimo indicio revelador de la participación de los investigados en los delitos imputados en la querella de la Fiscalía, que ya ha recurrido esta decisión. Fuentes de la investigación advierten de las discrepancias que empiezan a surgir entre el magistrado y el Ministerio Público en todo lo que afecta a investigación.
Salamanca aprovechó para culpar de estas imputaciones a la Unidad de Asuntos internos que dirige las pesquisas a la que acusó de tenerla "animadversión". Se quejó de que desde el año 2012 está siendo investigado por la Audiencia Nacional y vivir “con la lupa encima”. Se refería a la ‘operación Emperador’ en la que se le vinculó con una trama china liderada por Gao Ping, unos hechos en los que también resultó absuelto. Pidió aportar una conversación en la que el exjefe de Asuntos Internos Marcelino Martín Blas pidió celebrar con "una botella de vino" su cese como consecuencia de aquella acusación.
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“El jefe de Asuntos Internos no está, pero los investigadores que están investigando junto con el Ministerio fiscal son los mismos -protestó- y como en aquel momento salí con sobreseimiento libre y definitivo sin que afecte a mi reputación tanto personal como profesional pues no sé si esto es la segunda parte, pero sí que quiero hacer hincapié en que el Departamento de Asuntos Internos no sé por qué tiene esa animadversión, es que no lo puedo entender”.
En la causa principal la Audiencia Nacional todavía investiga a su amigo Villarejo por la elaboración de un documento conocido como informe King. Tenía el objetivo de desprestigiar a uno de los hijos del presidente guineano, Teodoro Obiang, llamado Gabriel. Según las fuentes consultadas, Villarejo negó ante el juez que ese trabajo tuviese el objetivo de lucrarse o blanquear dinero, sino que formaba parte de una estrategia para ensalzar a otro hijo del presidente local, también llamado Teodoro, conocido como Teodorín. De todo ello tenía pleno conocimiento el CNI, según Villarejo.
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