España

La complicada elección del sustituto de Moix al frente de Anticorrupción

Al Gobierno le salió mal la jugada de designar al fiscal Manuel Moix como jefe de la Fiscalía Anticorrupción para "poner orden". Ahora, tiene la situación se ha complicado porque consideran que los "malos han ganado" ya que Moix se tuvo que ir la semana pasada por la puerta de atrás tras un mandato tan fugaz como polémico. 

Una vez que el Gobierno se ha llevado el revés de la salida del fiscal Manuel Moix de la jefatura de Anticorrupción, ahora toca designar a su sucesor después de que el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicara este fin de semana su cese. 

Fuentes fiscales consultadas por Vozpópuli, explican que en el plazo de un mes habrá previsiblemente nuevo jefe de Anticorrupción ya que este nombramiento irá probablemente en el orden del día del Consejo Fiscal que se celebrará este mes de junio. Sin embargo, aunque las quinielas están abiertas nadie se atreve a asegurar con certeza quién va a ser el fiscal que ocupe de nuevo este delicado cargo. 

Desde el Gobierno se piensa que nombrar a uno de los candidatos que fueron descartados en una primera elección sería asumir el "error" de haber designado a Moix para dirigir la Fiscalía Especial contra la Corrupción y el Crimen Organizado. Es altamente probable que el fiscal Anticorrupción Alejandro Luzón o la teniente fiscal de este órgano Belén Suárez vuelvan a pedir dicha plaza. 

Una gran parte de la Carrera Fiscal sostiene que si ahora el fiscal General del Estado, José Manuel Maza, se decanta por la designación de Luzón sería una forma de "reconciliarse" con muchos de los fiscales que integran la misma y que han vivido con estupor el daño cómo los escándalos en torno a Moix han perjudicado a la imagen de la Fiscalía en general. 

Sin embargo, otras fuentes consultadas sostienen que -aunque todavía no hay nombres- el elegido puede ser un fiscal nuevo que no figurase entre los anteriores peticionarios. Las mismas fuentes subrayan la dificultad del puesto donde ya ha quedado en evidencia que no es tarea sencilla "lidiar" con los miembros de Anticorrupción. De momento, todas las opciones están abiertas. 

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