R. tiene 12 años y ya ha sufrido en sus carnes la violencia de una agresión sexual. El autor fue su mejor amigo quien le persuadió con un juego infantil para llevarle a los baños. Se aprovechó de su amistad y también de que R. padece autismo de grado 1. Desde que conoció los hechos, Carmen, su madre, lleva luchando para que el colegio tome medidas de seguridad hacia su hijo. Este menor lleva más de cien días sin acudir a clase porque los responsables no se han comprometido a separar a la víctima y agresor, según relata esta mujer en una entrevista a Vozpópuli.
Carmen denunció los hechos el pasado 27 de noviembre en la Comisaría de Policía Nacional de Elda-Petrer en Alicante. Antes ya lo había comunicado al colegio y ante la falta de medidas decidió dar este paso. El suceso se produjo el 16 de noviembre en torno a las 11:·30 horas, según la denuncia a la que ha tenido acceso Vozpópuli.
La denuncia de agresión sexual
El menor, de 12 años y que tiene una discapacidad psíquica del 38 por ciento, estaba "raro y triste" a la salida del colegio. Cuando fue al baño la madre descubrió que tenía una mancha de sangre en el culo. En un primer momento no quiso explicar el motivo pero más tarde se abrió y confesó que había sido víctima de una agresión sexual.
R. aseguró que en el recreo comentó a su mejor amigo que "le picaba el culo" y lo que éste respondió que "tenía una hormiga" y le "iba a ayudar a quitársela". En el baño se bajó los pantalones y "le introdujo un lápiz por el ano". Después de conocer este relato, Carmen llevó rápidamente al niño al centro de salud.
Un día después fue al colegio para hablar con los responsables y le dijeron que abrirían una investigación. El presunto autor no reconoció los hechos. La madre pidió que se cambiara a este chico de clase pero el centro se negó. De forma paralela, la progenitora también se puso en contacto con la Inspección de Educación, quien le aseguró que una educadora iba a ponerse en contacto con su hijo para que "aprenda a decir que no".
La madre pide por escrito medidas de seguridad
Esta agresión no se reduce a un simple hecho puntual, según su testimonio. Desde hace dos años el amigo de R. mantiene una relación abusiva con él. Según las declaraciones de compañeros este chico solía insultar al chico y "en alguna ocasión le ha puesto una correa y le ha paseado como si fuese un perro".
Dos días después de poner esta denuncia en Comisaría, el centró cerró el expediente disciplinario de la agresión con un informe gris que deja muchas dudas. "No queda clarificada la secuencia de hechos y los lugares donde presuntamente se produjeron. No se ha podido determinar y no existe responsabilidad del menor en relación con los hechos", afirma el colegio en un texto que la madre conoció el 12 de febrero tras varios meses reclamando acceder a él.
Sin embargo, reconocen que "los hechos son constitutivos de conductas gravemente perjudiciales para la convivencia". Además resuelven imponer "la correspondiente medida de abordaje educativo". El Síndic de Greuges de la Comunidad Valenciana también analizó el caso y recomendó al colegio que tomaran una serie de medidas para preservar la seguridad de la víctima. "Unas medidas que aún no han cumplido", según advierte Carmen.
El colegio denuncia a la madre por absentismo
Desde el 16 de noviembre R. lleva sin acudir al colegio. Más de cuatro meses en los que Carmen busca que se "pongan por escrito" y no "de forma verbal" la dimensión de la vigilancia que se va a ejercer en el ámbito educativo para que no se reproduzcan estos hechos. Quiere que extremen el foco en el patio o el comedor.
Mientras esperan la resolución textual, el colegio ha denunciado a la madre por absentismo. R. sigue recibiendo educación en casa gracias a dos profesores: una docente de Jerez de la Frontera y otro de Londres le dan clases online para que no deje los estudios.
La dirección territorial de Alicante respondió a la propuesta realizada por la madre para confirmar en una resolución que "el alumno denunciado nunca coincidirá con R. ni en el aula ni en ningún grupo de trabajo". Un texto que ha generado desconfianza a Carmen, que el pasado 4 de marzo respondió solicitando que se aclaren "concretamente en qué van a consistir estas medidas".
Carmen advierte que los responsables educativos han podido caer en un posible delito ya que al conocer los hechos no los pusieron a disposición de la Fiscalía de Menores. Siente indefensión porque han intentado tapar la agresión hacia su hijo. Lleva desde el 1 de diciembre sin tener noticia del colegio ni de las medidas que solicitó para defender la seguridad de su menor. Sin embargo, ella acude de forma puntual a presentar informes.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación