El anestesista Juan Maeso, condenado a 1.933 años de cárcel por contagiar el virus de hepatitis C a 275 pacientes operados en cuatro hospitales de Valencia entre los años 1988 y 1998, ha sido puesto en libertad condicional tras permanecer casi 16 años en prisión -podía cumplir un máximo de 20-. Así lo ha acordado la sección segunda de la Audiencia Provincial de Valencia en un auto, adelantado por el diario El Español, en el que estima un recurso formulado por la defensa de Juan Maeso, quien ya disfrutaba del tercer grado desde hacía un año.
Maeso, enfrentado a un juicio que se prolongó algo más de un año, fue condenado en mayo de 2007 por los contagios y un mes más tarde ingresó en la prisión de Aranjuez ante un "evidente" riesgo de fuga del facultativo. Dos años más tarde, en 2009, el Tribunal Supremo ratificó la condena impuesta por la Audiencia.
El primer contagio atribuido a Maeso, según la sentencia de instancia, fue el 15 de diciembre de 1988, a una niña de cinco años, y el último el 27 de enero de 1998, a una paciente de 51 años que había sufrido una rotura de cadera y que fue intervenida en la Casa de la Salud. El 4 de febrero de 1998 ese centro hospitalario privado le prohibió la entrada al centro al haber dado positivo en una analítica al virus y el 20 de ese mes dejó de trabajar en La Fe, donde ejercía de Jefe de Servicio de Anestesia y Reanimación del Maternal, tras una reunión con sus superiores.
En los últimos años, los letrados de Maeso han ido pidiendo la libertad condicional del facultativo y la suspensión de la condena alegando su avanzada edad, las enfermedades que padecía y el riesgo de contagio de coronavirus en el establecimiento penitenciario. El tribunal lo ha ido denegando al no observar tales riesgos alegados. Hasta ahora.
Según la resolución judicial emitida por la Audiencia de Valencia el 15 de mayo de 2007, durante las intervenciones quirúrgicas, el procesado se inyectaba parte de las sustancias anestésicas que minutos después administraba a los pacientes, y lo hacía empleando la misma aguja, por lo que les contagió el virus.
El día antes de entrar en prisión Maeso concedió una entrevista en Telecinco en la que aseguró que era inocente y que todo el proceso vivido había sido "un montaje". También alegó que se había manipulado su genotipo, ya que no todos los afectados se contagiaron con su mismo genotipo.
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