Los afectados por la DANA del pasado día 29 se quejan amargamente sobre cómo una tragedia de estas dimensiones se pudo dar en un siglo XXI muy avanzado en telecomunicaciones y con la inmediatez que proporcionan las redes sociales e internet. Y tienen razón: parece inexplicable. La caída de suministros básicos como agua, luz o gas, vino acompañado de los cortes de telefonía. Eso dejó aislados completamente a decenas de municipios que entraron en un largo túnel de varios días. No había teléfonos vía satélite.
Los alcaldes de las localidades más afectadas como Utiel, Chiva, Torrent, Picanya, Aldaya, Sedaví, Catarroja, Alfafar, Paiporta o Benetússer, entre otros, se quedaron sin telefonía. No tenían manera alguna de trasladar la tragedia que vivían en sus poblaciones. Además, las montañas de coches que rodeaban sus calles impidieron que prácticamente nadie pudiera entrar en los núcleos urbanos.
Sólo un teléfono
El propio Centro de Coordinación de Emergencias de la Comunidad Valenciana –donde se reúne el Centro de Coordinación Operativa Integrado (Cecopi) que dirige la emergencia provocada por la DANA– se quedó sin comunicaciones la noche del desastre. Está situado en La Eliana, que no ha vivido el episodio de lluvis como las poblaciones arrasadas, pero aún así sólo un teléfono se quedó activo para poder hacer o recibir llamadas.
Ese regreso a la Edad Media de los municipios desvastados por la riada no debería haber ocurrido jamás. Todos ellos están situados en municipios inundables pero el olvido que provoca la distancia en años de los fenómenos meteorológicos extremos hace que no se invierta lo suficiente en prevención.
Telefonía satelital
Ha habido avances en esa materia preventiva en los últimos años a la hora de no construir en estas zonas de peligrosidad. Los alcaldes de los núcleos consolidados en el entorno de ríos y barrancos, sin embargo, no contaban con algo tan simple y al alcance de la ciudadanía como es hoy en día la telefonía satelital que les hubiera permitido manter un canal abierto de comunicación en todo momento, al menos, el tiempo suficiente hasta que la electricidad se hubiera reestablecido y pudieran cargarlos de nuevo.
Los alcaldes se han podido mover mínimamente por sus poblaciones pero pese a que conocían las principales necesidades no las pudieron transmitir hasta varios días después. El propio presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, aseguraba ayer en una entrevista radiofónica en Cope que la noche de la riada no tenían cobertura.
Sin contacto con los pueblos
Una de las personas que le acompañaban logró "un 'hilo' de cobertura" y eso le permitió contactar personalmente con José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica España, para trasladarle que "no teníamos móvil y que ninguno de los centros operativos tenían móvil para contactar con muchos pueblos. Paiporta, entre otros".
La inversión de los municipios en un teléfono que no utiliza la red convencional es muy asumible y todos los expertos coinciden en que debería ser obligada ante cualquier eventualidad, como sucede en las zonas de montaña.
Entre 600 y 1.000 euros
Los diferentes operadores que utilizan los satélites para sus comunicaciones ofrecen terminales con unas prestaciones similares a las de un teléfono móvil y sus precios oscilan entre los 600 y los 1.000 euros. Las llamadas son más caras que las convencionales y los precios por minuto varían entre los 3 y los 10 euros según los contratos.
Esa es la cifra –ridícula en cualquier presupuesto municipal y mucho más en el de la Diputación Provincial de Valencia, la Generalitat o el Gobierno de España– que no se ha destinado en esta ocasión y que agravado las consecuencias de la DANA y que demuestra que la cultura d ela prevención en nuestro país está a años luz de otros como Japón o Estados Unidos.
Los teléfonos vía satélite con una batería media en el mercado pueden soportar conversaciones de 4 horas y otras 35 horas en espera. Hubieran resultado de gran ayuda, según las fuentes consultadas, y como ha demostrado la evolución de la gravísima crisis posterior a la riada.
Mientras, la normalidad en las comunicaciones se ha ido acanzando desde el cuarto día de la crisis y ayer Telefónica aseguraba haber recuperado más del 90% de las infraestructuras centrales fijas de la red y más del 60% de las infraestructuras móviles.
El refuerzo en las primeros días tras la riada se centró en priorizar las conexiones de centros clave, sanitarios, de emergencia y el propio 112 y la compañía sigue trabajando para restaurar totalmente las comunicaciones.
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