La visita de Alberto Núñez Feijóo a Valencia el pasado domingo dejó claro que el PP impulsa en la última semana de campaña una gran movilización para que la participación en las urnas el próximo domingo sea elevada. El objetivo es doble, por un lado, aglutinar todo el voto posible del centro derecha en las papeletas del Partido Popular y, por otro, dificultar aún más la entrada de Podemos al parlamento valenciano.
La formación morada, que tiene a Héctor Illueca como cabeza de lista, coquetea en todos los pronósticos con el listón electoral de 5% que se exige para entrar en las Cortes. Décimas arriba o abajo, Podemos está en el filo de la navaja y una alta participación haría más exigente el número de votos necesarios para superar la barrera que establece la Ley Electoral Valenciana.
Tanto Feijóo como el candidato del PP a la Generalitat, Carlos Mazón, apelaron en el mitin central de los populares a que haya una votación masiva. Esa estrategia va a continuar en estos días que restan hasta el 28-M.
El PP, a superar el 73%
La aspiración de los populares valencianos, según las fuentes consultadas por Vozpópuli, es que el porcentaje supere el 73% de votantes que se registró en 2019. Si se toma como referencia esa cifra, Podemos necesitaría en la cita del próximo domingo un mínimo de 136.000 votos que parece que está en el límite de sus posibilidades actuales.
En cambio si se toma como referencia la máxima participación de votación autonómica de la serie autonómica que está en un 76% en el año 1995, Podemos no podría entrar en las Cortes con menos de 141.000 papeletas.
Por contra, el perfil más bajo de la campaña del PSOE podría ir encaminado a que la participación se situará en en el entorno de la más baja de la democracia que se dio en 1999 con un 67%. Con esta participación Podemos se vería obligado 'solo' a tener 125.000 votos para seguir formando grupo parlamentario en el Parlamento autonómico, un objetivo que parece más asequible si Yolanda Díaz echa una mano en los próximo días.
Las predicciones matemáticas sobre quiénes son los beneficiarios de una alta o baja participación desaparecieron con la tendencia menguante del bipartidismo que, justo el próximo domingo, podría comenzar a recuperar pujanza. Con la irrupción de más partidos en los parlamentos se hace más complicada esa traslación del porcentaje de votantes sobre el destinatario final de las papeletas.
El PSOE ve a los 'suyos' reactivándose
En el PSOE valenciano, las fuentes consultadas por este medio, piensan que una alta participación indicaría que su electorado que, aseguran, "ha estado menos movilizado desde el inicio de la campaña" tendría un comportamiento más activo en este tramo final y que esa "activación" podría también estimular a los simpatizantes de Podemos y ayudarles a cruzar el puente del listón electoral del 5%.
En este enmarañado panorama de a quién beneficiará la alta participación hay que hacer una distinción entre las elecciones autonómicas en la Comunidad Valenciana y las que se celebrarán en Valencia ciudad.
Si se toma como referencia la serie histórica, el PP ha salido beneficiado en cuatro de las siete ocasiones en las que se ha rebasado la barrera del 70% en las elecciones autonómicas. Eduardo Zaplana (1) en 1995 y Francisco Camps (3), 2003, 2007 y 2011, fueron los presidentes de la Generalitat del PP que se vieron en esta situación.
Por contra, el PSOE ha sido vencedor en tres votaciones en los que ese porcentaje del 70% se ha rebasado. Joan Lerma (2) 1983 y 1987 y Ximo Puig (1), en 2019, fueron los jefes del Consell socialistas que lo lograron.
Valencia ciudad rompe la regla
Ahora bien, en la ciudad de Valencia el panorama es distinto. Primero porque se da por descontado que Podemos no entrará en el hemiciclo municipal y si el electorado de PP y Vox está más movilizado que el de la izquierda no tendría mucho sentido pedir más participación.
Quizás por eso, la candidata local, María José Catalá, no ha pedido esa movilización de la última semana de manera tan efusiva. En el mitin del pasado domingo, de hecho, centró más su discurso en el aspecto de proyección de futuro de la ciudad. Sí ha solicitado el voto útil para el PP pero no una movilización masiva.
Y es que, a diferencia de lo que sucede a nivel autonómico, los números en este caso reflejan que en la serie histórica de votaciones en la ciudad la izquierda ha ganado más veces que la derecha cuando la participación ha rebasado el 70%. En la ciudad, a diferencia de lo que ocurre a nivel autonómico, esa barrera se ha superado en sólo tres ocasiones.
En dos de ellas la izquierda consiguió la Alcaldía. Ricard Pérez Casado (1), que fue alcalde del PSOE en esa circunstancia en 1987 y Joan Ribó (1), de Compromís, en 2015. Mientras es estandarte local del PP, Rita Barberá, consiguió ser alcaldesa en seis mandatos y solo en uno de ellos se superó el 70% (1995).
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