Valencia lleva tres décadas intentado, sin éxito, que se afronte el soterramiento de las vías a su paso por Serrería, un proyecto clave para acabar con el cuello de botella del Corredor Mediterráneo y para poner fin a la división de barrios de la ciudad. Adif sigue demorando esa cuestión mientras que avanza significativamente en proyectos similares, e incluso de mayor envergadura, en Cataluña.
Las quejas de la alcaldesa de la capital del Turia, María José Catalá, han sido constantes desde que tomó la vara de mando hace ahora un año por este retraso en el proyecto. Ahora se acrecientan por lo que entiende como una nueva muestra de que la pretendida 'singularidad' de Cataluña a la hora de obtener financiación del Estado se extiende también a la hora de afrontar la eliminación de las vías del tren en superficie por parte de Adif.
1.600 millones en Cataluña
La celeridad que ha mostrado el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible que lidera Óscar Puente en el área metropolitana de Barcelona contrasta con su remoloneo a la hora de atender la petición de la capital del Turia para solventar un problema histórico.
Adif tiene en marcha en Cataluña el soterramiento de las vías en Montcada y Reixach, con la construcción de una nueva estación, que tendrá un coste de 621 millones de euros.
No es el único proyecto que se ha abordado en los últimos meses, ya que el Gobierno de Pedro Sánchez, en plena sintonía con ERC y Junts por necesidades de aritmética parlamentaria, también se ha implicado costeando la integración urbana del tren en Sant Feliu de Llobregat que vendrá acompañada de una nueva estación con un presupuesto de 120 millones de euros, al igual que sucederá en Granollers (21 millones de euros),
También en Figueres se ha optado por sacar el trazado del ferrocarril por fuera de la localidad para trasladar la actual estación junto a la que tiene el AVE.
El proyecto más emblemático de Adif –que ha cogido velocidad de crucero en Cataluña– es el de L'Hospitalet de Llobregat que permitirá soterrar los dos itinerarios de vías del ferrocarril que atraviesan este municipio. Su presupuesto superará los 1.000 millones de euros. Ya hay un proyecto básico y un estudio informativo que permite coordinarse a las distintas Administraciones y dar pasos sólidos.
Cofinanciación en Bilbao
Bilbao también ha alcanzado un acuerdo para cofinanciar con Adif el soterramiento del ferrocarril en el barrio de Olabeaga. Es un proyecto que integra la línea férrea Bilbao-Santurtzi de Cercanías de Renfe. En este caso la empresa pública estatal se implicará costeando 48 millones de euros de los 88 que supondrá esta obra.
Los objetivos de esta última actuación, como sucede en el caso de los proyectos catalanes, es mimético al que se reclama en Valencia con las vías a su paso por Serrería y que no son otros que mejorar la funcionalidad ferroviaria, minimizar el efecto barrera de su trazado al paso por los diferentes barrios y liberar los suelos necesarios que permitan la regeneración en superficie.
Reunión el día 27
Catalá envió una carta a Óscar Puente el pasado mes de enero que no fue contestada. Más tarde en la celebración de unas paellas en Valencia el pasado mes de marzo, el ministro emplazó a la alcaldesa a que hablara del tema con la secretaria general de Transporte Terrestre, Marta Serrano.
El próximo día 27 se ha fijado, tras meses de retraso, una primera reunión en el Ministerio de Transportes con la secretaria general, el concejal de Grandes Proyectos del Ayuntamiento de Valencia, José Marí, y un representante de la Generalitat. Será la primera toma de contacto.
La prolongación sur del túnel de Serrería permitiría resolver en Valencia el denominado Parque de Desembocadura del antiguo cauce del río Turia al recuperar 25 hectáreas en superficie tras eliminar las vías del tren entre la avenida de Francia y el Camino de las Moreras.
El túnel seguiría saturado por el paso de mercancías y viajeros hasta que no se ejecute el túnel pasante ferroviario de la ciudad que Óscar Puente ha fijado para el año 2050. En esa fecha es cuando se liberaría a Serrería de los convoyes de viajeros y se utilizaría solo para mercancías.
El Gobierno de Pedro Sánchez ha fijado esos plazos tan lejanos para las obras principales del acceso del AVE a la ciudad a través del canal de acceso (ya en marcha), la estación intermodal y el citado túnel pasante. Como también ha situado en el final de la próxima década la ampliación del aeropuerto de Manises con una segunda pista.
El proyecto de prolongar el túnel de Serrería también permitiría a los vecinos de Nazaret, el Grao y la pedanía de la Punta recuperar una mejoría urbanística, de conexión y zonas verdes que llevan reclamando más de treinta años.
Ni siquiera la llegada del valenciano José Luis Ábalos al Ministerio de Transportes desatascó en su día este proyecto que, bajo su mandato, vio cómo se suspendía la redacción de estudio.
200 millones, sin fases
El coste de la obra se acerca a los 200 millones de euros (salvo que se afronte en fases que no contempla el Ayuntamiento). Catalá ya ha propuesto que el Consistorio de Valencia adelante 10 millones de euros para adelantar todos los estudios y trámites administrativos necesarios y con posterioridad estudiaría seguir avanzando dinero del coste de la obra sobre unos terrenos en los que mayoritariamente el responsable es Adif.
La alcaldesa de Valencia se ha encontrado hasta ahora con el apoyo de las asociaciones vecinales y el no del Gobierno de España a financiar la obra en su totalidad. La delegada del Ejecutivo en la Comunidad Valenciana, Pilar Bernabé, pide –como previa a la reunión del día 27– una mayor implicación presupuestaria del Ayuntamiento y también de la Generalitat.
El soterramiento de las vías y del colector Norte en la fachada marítima de la ciudad, cuando se produzca, permitirá prolongar las avenidas de Francia y la Alameda, culminando en una gran plaza con el frente portuario, en torno a la vieja Estación del Grao.
