El presidente del Gobierno valenciano, Carlos Mazón, se enfrenta el próximo miércoles día 18 a su primer debate de Política General, ya que en 2023 no se celebró al tratarse de un año electoral tal y como marca el reglamento de las Cortes Valencianas.
El principal reto que tiene el presidente de la Generalitat Valenciana es atraer a los 13 diputados de Vox hacia el voto favorable para los Presupuestos autonómicos de 2025 que se presentarán, debatirán y votarán antes de que finalice el año.
El balance del primer año de legislatura se presenta denso en un discurso en el que Mazón tiene previsto destacar hitos como la bajada impositiva.
Balance con Vox
La libertad educativa (efectiva ya desde este curso académico recién comenzado), la defensa de las señas de identidad propias, o la reclamación al Gobierno de España de la llegada de agua suficiente a través de trasvases como el Tajo-Segura, serán alguna de esas cuestiones.
Para Mazón esta parte del balance puede ser provechosa en su objetivo, ya que en esas políticas el balance es compartido con Vox.
La colaboración de las dos formaciones fue clara en el Gobierno valenciano hasta que el pasado mes de julio Santiago Abascal dio la orden de finalizar ese apoyo y salir del Consell.
Los retos a futuro en Sanidad, en conservación del medioambiente, de atracción de inversiones y grandes eventos, o de apoyo a sectores clave como el turístico, el cerámico, el automovilístico, el energético o el agrícola, formarán parte de los retos pendientes de la legislatura.
Los obstáculos
La reivindicación de la mejora de la financiación o la política migratoria (que puede provocar el voto en contra en los Presupuestos) son cuestiones que también abordará Carlos Mazón, pero Vox no comparte su línea. Por ello, así el otro gran efecto que el presidente valenciano quiere causar tras su discurso es su acercamiento a PSPV y Compromís. Será muy difícil.
Esa capacidad de diálogo que Mazón exhibió en su época de presidente de la Diputación de Alicante ha tenido continuidad desde que es presidente de la Generalitat, aunque la distancia con la líder del PSPV, Diana Morant, es muy grande en estos momentos.
Los socialistas valencianos no tienen previsto apoyar las cuentas autonómicas para el próximo ejercicio mientras se mantengan leyes como la de Concordia que derogó la de Memoria Democrática. Es una línea roja.
Con Joan Baldoví mantiene una relación de amor-odio con algunos acuerdos puntuales que a Compromís le vienen bien para diferenciarse del PSOE valenciano (y que propició su entrada en la Mesa de las Cortes). Apoyar los Presupuestos de 2025 es una cuestión mayúscula, sin embargo, y la coalición nacionalista tampoco lo contempla salvo giro inesperado.
Canales abiertos
El próximo miércoles Mazón tiene previsto contestar de manera individual a cada portavoz parlamentario (aunque el reglamento le ofrece la posibilidad de hacerlo de manera conjunta a toda la oposición).
Mantener todas las líneas de diálogo abiertas es el primer encargo que Mazón ha realizado a sus colaboradores con especial incidencia en el portavoz parlamentario del PP, Juanfran Pérez, quien es además el número dos en el PP valenciano.
Estas líneas maestras ya las expuso el pasado martes el presidente valenciano ante el grupo parlamentario del PP en un encuentro que daba el pistoletazo de salida para las expectativas de los populares en este inicio de sesiones de las Cortes Valencianas. Nadie irá por libre.
La prórroga sobrevuela
En cuanto a la posibilidad de tener que gobernar con los Presupuestos prorrogados, es una cuestión que el propio Mazón reconoció en esa reunión que puede suceder, aunque expresó que la valoración de esa situación en términos políticos podría no ser tan negativa a medio plazo.
Diana Morant, por su parte, como principal alternativa política a Mazón para llegar a la Presidencia de la Generalitat en 2027, continuará con el lastre que significa no estar en el Parlamento autonómico.
La ministra tiene visibilidad por su cargo en el Gobierno de Pedro Sánchez pero cada vez más se le pide en la federación socialista valenciana su presencia diaria en la Comunidad Valenciana. Esta cuestión se despejará en los próximos meses cuando podría dejar el Ejecutivo central, si Sánchez la libera de su cometido actual, para centrarse en exclusiva en las tareas de liderazgo del PSOE valenciano.
