Carlos Mazón no tendrá las manos libres para ejecutar alguna de las prioridades de su programa porque estará a expensas de lo que determinen Alberto Núñez Feijóo o Pedro Sánchez. El presidente valenciano –que hoy anunciará la composición de su Gobierno autonómico– empeñó gran parte de su campaña autonómica y, ahora la de las generales, en destacar los agravios y maltrato del Gobierno de Pedro Sánchez hacia la Comunidad Valenciana.
Gran parte del capital político de Mazón se ha basado en su capacidad de tejer pactos con partidos de orientación bien distinta al PP y que le ha valido, por ejemplo, hacerse con la Presidencia de la Diputación de Valencia gracias al apoyo de Ens Uneix (una formación escindida del PSOE valenciano tras la expulsión de Jorge Rodríguez por el caso Alquería).
El objetivo "es gobernar"
Más allá de su habilidad para llegar a consensos y alcanzar lo que Mazón considera que es el principal objetivo de un partido político que, como dice, "no es otro que gobernar", el líder del PP valenciano y ya presidente de la Generalitat ha de pasar la pantalla y empezar a gestionar.
Este apartado es en el que Carlos Mazón empieza desde hoy a jugarse su caché político y ver si, al margen de los temas orgánicos, es capaz de diseñar un plan que permita solucionar reivindicaciones históricas de los valencianos.
Sistema de financiación caducado
¿Y qué asoma en esa ventanilla de reclamaciones? Mazón no va a poder sortear la mejora del sistema de financiación autonómica aprobado en su día por José Luis Rodríguez Zapatero y que ha contribuido a generar una deuda monstruosa en la Comunidad Valenciana, por encima de los 55.000 millones de euros, y que se ha engrosado por la incapacidad de financiar siquiera políticas básicas como la sanitaria.
El próximo domingo se decidirá en las urnas quién es el presidente del Gobierno de España. Si continúa Pedro Sánchez el presidente valenciano tendrá difícil la interlocución en un tema que, con los socialistas en la Moncloa, sólo han tapado el agujero valenciano con inyección de dinero de manera coyuntural pero sin resolver el problema estructural.
Si es Alberto Núñez Feijóo quien se convierte en el nuevo presidente Mazón tiene algo ganado. Ambos comparten el análisis de que la Comunidad Valenciana está infrafinanciada y contemplan la necesidad de hacer una compensación sobre la deuda valenciana.
Ineludible pacto de los dos grandes
Ahora bien, el dedo en la llaga lo ha puesto en los últimos días el cabeza de lista del PP por Valencia para el Congreso de los Diputados, Esteban González Pons, quien ha repetido en varias ocasiones –como recogió Vozpópuli– que todo el mundo ha de ser consciente que "para que haya un nuevo sistema de financiación es necesario pactar con el PSOE".
No anda desencaminado uno de los principales apoyos de Núñez Feijóo, ya que las competencias son de ámbito estatal y la negativa de algunas autonomías como Cataluña a tratar este asunto en el Consejo de Política Fiscal y Financiera dificulta mucho la tarea.
El acuerdo PP-PSOE es básico para superar este esquema de financiación autonómica caducado y, como en otros asuntos, ahora mismo parece impensable que haya un acuerdo de los dos grandes partidos en ninguna cuestión.
Carlos Mazón también tiene opciones de hacer fuerza de manera conjunta con los socialistas en la Comunidad Valenciana y con Compromís. En la infrafinanciación hay un consenso amplio y un documento elaborado por expertos al que las formaciones políticas valencianas le han dado validez y lo secundan.
Necesidades hídricas
Lo mismo puede suceder con el agua, ya que Carlos Mazón debe conseguir que el trasvase de agua Tajo-Segura quede blindado y la rebaja del coste del agua desalada sea aún mayor que la ofrecida por el ejecutivo socialista.
Los pactos PP-PSOE, de nuevo, parecen inevitables para alcanzar una posición nacional en materia hídrica con la aprobación de los planes de Cuenca y la utilización de los criterios técnicos por encima de los políticos a la hora de hacer que el agua llegue desde territorios excedentarios hasta aquellos que presentan un déficit que empieza a ser estructural por la pertinaz sequía y el cambio climático.
Inversiones de los PGE
La tercera pata de la mesa reivindicativa de Carlos Mazón es, sin duda, la falta de inversiones de los Presupuestos Generales del Estado en tierras valencianas –especialmente en la provincia de Alicante-. Aquí, si Feijóo sale vencedor el próximo domingo, no debería haber tantos obstáculos para mejorar los números del Gobierno de Pedro Sánchez que ha situado a esta provincia a la cola en España durante dos ejercicios presupuestarios seguidos.
La voluntad del presidente nacional del PP es mejorar esa situación y a ello se ha comprometido durante la campaña, primero la autonómica y ahora en las generales, en la propia ciudad de Alicante y también en la cuarta ciudad (tercera en número de habitantes) de la Comunidad Valenciana como es Elche.
Prioridades con competencias propias
La última pata sería la relativa a un ramillete de actuaciones que se consideran también básicas para la economía autonómica valenciana como es la ampliación norte del Puerto de Valencia –que ha bloqueado en los últimos meses Yolanda Díaz–; la ubicación de alguna de las agencias estatales que el Gobierno de Pedro Sánchez ha 'deslocalizado' de la capital de España; la mejora de las ayudas estatales al sector cerámico de Castellón; o la aceleración en la ejecución de las infraestructuras del Corredor Mediterráneo que es clave para las exportaciones de la Comunidad Valencia y la competitividad del tejido empresarial.
El presidente de la Generalitat sí tiene el camino cuesta abajo para poder implementar las primeras medidas que ha anunciado porque dependen plenamente de él. En ese cajón se encuentran la rebaja del tramo autonómico del IRPF; la eliminación del Impuesto de Sucesiones y Donaciones; la eliminación de la tasa turística; o la libertad de elección de centro escolar y la gratuidad universal para la educación de la etapa de 0 a 3 años.
No habrá tampoco obstáculos para aprobar una ley de Señas de Identidad en la que su compañero de viaje en la Generalitat, Vox, no va a poner pegas, en principio. También pondrá especial empeño en lograr que se reduzcan las listas de espera en los centros de salud –por el colapso de la atención primaria– y también en las urgencias de los hospitales y en la citación para las intervenciones quirúrgicas.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación