La concreción de las cesiones que Carlos Mazón ha hecho a Vox –el partido que será su socio de Gobierno autonómico– ha provocado un intenso debate interno en el PP de la Comunidad Valenciana y también en el ámbito nacional.
Las posturas no son maximalistas a favor o en contra por la dificultad del rompecabezas que debía resolver el próximo presidente de la Generalitat pero sí que se puede concluir que en el PP hay un cierto resquemor con el resultado final de las negociaciones que han permitido a Vox sacar un rendimiento excepcional a sus 13 diputados en las Cortes Valencianas.
Acuerdo acelerado
La premura en la negociación y el posterior acuerdo (en tres horas de reunión) sorprendió. La realidad es que ese pacto estaba cerrado desde mediados de la semana pasada cuando Carlos Mazón contactó con el presidente nacional del PP, Alberto Núñez Feijóo, para decirle que tenía luz verde del candidato de Vox, Carlos Flores, para facilitar su investidura.
La primera 'línea roja' que Feijóo marcó era que el propio Flores no formara parte del Gobierno valenciano ni de las Cortes autonómicas por su condena en el pasado por maltrato psicológico hacia su primera mujer. Mazón era consciente de esa situación y Flores, y la dirección nacional de Vox, también.
Eso provocó que el acuerdo después de la primera reunión con Vox –tras el no recibido por Mazón de PSOE y Compromís– fuera relámpago. Había que llegar a tiempo para que Carlos Flores fuera incluido en la lista al Congreso y así se hizo.
Educación no fue una opción para Vox
Cumplida la primera premisa del líder nacional del PP, quedaba un segundo escollo como era el que afectaba al área de Educación que Vox se apresuró a reclamar y a filtrar en los medios de comunicación. Nunca fue una opción real y Mazón no accedió a ese deseo por orden directa de Feijóo.
La jornada de ayer, sin embargo, ya no resultó tan 'favorable' a los intereses de Mazón porque la percepción dentro del PP valenciano es que Vox tiene "demasiado premio", según diversas fuentes consultadas por Vozpópuli.
Muchas carteras en un Gobierno reducido
La visibilidad que tiene Vox con la Presidencia de las Cortes, con Llanos Massó como principal aspirante, ya tiene una carga de simbolismo (como la que logró Compromís en las dos legislaturas pasadas). Aún es mayor su presencia en el Gobierno valenciano que pasará de tener 12 consellerias a 10 y de las que Vox ostentará 3 (una de ellas, además, con rango de vicepresidencia).
Ese debate, el de los cargos, fue el primero que prendió ayer en el PP valenciano donde alertaban de la proyección social de Vox con áreas como Cultura y Deporte, que desempeñará desde la vicepresidencia el torero, Vicente Barrera; mientras que la cartera de Justicia, Interior y Gobernación aglutina responsabilidades que, en algunos casos, vienen trufadas de competencias estatales pero, en otros, llevan aparejado un potente flujo de información.
Agricultura era la más previsible por el carácter que Santiago Abascal ha imprimido siempre a la defensa del mundo agrario y se daba por descontado que su titularidad iría a parar a Vox en el próximo Gobierno valenciano.
Génova: "el acuerdo menos malo posible"
Las fuentes consultadas por este medio en la dirección nacional aseguran que el acuerdo alcanzado inicialmente era "el menos malo posible", siempre analizando que se han respetado las dos líneas infranqueables para que Feijóo autorizara el acuerdo.
Ahora bien, al propio presidente nacional del PP se le abre un escenario más complicado para frenar a Vox en negociaciones posteriores al 23-J si las urnas determinan que Feijóo es el más votado y Abascal es decisivo para conformar una mayoría absoluta.
Castilla y León ya utiliza un modelo de bipartidismo de la derecha dentro de su Ejecutivo autonómico, la Comunidad Valenciana lo confirmará en la semana del 17 al 21 de julio –a pocos días de la cita con las urnas–, mientras que Extremadura y Baleares, apuntan a seguir el mismo camino.
La 'renuncia' a la violencia de género
El siguiente debate agitado en el seno del PP valenciano, con réplicas en el ámbito nacional, ha llegado con los 50 puntos del acuerdo con Vox donde se asume un léxico del programa de esta formación que el PP no ha defendido durante la campaña.
La lucha contra la violencia de género que figura en el apartado B del punto 9 del programa con el que el PPCV concurrió a las elecciones autonómicas ha desaparecido en el acuerdo con Vox y en su lugar se ha asumido la nomenclatura de esta formación que habla de "violencia intrafamiliar".
Esta cesión se ha interpretado como "innecesaria" por diversas fuentes consultadas en el PP por este medio. Es más interpretan que por este tipo de medidas acordadas era todavía más necesario "alejar" el acuerdo lo máximo posible del 23-J para que se fuera difuminando el efecto que ha causado en el seno del PP y, no se sabe hasta qué punto, en la sociedad.
Vox: más incómodo que Cs para Mazón
Mazón, mientras, centrará sus esfuerzos en las próximas semanas en ahormar un Gobierno que le permita sentirse cómodo y poder desarrollar su programa electoral que, según el acuerdo con Vox, ha quedado un tanto constreñido.
Lo que ha quedado claro es que la convivencia y la complicidad que el propio Mazón ha mantenido en la Presidencia de la Diputación de Alicante de la mano de Ciudadanos puede que no sea una réplica exacta de la que va a tener como presidente de la Generalitat con Vox como socio. En la propia negociación se han mostrado más exigentes, incisivos, incluso han logrado trasladar una imagen de que son los grandes beneficiados del acuerdo con el PP.
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