La llegada de Carlos Mazón a la Presidencia de la Generalitat ha supuesto un cambio en las prioridades reivindicativas de los valencianos que ayer quedaron claras en su discurso institucional con motivo del 9 d'Octubre. Esa diferente baremación de necesidades ha provocado una clara ruptura con los dos partidos de la oposición: PSPV y Compromís.
Mazón ha decidido que el déficit de financiación que sufre la Comunidad Valenciana sea una prioridad, si no la primera, seguro que la que va a servir de ariete si Pedro Sánchez repite como presidente del Gobierno.
Silencio de Puig
El PP valenciano entiende que el "silencio y la pasividad de Ximo Puig" ha costado en los últimos años a los valencianos más de 9.000 millones de euros, porque ha antepuesto "su condición de socialista servil a Sánchez a los intereses de la Comunidad Valenciana".
Así se recogía en el programa electoral del PP para las elecciones autonómicas del pasado 28 de mayo y Mazón ha seguido esa hoja de ruta.
La reforma del sistema de financiación es una piedra angular de las reivindicaciones que el Gobierno de Puig sí trato de agitar al comienzo de su primera legislatura pero que fue languideciendo con el paso de los años en el poder.
Mazón también exige que la respuesta del Gobierno de España en materia de inversiones sea acorde al peso y proyección de la economía valenciana y que infraestructuras estratégicas como el Puerto de Valencia o el Corredor Mediterráneo avancen por ser clave para el desarrollo de la Comunidad Valenciana y del conjunto de España.
Agua para Alicante
La llegada garantizada de agua a provincias como la de Alicante que sufren mucho los efectos de la sequía también forman parte de lo que Mazón entiende como "irrenunciable".
Es una problemática que se enmarca en la justicia distributiva y solidaridad entre regiones que Ximo Puig tampoco supo arrancar a Pedro Sánchez para mejorar las perspectivas de los alicantinos.
Ahora bien, en ese ramillete de reivindicaciones Mazón puso ayer el acento en la "sanidad pública, los servicios sociales (con especial mirada a la salud mental), la atención a las personas mayores, la educación, la política de vivienda y el futuro de los jóvenes".
Y también solicita al Gobierno más ayudas a la industria cerámica, especialmente desatendida a pesar de su contribución estratégica a la riqueza común".
"Simplificar los procedimientos administrativos a personas y empresas; una mayor autonomía que es más protección para las mujeres; más seguridad en las calles, mayor soberanía energética; la defensa del Derecho Civil Valenciano y de la lengua valenciana", son otros de sus ejes de reivindicación y retos tanto a nivel autonómico como estatal.
Violencia machista y cambio climático
La prioridad de la coalición PSPV-Compromís-Podemos se centró básicamente en la lucha contra la violencia contra las mujeres (aunque los desoladores números de asesinatos no demostraron la eficacia de esa tarea) y la concienciación contra el cambio climático.
Socialistas y nacionalistas valencianos han roto puentes con el actual Gobierno de Carlos Mazón porque entienden que está "entregado a la extrema derecha".
El hecho de no situar las que fueron principales prioridades para el Gobierno de Ximo Puig entre las dos primeras del Ejecutivo de Carlos Mazón (aunque claramente las mantiene como cuestiones a mejorar ineludiblemente) ha sido suficiente como para dinamitar este comienzo de legislatura.
Nacionalismo catalán, en el foco
También se suma el hecho de que el actual presidente de la Generalitat Valenciana ha puesto la proa al independentismo catalán.
Sus exigencias contra el crecimiento del Puerto de Valencia y su 'intrusión' histórica en una de las señas de identidad del pueblo valenciano –como es la lengua valenciana reconocida en el Estatuto de Autonomía– son objeto de duras críticas de Mazón y sus socios de Gobierno de Vox en cada aparición pública..
PSPV y Compromís han sido más ambiguos o condescendientes tanto con la unidad de la lengua como con temas en los que Mazón es beligerante. Es el caso de la amnistía que ERC y Junts negocian con Pedro Sánchez para los intervinientes en el referéndum ilegal de 2017.
El exalcalde de Valencia Joan Ribó hacía alusión a esa división en sus redes sociales, evidenciando que no va a ser un mandato de concordia.
?❤️? Feliç 9 d'Octubre ?❤️?
— Joan Ribó (@joanribo) October 9, 2023
Tot i que hi ha qui vol dividir i excloure oblidant-se de que és la festa de tots els valencians i valencianes, en tota la seua diversitat. El poble valencià tornarà a alçar-se en un únic clam per recuperar el futur.#RecuperemElFutur pic.twitter.com/wqqfepqHKL
Tampoco deja lugar a dudas el expresidente de la Generalitat Ximo Puig, quien considera que el Ejecutivo de Mazón tiene un cierto tinte de ilegitimidad por el hecho de estar gobernando en coalición con Vox. Y así lo dejaba patente también en su cuenta de una conocida red social.
El més greu que ha fet el PP és introduir a l'extrema dreta en el govern.
— PSPV-PSOE (@SocialistesVal) October 8, 2023
No normalitzarem que l'extrema dreta estiga governant en la Comunitat Valenciana.@ximopuig #AvançarDe9 ??❤️ pic.twitter.com/XFhC8OeBWo
El recado de Mazón fue claro ayer: "Me niego a pensar que la diversidad de esta tierra tenga propietarios".
Fue una clara alusión a la división entre "buenos y malos valencianos" con la que asegura que han gobernado los anteriores inquilinos del Palau de la Generalitat.
La fractura es absoluta y sólo hay tres partidos que tengan protagonismo en estas primeras escaramuzas de la legislatura: PP, PSPV y Compromís.
Podemos ha desaparecido del mapa político valenciano; Ciudadanos, también; y Vox se encuentra cómodo en un segundo plano en el Ejecutivo autonómico aunque tratando de condicionar lo máximo posible las políticas de Mazón.
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