El Gobierno de Pedro Sánchez pagó a Polonia 2,4 millones de vacunas de Pfizer a pesar de tener contratadas 254.123.179 millones de dosis a través de los acuerdos bilaterales de compra anticipada firmados por la Comisión Europea.
El Ministerio de Sanidad no ha informado de esta operación públicamente, a pesar de que el coste de la compra superaría, como mínimo, los 37 millones de euros, si cada dosis se comprase al menor precio al que ha estado Pfizer (15,5 euros).
De haberse adquirido al precio por el que Pfizer infló en su último contrato con la Comisión Europea (19,5 euros la dosis) al desaparecer uno de los actores de la competencia (AstraZeneca), estaríamos hablando de una inversión pública de 46,8 millones de euros.
Llama la atención que operaciones como esta, llevadas a cabo con dinero público, no hayan sido justificadas por parte del Gobierno. Ni siquiera, anunciadas. El único indicio público de que España ha comprado dosis a terneros países radica en una nota a pie de página en los informes de vacunas del Ministerio de Sanidad, donde tampoco se detalla la cantidad de dosis, ni el precio que han costado, ni los países a los que se han adquirido.
Polonia ha vendido dosis a diversos países, además de España, como ha reconocido públicamente el jefe de la Cancillería del Primer Ministro, Michał Dworczyk; a Australia un millón de dosis; a Portugal 0,6 millones y a Noruega un millón (en este caso de Moderna). Polonia ha llevado a cabo la venta de estas vacunas al no contar con salidas claras en su propio país ante la desconfianza de los antivacunas.
Opacidad con las vacunas
La compra de vacunas al margen de los acuerdos de la Comisión Europea es algo que se ha tornado en habitual entre los países de la UE. Lo que no es tan común es la falta de transparencia sobre la cantidad de dosis compradas y su procedencia.
España mantiene un silencio que no es compartido en países como Alemania, que fue de los primeros Estados en anunciar una compra de vacunas al margen de la UE. En concreto, 30 millones de dosis adquiridas directamente a la compañía a principios de 2021.
También ha habido movimientos de dosis entre países, pero todos con carácter público, al contrario que en el caso español. Así, Rumanía ha vendido a Dinamarca más de un millón de vacunas de Pfizer contra la covid, y otro millón a Irlanda (700.000 de Pfizer y 300.000 de Moderna).
República Checa compró más de 300.000 dosis a Hungría, al igual que Portugal, que ha comprado a este mismo país 200.000 dosis de AstraZeneca. Alemania, por su parte compró 50.000 viales de AstraZeneca a Dinamarca.
Vacunas que caducan
En estos momentos, el Ministerio de Sanidad cuenta con más de dos millones de vacunas pendiente de entrega, es decir, a la espera de ser repartidas en los almacenes de la Agencia Española de Medicamentos (Aemps).
En las propias comunidades autónomas, hay más de cinco millones de vacunas esperando destinatario. Estamos hablando de siete millones de vacunas en los congeladores y todavía están por llegar más de 140 millones de vacunas.
Parece claro que vacunas en España no hacen falta. Más bien al contrario, sobran. Los especialistas en Inmunología y Salud Pública consideran que no hay suficiente base científica para justificar una tercera dosis en la población general, pero es que incluso si esa tercera dosis se lleva a término, seguirían sobrando más de 120 millones de vacunas.
Una de las razones que podrían justificar la decisión del Gobierno es la necesidad de acelerar la llegada de dosis en julio y agosto para tener sotck suficiente de cara a cumplir con la promesa de tener al 70% de la población vacunada al final del verano. Vozpópuli ha intentado aclarar este punto con el Ministerio de Sanidad sin obtener ninguna respuesta.
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