El Gobierno valenciano se enfrenta a un ejercicio económico en 2025 donde una doble prórroga de los Presupuestos Generales del Estado y de las cuentas autonómicas es cada vez más posible.
Las fuentes consultadas por Vozpópuli en el Ejecutivo que preside Carlos Mazón admiten que este escenario complicaría la aplicación de las políticas que pretende el presidente valenciano una vez que ya no tiene la influencia de Vox porque Santiago Abascal ordenó abandonar el Consell el pasado mes de julio.
Por lo que hace referencia a los Presupuestos Generales del Estado, hoy están más lejos de aprobarse después de que el Gobierno se haya visto forzado a retirar la senda de déficit que iba a votarse mañana en el Congreso de los Diputados.
La factura de Puigdemont
Junts, el partido que lidera el fugado Carles Puigdemont, exige una modificación del objetivo de déficit para 2025 que se ha de otorgar a las Comunidades Autónomas (al menos a Cataluña). Reclama un tercio como mínimo del objetivo total, esto es: 13.000 millones en capacidad de endeudamiento.
El Gobierno de Pedro Sánchez ha planeado para las autonomías un déficit para el próximo ejercicio del 0,1%, pero la propuesta de Junts elevaría esa capacidad de gasto adicional para las Autonomías hasta el 0,8%. No parece que la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, esté por la labor de llegar a esas cifras.
Es por ello, que sin el techo de gasto aprobado (Europa lo sitúa en el 3,2% para el conjunto del Estado) sacar los Presupuestos adelante va a ser una tarea casi imposible.
Bloqueo en inversiones
La primera consecuencia que preocupa a la Generalitat Valenciana es que la prórroga supondría bloquear inversiones y licitaciones. Alicante seguiría a la cola de las inversiones territorializadas mientras que Castellón y Valencia estarían en el antepenúltimo lugar en esa clasificación.
Las nuevas licitaciones no podrían salir adelante, pese a que hay ministros que durante los últimos meses han realizado anuncios a futuro de infraestructuras en la Comunidad Valenciana. Y es que tan sólo los proyectos que tengan una consignación plurianual o alguna actuación de urgencia salvaría ese bloqueo.
Esto es lo que supondría la prórroga de los Presupuestos Generales del Estado para la región y que tiene su origen en la habitual falta de apoyos parlamentarios de Pedro Sánchez para sacar adelante sus iniciativas en las Cortes.
A esa presumible segunda ampliación de los Presupuestos de 2023 que tendrían vigencia hasta 2025, hay que sumar la también posible extensión de las cuentas autonómicas.
Inmovilismo de Vox
No es habitual en la Comunidad Valenciana que se prorroguen los Presupuestos de la Generalitat, de hecho sólo sucedió una vez en el año 1989. Desde entonces han sido 34 los presupuestos aprobados de manera consecutiva.
Carlos Mazón, sin embargo, se enfrenta a la poca cintura de Vox para negociar las cuentas para el próximo ejercicio y que serán las primeras presentadas íntegramente por el PP, ya que en las de 2024 formaba tándem en el Gobierno valenciano con la formación populistas.
La política migratoria y, en concreto, el reparto entre las diferentes Autonomías de menores no acompañados que llegan a España de manera irregular estará en el centro de la polémica. Mazón recuerda que las competencias autonómicas en este asunto se centran en la solidaridad y los dirigentes de Vox hablan de repatriar de manera inmediata a los menores a sus países de origen con sus familias.
Sin acuerdo en este punto no habrá Presupuestos y en el Palau de la Generalitat empiezan a asumir que la prórroga de los actuales gana enteros.
Medidas fiscales
Como en el caso de los Presupuestos Generales del Estado el bloqueo también afectaría a la Ley de Medidas Fiscales que no saldría adelante e impediría modificar una gran cantidad de leyes que el Gobierno de turno suele aprovechar en esta norma.
La opción de obtener más ingresos o de conceder a los ciudadanos más ventajas fiscales desaparece o se reduce con esta prórroga, aunque, como el propio Mazón reconoció a su grupo parlamentario hace dos semanas "queda la opción del decreto".
Gobernar con más decretos leyes y a través de modificaciones presupuestarias es el reducido margen que le quedará al presidente valenciano si Vox sigue atendiendo de manera jerarquizada las órdenes de Abascal.
Y también quedaría muy 'tocada' la posibilidad de mejorar las subvenciones (que representan casi el 25% del presupuesto actual), por lo que 1 de cada 4 euros de los que dispone el Gobierno valenciano no podrían cambiar de destino en 2025 respecto a 2024.
A estas dos circunstancias se suma que la negociación para la reforma del modelo de financiación aún no ha comenzado y que el Gobierno de Pedro Sánchez no contempla conceder un fondo de nivelación mientras se acomete esa reforma.
Sólo se plantea una condonación de parte de la deuda pero no se sabe la cantidad ni las condiciones. Por ello, en el Gobierno valenciano temen una tormenta perfecta para el próximo ejercicio que exigirá de un continuo esfuerzo de equilibrismo para mantener a flote el actual Consell.
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