Todas las encuestas que se están realizando en los últimos meses en la Comunidad Valenciana apuntan a que la cita electoral (aún pendiente de saberse en qué momento la convocará Ximo Puig) va a ser muy reñida. Los datos de este sondeo interno cifran la suma de PP y Vox en una horquilla de entre 50 –cifra en la que se sitúa la mayoría absoluta– y 52 escaños, suficiente para que el presidente autonómico de los populares, Carlos Mazón, alcance la Presidencia del Gobierno valenciano.
El PP valenciano modera, eso sí, la subida meteórica que logró con la llegada a la presidencia nacional de la formación de Alberto Núñez Feijóo. Al principio del verano y concidiendo con las elecciones andaluzas el sondeo de los populares otorgaban a Mazón 35 escaños y en el actual muestreo la horquilla de escaños en las Cortes Valencianas se sitúa entre 33 y 34. El PP valenciano sería la primera fuerza en número de votos con un porcentaje cercano al 32%.
Puig crece pero no lo suficiente
En segundo lugar se situaría el PSPV de Ximo Puig con un porcentaje de votos del 27% para una horquilla de escaños de 28-29. La subida de los socialistas respecto a sus escaños en las Cortes alcanzados en las elecciones de 2019 no sería suficiente para retener el Gobierno valenciano.
En tercer lugar, desplazando a Ciudadanos, que se hunde con un 3% de los votos, encontraríamos a Vox con un porcentaje del 16% y con una estimación de escaños entre 17 y 18. En este sondeo ya empezaban a mostrarse los efectos de la crisis surgida en Vox con la salida airada de Macarena Olona pero es posible que a medida que se ha enrarecido el ambiente la tendencia del partido de Santiago Abascal sea ligeramente a la baja.
Compromís baja respecto a su actual representación en la Cámara autonómica y se situaría en un porcentaje de votos algo superior al 12% para un total de 13-14 escaños. Los diputados que baja la coalición nacionalista serían la clave para que el bloque de izquierdas no reeditará el pacto que sustenta al Gobierno valenciano. La crisis de liderazgo después de la salida traumática de Mónica Oltra tiene efectos sobre el votante, según este estudio y está por ver la evolución en las próximas semanas.
Podemos, en el filo
El último partido que alcanzaría representación en las Cortes Valencianas sería Podemos. La formación morada apenas llega al 6%, muy cerca del precipicio del 5% porcentaje por debajo del cual se quedaría fuera del Parlamento valenciano. La proyección en escaños es de 5 ó 6.
Así las cosas, parece que a poco más de medio año para las elecciones (si Puig no acaba adelantándolas) el PP de Carlos Mazón va a necesitar que Vox no se desinfle y acierte en la elección de su cabeza de cartel. Los populares parecen haber moderado su ascenso pero se estabilizan como primera fuerza en número de votos de manera holgada, lo que le beneficiará a la hora de aplicar la ley electoral d'Hont.
Por su parte, el bloque de izquierdas necesitaría un último empujón por parte de los socialistas (Compromís no parece en disposición de crecer) para llegar a los 50 escaños. Este sondeo del PP otorga una horquilla de entre 46 y 49 escaños a las tres fuerzas de la izquierda valenciana a 1, en el mejor de los casos, de llegar a la mayoría absoluta.
La evolución de la economía, los casos de corrupción política que está en sede judicial y la elección de los candidatos van a ser los tres condicionantes que decanten la balanza hacia un bloque u otro siempre aplicando la fotografía que brinda este estudio de los populares valencianos.
Lo que también demostraría es que el PP valenciano está algo por debajo del porcentaje de apoyo que le brindan las encuestas a Feijóo, unos dos puntos, que confirman que Vox en la Comunidad Valenciana estaría ligeramente por encima de la marca a nivel nacional.
El esprint final de Mazón y Puig
Carlos Mazón no se fía del resultado final y ya ha activado la maquinaria electoral del PP valenciano y esta semana ha dado luz verde a los nombramientos de los integrantes de los comités electorales de los diferentes ámbitos territoriales. Este proceso dará paso a lo largo del presente mes de octubre a las propuestas por parte de los comités electorales locales, de los diferentes candidatos que concurrirán a las elecciones municipales y que deben servir de empuje para que Mazón sea presidente de la Generalitat si finalmente coinciden ambas elecciones.
Ximo Puig, por su parte, se encomienda a una recuperación económica que tarda en asomarse y a los efectos en la sociedad pública valenciana de su reforma fiscal que aún debe concretar con los socios de Gobierno. Puig ha multiplicado su agenda en las últimas semanas consciente de que sin ese esfuerzo final de la legislatura tendrá difícil revalidar la victoria de 2019.azon
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