La primera confrontación electoral indirecta entre Carlos Mazón y Diana Morant se producirá este domingo con las votaciones al Parlamento Europeo. El precedente más reciente señala que en las elecciones continentales de 2019 el PSOE fue el partido ganador con 762.208 votos y un 32,94% de apoyo ciudadano, frente a los 522.998 votos y un apoyo del 22,60% que obtuvo el PP.
Mazón y Morant no estaban hace cinco años al frente de sus formaciones políticas a nivel autonómico, ya que eran Isabel Bonig y Ximo Puig los que lideraban el PPCV y el PSPV, respectivamente.
En aquella cita el factor Ciudadanos aún era potente en la Comunidad Valenciana y consiguió 330.001 votos, mientras que también estaba en un momento dulce Podemos que obtuvo 223.988 sufragios.
Cambio de ciclo
La situación política en la Comunidad Valenciana ahora es muy diferente con un PP que ha recuperado el poder en las principales instituciones de la región (la Generalitat, las tres diputaciones provinciales y los cuatro ayuntamientos más grandes, incluidos las capitales de provincia).
Carlos Mazón parte con esa ventaja de la inercia ganadora y tiene la implicación del PP nacional que cerró su campaña nacional el pasado viernes en la ciudad de Valencia sabedor de que los resultados, que se prevén ajustados, se pueden acabar decidiendo en las grandes ciudades.
El 'nuevo' PSPV
El factor de influencia de Diana Morant también aparece por primera vez en estas elecciones. La ministra encabeza ya el PSPV que se encamina hacia su reconstrucción y las europeas van a medir si el electorado valenciano la ve como una posible alternativa a la Presidencia de la Generalitat en 2027.
Morant ha conseguido detener la descomposición hacia la que se encaminaba la federación socialista valenciana tras la pérdida del poder, aunque no ha podido hacer nada más que un lavado de cara.
No se puede decir que estemos ante un nuevo PSPV porque la dependencia orgánica de la ministra de los cargos que apoyaban a Ximo Puig ha sido muy grande para poder llegar a la secretaría general. A partir de ahora puede ir dando forma a su proyecto.
Enfoque autonómico o nacional
Las fuentes consultadas por Vozpópuli en ambos partidos coinciden en que las elecciones europeas no son un termómetro del todo fiable para ver cómo están sus partidos a nivel autonómico, ya que son las que menos suelen involucrar al electorado.
Ahora bien, desde las filas del PP valenciano han encarado la campaña como una manera de reprobar, a su juicio, las "malas políticas" y la gestión de Pedro Sánchez al frente del Gobierno.
El PSPV, por su parte, traslada la idea de que es la primera oportunidad de los valencianos para censurar los pactos del PP con Vox que suponen, según aseguran, "un retroceso en los derechos democráticos".
Mazón tiene 'fácil' superar el listón que dejó Bonig (en un momento muy difícil para la marca PP) en cuanto al número de votos porque la práctica desaparición de Ciudadanos va a suponer una inyección directa de apoyos a las filas populares como ya sucedió en las elecciones autonómicas del 28 de mayo del año pasado.
Y para Morant resulta probable que también pueda recoger parte de los votos que Podemos ha perdido en estos últimos cinco años y que en la Comunidad Valenciana le ha llevado a quedar fuera del Parlamento autonómico. No parece que Sumar le vaya a hacer sombra y el PSOE puede tener por ese flanco una subida notable.
En términos globales, el partido que obtenga más votos en la Comunidad Valenciana será quien pueda 'vender' mejor su discurso para lo que resta de legislatura autonómica. Y en ese sentido Carlos Mazón no quiere dar la sensación de que el PP después de las últimas autonómicas ha perdido fuelle (como ya pasó de manera leve en las generales del pasado mes de julio).
Diana Morant, por su parte, pone en juego parte del crédito de su incipiente liderazgo del PSPV y confirmar esa recuperación mostrada en las generales es su gran reto, máxime cuando se trata de una integrante del gabinete de Pedro Sánchez.
Casi 4 millones de electores
En la Comunidad Valenciana están llamadas a las urnas 3.817.756 personas (un 2,2 % más que hace cinco años), de las que 3.637.496 son españoles residentes en España (un 2,5 % más) y 132.205 españoles residentes en el extranjero (un 20,7 % más).
Se incluyen también 48.055 ciudadanos de otros países de la Unión Europea que viven en España y han manifestado su voluntad de votar aquí, lo que supone un descenso del 35,6 % respecto a las elecciones europeas de hace cinco años.
En total hay 30.161 nuevos electores más que en los comicios de 2019 por haber cumplido 18 años desde entonces, ya que se ha pasado de 209.066 a 239.227, lo que supone un aumento del 14,4 %.
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