El horizonte electoral de las europeas del próximo 9 de junio ha abierto en Compromís un periodo de reflexión en el que la mayoría se inclina por extender su alianza con Sumar hasta esa fecha y garantizarse la presencia de un europarlamentario.
El batacazo del pasado 28 de mayo en las elecciones autonómicas donde Compromís se dejó 85.000 votos respecto a la cita de 2019 fue un aviso dentro de la coalición de que el respaldo ciudadano –que tocó techo en el año 2015 bajo el liderazgo de Mónica Oltra– puede seguir retrocediendo.
Pérdida de poder
Ese 28 de mayo Compromís alcanzó los 357.000 votos pero perdió el poder institucional tanto en la Generalitat como en el Ayuntamiento de Valencia (sus dos grandes referentes).
La necesidad de salvar los muebles a nivel nacional condujo a los nacionalistas a establecer una alianza con Sumar para las elecciones generales del 23 de julio que les permitió alcanzar un resultado conjunto de 400.000 votos.
Compromís colocó a dos diputados en el Congreso, Águeda Micó (Més Compromís) y Alberto Ibáñez (Inciativa del Poble Valencià).
Esta alianza se fraguó meses antes entre el exalcalde de Valencia, Joan Ribó y la líder de Sumar, Yolanda Díaz, y ahora, según las fuentes consultadas por Vozpópuli, hay voluntad de reeditarla por las dos partes con vistas a las elecciones europeas del próximo 9 de junio.
Un mínimo de 300.000 votos
La realidad indica que para hacerse con un escaño en Europa Compromís tendría que superar los 300.000 votos. Es una cifra que, en solitario, no tiene posibilidades de lograr en el actual contexto que vive la coalición.
Las votaciones europeas registran tradicionalmente una bajada importante de participación respecto a las autonómicas y locales que se acusa más en el espectro del electorado al que se dirige la coalición nacionalista, por lo que aún sería más difícil alcanzar o rebasar esa cifra sin ayuda externa.
Si Compromís logra superar los conflictos internos entre Més Compromís e Iniciativa lo más probable es que el acuerdo con Sumar se cierre en base a tener a un eurodiputado en uno de los puestos de salida que podría completar la legislatura (5 años).
2014 como referencia
Jordi Sebastià fue eurodiputado en 2014 cuando Compromís logró 302.266 votos gracias a su inclusión en la denominada Primavera Europea junto a Equo, Chunta aragonesista, el Partido Castellano o los Caballas de Ceuta.
Fue el mejor resultado registrado hasta la fecha, cuando Mónica Oltra estaba a un año de convertirse en vicepresidenta de la Generalitat. Pese a ello, Sebastià tuvo que compartir su escaño y lo desempeñó hasta 2016, mientras que Florent Marcellesi (Equo) fue el encargado de tener ese acta hasta el final de la legislatura europea.
En la siguiente cita, la de 2019, los nacionalistas se incardinaron en otra alianza europea bajo la denominación de Compromiso por Europa, junto a formaciones como En Marea o Més per Mallorca. La bajada de apoyos fue clara y con 193.000 votos ni Jordi Sebastià pudo repetir su incursión en Bruselas ni Isaura Navarro, que también tenía aspiraciones de europarlamentaria, iniciarla.
Marzà es un claro aspirante
En esta ocasión Vicent Marzá, exconseller de Educación del Gobierno valenciano, también quiere jugar la partida y aspira a entrar en la Eurocámara.
La coalición Compromís deberá decidir en próximas fechas (en marzo como límite) quiénes son sus representantes en la lista europea.
El paraguas de Sumar es el único que puede ayudar a Compromís a aliviar su difícil situación institucional tras el 28-M y tener un representante en Bruselas, sin duda, le ayudaría a tener algo más de visibilidad de la que tiene ahora donde sólo el portavoz en las Cortes, Joan Baldoví, y la portavoz en el Congreso, Àgueda Micó, se abren algo de hueco en la agenda mediática.
Las fórmulas que se barajan para la alianza son diversas pero dependerá finalmente de cuántas formaciones decidan aglutinarse alrededor de Sumar y su peso real en las urnas.
El ofrecimiento de Ribó
El exalcalde de Valencia, Joan Ribó, se ha ofrecido, según las mismas fuentes, a ser el enlace con la vicepresidenta del Gobierno y líder de Sumar, Yolanda Díaz, en las negociaciones que no comenzarán de manera más decidida hasta que se despeje el camino del nuevo Gobierno de España.
Ribó acaba de anunciar que abandona la portavocía del grupo en el Ayuntamiento de Valencia y a medio plazo es muy probable que deje también su acta de concejal para dedicarse a cuestiones orgánicas de la coalición que tiene también que decidir su nueva estructura.
Compromís quiere tener un puesto de salida garantizado en la candidatura y que su representante en la Eurocámara pueda agotar la legislatura en su escaño y no tener que compartirla (salvo que los resultados en la Comunidad Valenciana fueran más flojos de lo esperado) con miembros de otras formaciones que se unan a Sumar.
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