Comunidad Valenciana

Morant levanta su 'muro' ante Mazón por tener a Vox como socio y no habrá grandes pactos

El clima de enfrentamiento de PP y PSOE marca la primera reunión entre el presidente de la Generalitat y la líder del PSPV con posturas antagónicas. La agenda valenciana deberá esperar

Carlos Mazón y Diana Maront, reunidos ayer en el Palau de la Generalitat GVA

Carlos Mazón y Diana Morant mantienen una relación fluida y amable en lo formal pero tras su primera reunión institucional se puede afirmar que han levantado su 'muro' particular que prosigue al edificado por Pedro Sánchez al principio de esta legislatura –más alto y más grueso– frente a Alberto Núñez Feijóo y Vox, fundamentalmente.

El objetivo de la reunión de ayer era alcanzar grandes consensos en un intento loable por parte del presidente valenciano, quien recordaba que cuando pidió audiencia en la pasada legislatura a Ximo Puig tardó "seis meses en ser recibido" y cuando Diana Morant fue nombrada secretaria general del PSPV él tardo "seis horas en ofrecerle un encuentro".

Con Vox no hay 'paraíso'

El posicionamiento de partida de la líder del PSPV y ministra del Gobierno de Pedro Sánchez también albergaba ciertas esperanzas en acordar cuestiones que de manera mayoritaria pueden mejorar la vida de los valencianos.

El requisito previo, sin embargo, es muy rígido. "Que Mazón rompa con su socio de Gobierno", explicaba antes y después de la reunión Morant, lo que evidencia que esta primera cita (más allá de la cortesía) ha sido un gran fracaso.

Y es que, si Vox sigue siendo socio necesario para sostener al Gobierno valenciano no se alcanzará el 'paraíso' donde los dos grandes partidos nacionales podrían unir fuerzas para ser realmente útiles, en este caso, a la sociedad valenciana.

Reivindicaciones históricas

Las fuentes cercanas a este encuentro consultadas por Vozpópuli aseguran que las cuestiones de mayor trascendencia para la Comunidad Valenciana pasan por las competencias del Gobierno de Pedro Sánchez.

Es el caso de la infrafinanciación, la política de trasvases de agua, las inversiones, las infraestructuras aeroportuarias (todas ellas reivindicaciones históricas) o las ayudas al sector cerámico y a la agricultura, entre otras. Morant "se cerró en banda" afirman las mismas fuentes.

Incluso deslizan que Diana Morant se refirió al Consell en algún momento –de sus más de 90 minutos de conversación con Mazón– como "indigno", algo que al presidente valenciano, lógicamente, no le ha sentado bien. Y es que Mazón salió de la cita con cierto aire de "decepción" pese a que tampoco había grandes expectativas con carácter previo.

Carlos Mazón comunicaba a través del canal oficial de la Generalitat que "hemos decidido abrir una etapa de diálogo permanente" en la Comunidad Valenciana pero la realidad es que se ha quedado tan sólo en eso.

Quizás es porque la secretaria general del PSPV no quiere darle la iniciativa en el discurso público a quien sabe que será su principal adversario en las elecciones autonómicas previstas para mayo de 2027. Y eso incluye no dar la sensación de ceder sobre posturas fijadas con anterioridad o que puedan entrar en contradicción con su tarea en el Ejecutivo de Sánchez.

DOGV frente a BOE

"He venido aquí en calidad de secretaria general del PSPV y no como ministra del Gobierno de España, así que he venido a hablar del DOGV, no del BOE", reconocía la líder socialista a la salida del encuentro con el jefe del Consell.

Esa es la posición de fuerza con la que Diana Morant ha querido afrontar ante los suyos la reunión de la Ejecutiva nacional del PSPV que celebró apenas unas horas después en la capital del Turia. Las mismas fuentes aseguran que la política gandiense consigue así mayor adhesión entre su parroquia donde aún no ejerce un dominio férreo y necesita ir ganándoselo.

Si los pactos que Mazón ha ofrecido a Morant en este primer encuentro sobre cuestiones que dependen del Gobierno han quedado en una mano tendida sin apretón de vuelta; los que exige Morant al presidente de la Generalitat Valenciana también se quedaron en un guante no recogido.

La reforma legislativa

La ministra ha propuesto a Mazón recuperar el consenso sobre la violencia de género, sacar del Consell a Vox, que cese la 'censura' en materia de Cultura, que se aplique la Ley de Vivienda, que frene la reforma legislativa (en materia educativa, transparencia, À Punt, Agencia Antifraude y Memoria Democrática) y restaurar la "justicia fiscal" para garantizar la prestación de los servicios públicos fundamentales.

También ha dejado encima de la mesa revertir el área de salud Elche-Crevillente a la gestión pública o desbloquear el Fondo de Cooperación en las tres Diputaciones provinciales.

Sólo ha habido un tímido preacuerdo en rebajar la tensión política que es lo que Morant llama "máquina del fango, pseudomedios y fabricación de bulos" como algo a tener en cuenta por los responsables institucionales. Es el mensaje que emana de Moncloa desde que Pedro Sánchez acabó su periodo de cinco días de reflexión.

Y también hay buena predisposición en la Mesa del Agua autonómica que Mazón quiere impulsar y en la que el PSPV podría participar. Nada más.

Igual que hace 5 meses

Las fuentes consultadas estiman que la siguiente reunión entre ambos líderes "tardará más tiempo", ya que la impresión fue que se han conseguido muy pocos o prácticamente ningún avance sustancial.

Incluso, consideran que la primera reunión que Carlos Mazón ha tenido con Diana Morant ha sido un "calco" de la que mantuvo al principio de la legislatura con Rebeca Torró y Arcadi España.

En aquella ocasión, el 29 de noviembre pasado, Ximo Puig era el líder del PSPV y declinó ir al Palau de la Generalitat. Envió a sus dos personas de confianza (hoy en día secretarios de Estado) y la respuesta a los ofrecimientos de consenso de Mazón fue clara: "No habrá pactos mientras sea un 'rehén' de Vox".

Cinco meses después Diana Morant ha repetido ese guión y si la línea roja sigue siendo que Mazón no puede gobernar con el apoyo de Vox se puede dar por hecho que el frentismo y la política de trinchera ideológica va a presidir una legislatura más la relación entre Gobierno y oposición. Sin posibilidad alguna de alcanzar pactos.

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