Comunidad Valenciana

Mazón decide continuar al frente de la Generalitat en la fase de recuperación social

La voluntad del presidente valenciano de centrarse en las ayudas a la población es secundada por Feijóo. El debate sobre acabar o no la legislatura se posterga

La enorme tragedia que ha asolado la provincia de Valencia y que seguirá durante muchos meses complicando severamente la vida de miles de personas tiene atrapado al Gobierno valenciano que lidera Carlos Mazón. Con más de doscientos fallecidos tras la brutal riada el escenario social, económico y, también político, es muy delicado y opuesto al rumbo que había tomado la legislatura.

La continuidad de Mazón al frente de la la Generalitat está, por ahora, garantizada, tal y como reconocen a Vozpópuli fuentes de toda solvencia. Hay dos factores determinantes en esta cuestión. El primero es la propia voluntad del presidente valenciano que quiere liderar la fase de la recuperación social tras la enorme tragedia de la triple riada que ha asolado tres comarcas valencianas.

Responsabilidades políticas

Mazón entiende que es el momento de ejercer su responsabilidad, que centra en "ayudar a que se sigan limpiando calles, ayudar a la recuperación de la vida de la gente, restaurar colegios, recuperar centros de salud y prevenir problemas sanitarios". Ayer, se explicaba así en el Centro de Emergencias en La Eliana y aseguraba que las responsabilidades políticas se analizarán en un periodo posterior. Ese momento "llegará, seguro", zanjaba el jefe del Consell, quien emplazaba a su comparecencia en las Cortes Valencianas del próximo jueves, aunque no aclara si esa depuración de responsabilidades le alcanzará a él también.

El segundo factor es el sentir del PP nacional. Su presidente, Alberto Núñez Feijóo, en la videoconferencia del pasado viernes con los presidentes autonómicos del PP se centró en agradecer la ayuda inmediata enviada a Valencia. Pasó de puntillas por la gestión previa y alabó la reacción del Gobierno valenciano que está "volcado" en tratar de recuperar un cierto grado de normalidad en las poblaciones afectadas.

La huida de Sánchez y Ribera

También el portavoz del grupo parlamentario popular en el Congreso, Miguel Tellado, afirmaba que "la Generalitat se ha sentido muy sola" en la gestión de la crisis de la DANA y que mientas Mazón comparecerá en las Cortes Valencianas, Pedro Sánchez y Teresa Ribera, se ausentarán en la sesión de control que tendrá lugar en la Cámara Baja.

Estas dos premisas para la continuidad de Mazón en el puesto se mantienen ahora mismo inalteradas, aunque en cualquier momento podrían variar. Feijóó tiene puesto el foco en la gestión posterior de la enorme tragedia de la DANA en Valencia por parte del Gobierno de Pedro Sánchez que, objetivamente, renunció a liderar la recuperación. Sánchez alude a la "cogobernanza" que propugna desde tiempos del COVID-19: "Todos somos Estado". Obvia que, en realidad, los gobiernos autonómicos no tienen medios para afrontar una catástrofe de esta magnitud ni de lejos.

Los ciudadanos se quejan de abandono de las instituciones, especialmente los tres primeros días, y eso fue así, es incontestable. Por lo tanto, una renuncia exprés del presidente valenciano supondría alejar el foco de las responsabilidades del Gobierno de Pedro Sánchez que, sin duda, también las tiene. En el PP eso lo tienen claro.

Incredulidad en el PP valenciano

El día antes del 29 de octubre el PP valenciano gozaba de buena salud, con encuestas internas que lo situaban en el entorno de los 46 escaños (a 4 de la mayoría absoluta), y con la salida de Vox del Gobierno autonómico ya amortizada. Un día después, con un giro inesperado de la vida, el panorama interno y externo es bien diferente.

Los populares valencianos estaban viviendo su etapa más plácida desde 2015 cuando comenzaron una travesía por el desierto con las acusaciones de corrupción a cuestas. Por ello, esta trágica situación –en la que es evidente que muchos de los integrantes de la monitorización de la tragedia minusvaloraron el poder destructivo de la DANA y la posterior riada, especialmente los políticos– ha sido un golpe muy duro.

La filtración de argumentarios internos a la prensa, chats de cargos públicos en redes sociales cuestionando la actuación del Gobierno valenciano, y grietas en el muro que Mazón construyó integrando a diferentes familias en puestos de responsabilidad han aparecido en los últimos días.

El temor a la reacción social –ayer mismo se manifestaron miles de personas convocadas por asociaciones de la izquierda política para pedir la dimisión de Mazón– ha paralizado durante días a la formación que lidera Carlos Mazón.

Cambios en el Consell

Las mismas fuentes confirman a este medio que la salida de la consellera de Justicia e Interior, Salomé Pradas, y la de Innovación, Industria, Comercio y Turismo, Nuria Montes, se dan por hechas (Vox ya las ha señalado y es la formación que debería salvar a Mazón de una eventual moción de censura). El momento en el que eso suceda lo sitúan en el entorno de la aprobación de los Presupuestos de la Generalitat para 2025 que recogerán medidas de apoyo a la población afectada por la riada. En esas semanas Mazón afrontaría una crisis en su Gobierno (queda un mes aproximadamente para ello).

Nadie se atreve a vaticinar, eso sí, qué sucederácon Mazón más allá de ese horizonte en el que la recuperación de la actividad económica, la normalización de las infraestructuras, la vuelta de los alumnos a sus colegios y demás factores ahora alterados por la DANA sea un hecho perceptible por la población. Es política ficción.

Podría él mismo cambiar entonces su actual empeño en la recuperación de las localidades destrozadas por las lluvias torrenciales y la riada y asumir en primera persona responsabilidades. O podría ser Feijóo quien en ese escenario pudiera preparar un cambio progresivo en el liderazgo del PP valenciano.

Demandas

Las demandas que ya están presentándose contra el Gobierno de Carlos Mazón y el de Pedro Sánchez pueden tener un recorrido largo, o no, y podrían ser también un factor a analizar.

Lo que las fuentes consultadas tienen claro es que un eventual relevo de Mazón a lo largo de la legislatura dejaría a María José Catalá, alcaldesa de Valencia, como la única en el partido con peso específico y escaño en las Cortes. Es el requisito indispensable para presentar una candidatura a la Presidencia de la Generalitat como ya sucedió en la salida de Francisco Camps y su sustitución por Alberto Fabra.

Al Gobierno valenciano le quedan semanas y meses por delante de mucha crítica. Tradicionalmente el PP apenas ha sabido digerir y aguantar estas situaciones donde la presión social aumenta y, en esta ocasión, ese movimiento tiene una base real de desapego hacia los políticos por la prevención, la gestión y el abandono posterior.

 

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