María José Catalá ha abierto con su llegada a la Alcaldía de Valencia un periodo de eliminación de los hitos ideológicos del mandato de Joan Ribó que forman parte de su 'legado' a la capital del Turia. Esta revisión de la gestión municipal compartida por Compromís y PSPV en Valencia durante los últimos 8 años no se ha hecho esperar y ya se han tomado las primeras decisiones.
Las iniciativas están generando polémica porque se trata de cuestiones que confrontan dos modelos de entender la ciudad, la política y la vida.
La forma de los ciudadanos de expresarse, de desplazarse, de su concepto sobre qué es progreso y sobre cuáles entienden que son sus tradiciones más arraigadas están en ese abanico de resoluciones de Catalá que fue elegida alcaldesa el pasado 17 de junio.
El monolito del 15-M
Una de esas medidas se ejecutará en los próximos días como es la retirada de un monolito en homenaje al movimiento del 15-M que, bajo el ensayo de una democracia más participativa, acabó siendo una enmienda a las gestiones de PP y PSOE y del poder de los bancos.
Joan Ribó ordenó en mayo de 2021 colocar un monolito de 180 centímetros de alto por 55 de ancho en la plaza del Ayuntamiento en recuerdo de este movimiento también conocido por los ciudadanos como el de "los indignados" –que alumbró al partido Podemos–.
Ya en la fecha de su colocación, Catalá anunció que lo retiraría si se convertía en alcaldesa. Dicho y hecho. El trámite administrativo para su retirada ya se ha iniciado y en los próximos días se procederá a quitarlo de la plaza. Ya no estará para la festividad de los valencianos: el 9 d'Octubre.
La Senyera, en la Catedral
Otra simbología que va a sufrir cambios tiene que ver con esa jornada festiva para la Comunidad Valenciana como es la procesión cívica.
En su recorrido, Joan Ribó, eliminó la entrada de la Real Senyera a la Catedral de Valencia bajo el argumento de que ese acto ciudadano debía ser laico. Ahora, volverá a entrar en la Catedral con la alcaldesa, María José Catalá, como portadora de la misma.
Regresa así una tradición muy interiorizada entre los valencianos y que sólo fue interrumpida en los 8 años del Gobierno en el que Ribó era alcalde de la ciudad.
Valéncia y los 'bous al carrer'
La denominación de la ciudad que Ribó impulsó, con el apoyo del PSPV, era exclusivamente en valenciano y con el acento abierto: València.
Catalá ya ha dado el primer paso para que la denominación de la capital del Turia sea doble, en español y en valenciano, y en este segundo caso con el acento cerrado: Valéncia.
Vox ha prestado apoyo externo a Catalá (no forma parte del Gobierno municipal con el que mantiene bastantes tiranteces) en todas estas iniciativas y está por ver si también lo hará con otras que exigen la mayoría absoluta del pleno.
La alcaldesa de la ciudad, en cualquier caso, tiene clara su hoja de ruta y seguirá recuperando tradiciones para algunas pedanías (Carpesa, Benifaraig y Borobotó) como son los 'bous al carrer' –festejos taurinos en la calle–, para lo que también cuenta con el apoyo de Vox. Ribó las eliminó por considerar estos festejos maltrato animal.
Las Reinas Magas republicanas
El líder local de Compromís también adoptó algunas iniciativas como primer edil difícilmente justificables como la cabalgata de las Reinas Magas Republicanas que se celebraron un solo año durante la República y que impuso por decreto.
La ayuda nominativa de 25.000 euros va a desaparecer y sin ellos, muy probablemente, la propia cabalgata que tuvo un escasísimo seguimiento durante la última legislatura.
Estos gestos de Catalá entroncan con la parte más ideológica de su electorado y también de una amplia base social de la ciudad y han sido prioritarios en sus primeros meses.
La figura de Rita Barberá
Muy controvertido está siendo también el nombramiento como alcaldesa honoraria a título póstumo de Rita Barberá. La figura de Barberá ha sido un arma arrojadiza entre los partidos de izquierda y el PP durante bastantes años (y en un periodo concreto incluso entre el propio PP).
Los procesos judiciales en los que se hallan inmersos personas de su estricta confianza o incluso familiares están detrás de esas disputas políticas.
Catalá y el presidente autonómico valenciano, Carlos Mazón, consideran "justo" realizar un acto de desagravio con quien, sin duda, lideró la mayor transformación de la capital del Turia en la época democrática. Su nombramiento saldrá adelante en el pleno del próximo martes.
Relación Puerto-ciudad
Sobre esa proyección y modernidad que Barbera logró de la ciudad se debaten en este principio de legislatura varios cambios más. Ribó optó por paralizar la ampliación norte del Puerto de Valencia que Catalá quiere impulsar.
Ese es uno de los grandes cambios que la nueva alcaldesa quiere apuntalar, como es la mejora en la relación Puerto-ciudad, bastante cortocircuitada en las dos últimas legislaturas.
Fue Barberá quien inició el proceso de expansión de Valencia hacia la zona portuaria con la conquista para los ciudadanos de la zona de la Marina y Catalá quiere coger ese relevo y dar un salto de calidad al entorno.
Modelo de movilidad
La movilidad es otro de los caballos de batalla entre Ribó y Catalá de la última legislatura. Compromís (con ciertos matices de su socio de Gobierno: el PSPV) apostó por el desarrollo de carriles-bici y la eliminación de carriles para los vehículos privados hasta estrangular el tránsito en muchas zonas de la ciudad, así como por la peatonalización de las plazas.
María José Catalá ya ha empezado a estudiar devolver parte del espacio para el tráfico rodado a los vehículos para facilitar la rapidez de la movilidad en el interior del casco urbano –porque los grandes atascos de entrada a Valencia tendrán una solución mucho más complicada en el corto plazo–.
Ya hay carriles bici que desaparecen y se convierten en calles ciclopeatonales, otros que están en estudio por su peligrosidad (Primado Reig, las Grandes Vías...) y en la calle Colón –una de las más emblemáticas de la ciudad– también habrá cambios sustanciales con la eliminación de uno de los dos carriles existentes para autobuses y taxis.
Seguridad, limpieza y grandes proyectos
Los trazos gruesos de la legislatura de la nueva alcaldesa ya están trazados y se alejan mucho del legado de Ribó. Son ideológicos pero, a la vez, demandados por los valencianos y expuestos en el que fue el programa electoral del PP local que fue, de largo, el más apoyado.
La evolución de la letra pequeña de la gestión, los proyectos de barrio, los ajardinamientos, la mejora de la seguridad, la limpieza o los grandes retos como la solución ferroviaria en el subsuelo van a determinar la calificación ciudadana a Catalá en 2027. El nuevo rumbo, sea como sea, está claro desde el principio.
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