Ya nadie disimula. PSPV y Compromís han entrado en una espiral de ruptura total con la excusa de las exigencias que han de imponerle al Valencia C.F. para acabar el nuevo estadio en la ciudad si quiere mantener los beneficios de un convenio firmado con el Ayuntamiento y la Generalitat en 2004. Básicamente el club blanquinegro ganaba 40.000 metros de suelo terciario en los terrenos del actual Mestalla y otros 40.000 en los del nuevo estadio.
La crisis inmobiliaria llevó al Valencia a una creciente deuda que provocó que después de arrancar las obras del nuevo estadio el 1 de agosto de 2007 las tuviera que interrumpir en 2009. Desde entonces llevan sin avanzar esos trabajos entrando el club en continuos incumplimientos que han provocado la caducidad del acuerdo original. En ese escenario de negociación de un nuevo convenio (ya sin la Generalitat en la ecuación y sólo con el Ayuntamiento) PSPV y Compromís han cruzado acusaciones de ayudar o perjudicar al máximo accionista del club, Peter Lim, a la hora de cumplir con sus obligaciones.
El último capítulo se ha vivido hoy entre la portavoz socialista del Ayuntamiento de Valencia, Sandra Gómez, y el subsecretario de la conselleria de Economía, Natxo Costa, militante de Compromís. Costa, durante un entrevista con el diario Las Provincias ha acusado a Gómez de "meterse en un jardín con el nuevo Mestalla" y de practicar el "populismo" en este asunto intentando situar a Compromís como defensores de Peter Lim –que tiene una abierta contestación por parte de la elevadamasa social del club valencianista– a escasos meses de las elecciones.
Sandra Gómez ha replicado inmediatamente preguntándose "a qué jardín han invitado a Natxo Costa para que haga de abogado de Meriton (la empresa de Lim que dirige el Valencia) desde hace tres años". Este choque de los socios de Gobierno en el Ayuntamiento se suma al que mantienen en la Generalitat a cuenta de la rebaja fiscal anunciada por Ximo Puig, sin consultar antes ni con Compromís ni con Podemos, y evidencia la dificultad de la relación entre ambos partidos en el tramo final de la legislatura.
Mundial 2030
La resolución del conflicto entre ambos socios en el Ayuntamiento no parece fácil. Los plazos para acabar el estadio están totalmente sobrepasados y ahora se suma la candidatura de la ciudad para el Mundial de fútbol 2030 que necesita que se complete el nuevo estadio del Valencia con unas características concretas de aforo (no inferior a los 60.000 asientos netos) y otros requisitos que marca la UEFA.
El Valencia afirma que puede proseguir las obras con el dinero de CVC (80 millones de euros) que es la empresa con la que la Liga de Fútbol Profesional ha acordado préstamos a los clubes para mejorar infraestructuras a cambio de un 10% de los derechos televisivos en los próximos 50 años. Además, asegura que va a tener un préstamo bancario y un dinero extra de la empresa que instalará la cubierta solar del recinto.
Los continuos incumplimientos del club durante más de una década hacen dudar de la verdadera intención de Peter Lim de concluir el nuevo estadio y en ese punto surgen las discrepancias. Compromís es más partidario de dar margen al singapurense y el PSPV está en la exigencia de avales y de ir manteniendo los beneficios de la operación urbanística a medida que se vaya avanzando en la construcción del estadio.
Por su parte, la representante del Grupo Popular en el Ayuntamiento de Valencia, Maria José Catalá, ha abogado por rebajar los decibelios y negociar con el club de la manera más alejada a los intereses partidistas.
Al final este enfrentamiento tan agrio entre los socios de Gobierno y la manifiesta incapacidad de gestión que ha mostrado Peter Lim al frente del Valencia C.F. tiene como gran perjudicada a la ciudad que sigue teniendo en una de sus principales entradas las obras a medio hacer del nuevo estadio en un entorno moderno y de expansión de la capital del Turia.
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