La pugna por entrar en el Ayuntamiento de Valencia después las elecciones de mayo parece ya cosa de cuatro formaciones: PP, Compromís, PSPV y Vox. La salida de Ciudadanos ya se da por hecha en todas las encuestas y también en los estudios internos de los partidos, donde también figuran por debajo del 5% del voto necesario tanto Podemos como Izquierda Unida (que en 2019 concurrieron juntos).
Esta situación ha provocado que los partidos que pueden capitalizar los votos 'inútiles' de formaciones cercanas a su ideología se hayan lanzado a por ese nicho de votantes y también a por referentes que quieran hacer un 'trasvase' con vistas a las elecciones municipales del próximo mes de mayo.
Los votos de los partidos que van a quedar como fuerzas 'extraparlamentarias' son suficientemente cuantiosos como para determinar quién será el alcalde o alcaldesa de la ciudad a partir de mayo. Si atendemos al espectro ideológico de la izquierda el más interesado en atraer a los votantes de Podemos e Izquierda Unida es el líder municipal de Compromís y actual alcalde, Joan Ribó.
Desgaste de Ribó
La segunda legislatura ha supuesto una mayor erosión para Ribó a quien las encuestas le vaticinan una bajada de entre 1 ó 2 concejales pasando de los 10 actuales (106.430 votos) a 8 ó 9. Las conversaciones con dirigentes de Podemos ya han comenzado y es algo que la cabeza de lista de la formación morada, Pilar Lima (actual portavoz en las Cortes) no ve con malos ojos. Su homóloga de Compromís en el Parlamento autonómico, Papi Robles (que en mayo concurrirá como número 2 en la lista de Ribó), es un buen puente para ese acuerdo que puede beneficiar a ambos partidos.
Podemos sumó en 2019, junto a Izquierda Unida, un total de 16.176 votos y se quedó a las puertas de entrar en el Ayuntamiento. Para la convocatoria de mayo, las expectativas no mejoran esos números y el porcentaje de voto apenas alcanza el 4%, a un punto de la barrera mínima que da derecho a un escaño. La difícil coyuntura de Podemos, con la incertidumbre generada por la plataforma Sumar de Yolanda Díaz, ha rebajado aún más las posibilidades de formar un grupo municipal.
Ribó pretende con esta operación, que ya se ha dado en otros municipios, rebajar la previsible caída en el número de apoyos y seguir encabezando las preferencias de los valencianos entre los partidos de izquierda. Su principal reto será convencer de que ir de la mano de Podemos e Izquierda Unida (aunque la marca será la de Compromís), no le restará 'autonomía' nacionalista frente a la concepción estatal de las otras dos formaciones.
Mejoría de Sandra Gómez
El PSOE valenciano –que tendrá en la figura de Sandra Gómez a su candidata– no ha entrado en la 'puja' por recoger los restos del naufragio de Podemos pero puede ser el gran beneficiado de la fragmentación que se ha producido en los partidos situados a su izquierda. Si en las elecciones de 2019 los socialistas sacaron 74.848 votos y 7 concejales, todo apunta a su crecimiento en la ciudad para situarse entre 8 y 9 ediles. Alcanzar el noveno concejal sería sinónimo de ser el partido de izquierda más votado y convertir a Gómez en la próxima alcaldesa de la ciudad.
La tendencia en los últimos estudios, y también en las encuestas que maneja el grupo municipal socialista, es de crecer a medida que pasan los meses. Es el gran objetivo de Sandra Gómez que podría rebajar el déficit histórico de entre tres y cinco puntos que el PSOE tiene en la capital del Turia respecto a la media autonómica de apoyos. La división de Podemos, el desgaste de la gestión de Ribó y el posicionamiento hábil para ganar visibilidad en algunos asuntos trascendentales para la ciudad como el futuro estadio del Valencia, o la ampliación del Puerto, juegan a su favor.
La candidata del PP a la Alcaldía de Valencia, María José Catalá, también anda metida en operaciones de captación de votantes de Ciudadanos. La formación naranja obtuvo en 2019 un total de 68.293 votos y 6 concejales. Esos registros serán imposibles de reeditar. En los últimos comicios la coyuntura era de posible adelanto de Ciudadanos al PP en la ciudad y, en la actualidad, el debate es si la formación que encabeza Fernando Giner llegará viva a la cita de mayo con una lista propia.
Catalá, la más votada
Catalá, que en el 2019 sacó 84.491 votos y 8 concejales sabe ya que el PP será la fuerza más votada (entre 12-13 escaños según todas las proyecciones). Eso ya no parece en cuestión a falta de cuatro meses para la cita con las urnas, pero gobernar es otra historia. Buena parte de los apoyos de Ciudadanos volverán de manera 'natural' al PP que es de donde salieron en origen, pero la presentación de Giner a la contienda restaría unos apoyos a los populares que pueden resultar fundamentales.
Como sucede a nivel nacional, el PP espera con inquietud la resolución de la refundación de Ciudadanos para tratar de llegar a un acuerdo o incorporar a sus principales referentes en las candidaturas. Este es uno de los motivos que ha llevado a Catalá a retrasar la confección de la lista electoral municipal que se suma al habitual intento de evitar el desenganche de aquellos que son sabedores, con demasiada antelación, que ya no van a seguir en su puesto.
Vox va por libre
En cuanto a Vox, que parece que finalmente apostará por su presidente provincial, José María Llanos, para la candidatura a la Alcaldía, tampoco ha adoptado una posición proactiva de ensanchamiento de su base electoral. En 2019 obtuvo 28.139 votos y 2 concejales y todas las encuestas apuntan a que crecerá (hasta los 3 ó 4 concejales). En su caso, lo extremado de la legislatura a nivel nacional juega a su favor y también cierta parte del voto de Ciudadanos se fugará a sus siglas por el desencanto permanente que algunos de ellos tienen con el PP municipal.
Así las cosas, el escenario electoral en la ciudad parece muy reñido y los pequeños detalles como es el voto de formaciones sin opciones de entrar en el Ayuntamiento se van a convertir en decisivos para determinar la gobernabilidad del consistorio. Fuentes del PP municipal consideran que pueden sumar gobierno con Vox llegando hasta los 14 concejales y 3 de Vox, mientras que fuentes socialistas ven ahora probable llegar a los 9 ediles que serían suficientes con 8 de Compromís para reeditar el pacto.
En la formación del actual alcalde ya admiten que es posible que el PSOE consiga más apoyos que los nacionalistas, aunque, si sucede, será de forma muy apretada. El último barómetro municipal (encargado desde el departamento encabezado por el concejal de Compromís, Carlos Galiana), ya reflejaba esta posibilidad en una muestra bastante amplia para lo que es el electorado de la ciudad.
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