El hombre que confesó haber matado a su hijo de 11 años en su vivienda de la localidad valenciana de Sueca el 3 de abril de 2022 ha sido declarado por unanimidad culpable de un delito de asesinato al considerarle el jurado responsable de haberle clavado "brutal y repetidamente" un cuchillo de forma inesperada para el niño, quien carecía de toda posibilidad de defensa.
De este modo, consideran probado que, con esta acción, buscó no solo la muerte del hijo común con su exmujer sino, además, causar con ello "el mayor dolor psíquico posible" a la madre, a la que efectivamente provocó graves lesiones psíquicas que a día de hoy siguen pendientes de curación. El caso sería uno más de la conocida como "violencia vicaria", el asesinato por parte de un progenitor de su hijo para causar dolor al otro progenitor, habitualmente enmarcado dentro de la violencia de género.
Los miembros del jurado, que comenzaron ayer pasadas la 12.00 a deliberar, han dado a conocer en la tarde de este martes el veredicto con el que finaliza el juicio por esta causa que se ha celebrado en la Audiencia Provincial de Valencia. Ahora será el tribunal de la sección cuarta el que le fije la pena.
El asesino permitió al niño coger el teléfono a su madre mientras lo acuchillaba
Durante la vista, el hombre reconoció haber matado al menor tras agarrarle del cuello: "Le clavé el cuchillo varias veces", dijo, al tiempo que aseguró que el asesinato no se habría producido si su expareja hubiera frenado los trámites de divorcio. También llegó a confesar que permitió al menor coger el teléfono móvil a su madre mientras le acuchillaba y que ese día iba ebrio.
El suceso tuvo lugar el 3 de abril de 2022 en la vivienda familiar ubicada en Sueca, meses después de que el acusado, de 47 años, se hubiera divorciado de su mujer y se hubiera acordado la custodia compartida del menor -niño muy deseado tras tres inseminaciones artificiales y que cumplió los once dos días antes del crimen- tras 17 años de matrimonio.
Ese día, domingo, el acusado mató a su hijo, de 11 años recién cumplidos, acuchillándole repetida y profundamente con dos cuchillos de cocina en el cuello, cara, torso y cabeza. El asesinato se produjo tras una discusión. En un momento dado, el acusado le dijo a su hijo ' Vaig a per tú!' -Voy a por ti-, con lo que el menor mandó un mensaje de WhatsApp a su madre diciéndole que si podía ir a por él.
La madre intentó ponerse en contacto telefónico con él sin obtener respuesta hasta que el acusado permitió que su hijo cogiese el móvil. Su madre solo pudo oír cómo su hijo la llamaba con un grito desgarrador: "¡Mamá!" y se cortó la comunicación.
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