Cadáveres de extranjeros que no tenían familia. La Policía Nacional ha detenido a los responsables de una funeraria de Valencia que falsificaban documentación para poder retirar los cuerpos de hospitales y residencias y después los vendían por 1.200 euros a universidades para su estudio. Los cuatro arrestados han quedado en libertad tras pasar a disposición judicial, según informan fuentes de la investigación a Vozpópuli.
La 'Operación Thanatos' ha sido desarrollada por los agentes de la Comisaría de Policía Nacional del distrito de Ruzafa (Valencia). Han detenido a cuatro hombres, de nacionalidad española, que tienen entre 41 y 74 años. Uno de ellos ya tenía antecedentes, según estas mismas fuentes. Todos quedaron en libertad tras declarar ante el juez.
La investigación comenzó a principios del 2023 tras tener conocimiento los agentes que se habría retirado el cadáver de un fallecido de la morgue de un hospital de manera irregular por parte de una funeraria. Los investigadores constataron se habían realizado falsificaciones en el libro registro del mismo, así como también en la documentación facilitada al Registro Civil.
Con estos datos, los funcionarios comprobaron como dos trabajadores de una funeraria, tras falsificar documentos, se habrían apoderado de un cuerpo que se encontraba en la morgue del hospital y lo habrían trasladado a una universidad para su estudio en vez de haberle dado sepultura. El fallecido debería de haber sido enterrado en su localidad de residencia en un sepelio de beneficencia abonado por el ayuntamiento de dicha localidad valenciana, sin embargo fue vendido para su estudio por casi 1.200 euros, sin que ningún familiar o amigo hubiera dado consentimiento.
No fue un hecho aislado. Los policías localizaron otro caso con el mismo modus operandi. Esta vez, el difunto se encontraba ingresado en una residencia geriátrica y al parecer, habría sido el propio hombre, tres días antes de fallecer quien habría supuestamente autorizado la donación de su cuerpo.
El perfil de los cadáveres
En este caso, los investigadores pudieron constatar que el hombre poco antes de fallecer tenía menoscabadas sus capacidades mentales ya que sufría un deterioro cognitivo severo, lo que no le hubiera permitido entender lo que suponía la donación. Además dicha donación fue firmada para que el cadáver fuera remitido a una determinada facultad de medicina, siendo finalmente llevado a otra, la cual pagaba más dinero por el mismo, para ello, consiguieron mediante engaño que personal sanitario firmara el cambio de destino del cuerpo.
Los investigados buscaban fallecidos que no tuvieran familiares, preferiblemente extranjeros o que en vida hubieran tenido condiciones de vida precarias para realizar las irregularidades, ya que así se aseguraban que no se hiciera ningún seguimiento sobre dichas donaciones por parte de algún familiar, buscando así una mayor impunidad.
Los agentes averiguaron que también se habrían producido irregularidades en las incineraciones de los cuerpos que habían sido supuestamente donados a la ciencia. Al parecer, una vez las universidades hubieran finalizado los estudios con los mismos, estas tenían que costear las incineraciones, haciéndose cargo de ellas la misma funeraria.
Incineraban varios cadáveres a la vez
Tras varias gestiones, los agentes averiguaron que la empresa funeraria habría facturado a una universidad 5.040 euros por 11 incineraciones, las cuales no aparecían reflejadas en las facturas emitidas por ninguna de las incineradoras que operan en Valencia.
Parece ser que los investigados aprovechaban la disección y desmembramiento de los cuerpos para introducirlos en los féretros de otros difuntos, realizando en una sola incineración la cremación de varios cadáveres, ahorrándose pagar por ellas y a la vez facturándolas a la universidad, sacando notables beneficios con esta práctica.
Finalmente, ante tales hechos, los agentes detuvieron a los responsables de la funeraria investigada, así como a dos trabajadores de la misma como presuntos autores de un delito de estafa, además a dos de ellos también se les imputa un delito de falsedad documental. Las pesquisas siguen abiertas para tratar de localizar más casos de este tipo venda de cadáveres.
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