Ximo Puig sigue dando pasos para convertirse a corto plazo en la clave de bóveda de la alternativa socialista al futuro Gobierno de Carlos Mazón. El presidente valenciano en funciones será el encargado mañana de dar la réplica al líder del PP en el debate de investidura que tendrá lugar en las Cortes Valencianas.
El propio Puig confirmó ayer que será el encargado de intervenir por parte del grupo parlamentario socialista –del que es su presidente pero no su portavoz, cargo que ha recaído en Rebeca Torró– porque "casi 700.000 valencianos nos dieron su apoyo y es mi responsabilidad rebatir al señor Mazón".
La réplica que Puig ha decidido protagonizar (con el respaldo de su grupo parlamentario) se convierte en la tercera vez en el periodo democrático en la Comunidad Valenciana en la que un presidente saliente actúa en el debate de investidura como líder de la oposición ante el ganador de las elecciones.
Lerma y Fabra
Previamente a la que está prevista en la sesión de mañana, el primero que se vio en esa situación fue el socialista Joan Lerma quien después de trece años como presidente de la Generaltiat, el 30 de junio de 1995, quiso dar la réplica al ganador de las elecciones, el candidato del PP, Eduardo Zaplana.
La siguiente ocasión en la que se produjo esta situación llegó el 25 de junio de 2015 con el presidente en funciones de la Generalitat, Alberto Fabra (PP), que decidió dar la réplica en el debate de investidura a Ximo Puig, que sería presidente autonómico ese día gracias a los votos de Compromís y Podemos.
Los momentos y la conformación de la Cámara autonómica son diferentes pero lo que ha quedado claro en la previa de la sesión de investidura es que el espíritu de la intervención de Puig está situado en las antípodas de la que protagonizó Joan Lerma en el año 95.
Hoy no le atacaré, hoy le digo que le ofreceré mi colaboración y la de todo el grupo, porque sé las dificultades de gobernar y sé que no entra en un sitio como la Generalitat, que tiene la responsabilidad de gobernar a todos los valencianos y que tiene 850.000 millones de pesetas de Presupuesto, sin saberloJoan Lerma a Zpalana
El hoy senador socialista encajó la derrota frente a Zaplana con deportividad y aseguró en su discurso que: "Hoy no le atacaré, hoy le digo que le ofreceré mi colaboración y la de todo el grupo, porque sé las dificultades de gobernar y sé que no entra en un sitio como la Generalitat, que tiene la responsabilidad de gobernar a todos los valencianos y que tiene 850.000 millones de pesetas de Presupuesto, sin saberlo".
"Y por tanto –proseguía Lerma– yo estoy dispuesto, como todos, a ofrecerle toda nuestra colaboración. Colaboración y consenso también".
Zaplana recogía el guante y le decía a Lerma que: "Le tiendo la mano y estoy dispuesto a entenderme con usted cuantas veces creamos que son necesarias para el bien de los intereses de los ciudadanos valencianos que, desde una óptica distinta usted y yo seguro que defendemos".
La salida de Alberto Fabra también fue bastante elegante, aunque en pleno acoso al Partido Popular por los casos de corrupción que le costaron la derrota en las urnas, y el ahora cabeza de lista para el Congreso por Castellón se atrevió a decirle a Puig que "a ustedes –en referencia a PSPV, Compromís y Podemos– sólo les une el odio al PP".
Ahora es su oportunidad para demostrar que son capaces de gobernar hacia todos los valencianos, defendiendo a aquellos que les han votado y a los que no. Le deseo suerte, señor Puig, por el bien de todos y por el bien de la Comunidad ValencianaAlberto Fabra a Puig
Fabra, no obstante despidió su discurso asegurando que: "Ahora es su oportunidad para demostrar que son capaces de gobernar hacia todos los valencianos, defendiendo a aquellos que les han votado y a los que no. Le deseo suerte, señor Puig, por el bien de todos y por el bien de la Comunidad Valenciana".
Y también añadió que desde el grupo parlamentario popular "vamos a hacer lo posible para que entre todos seamos capaces de generar esperanza e ilusión a todos los valencianos desde sus representantes políticos, cada uno con su visión ideológica, pero todos, confío sumando sus esfuerzos para recuperar la ilusión y la esperanza de todos".
Puig repite ataques al PP
Puig agradeció en su respuesta a Fabra "el tono" que éste demostró durante su intervención, aunque fue agresivo en la crítica a sus antecesores como se refleja en una de las partes de su intervención.
Aseguraba Puig que: "La Comunidad Valenciana no es corrupta. Quienes han sido corruptos han sido los dirigentes que la han dirigido en estos veinte años (los mandatos de Eduardo Zaplana, José Luis Olivas, Francisco Camps y Alberto Fabra). Esos sí que han sido los corruptos, pero no la Comunidad Valenciana".
Ximo Puig, ahora como perdedor en las elecciones, afronta el papel contrario y los prolegómenos de ese debate no presumen tanta mano tendida como la que su compañero Joan Lerma practicó en el año 1995.
Ese PSOE dividido entre Pedro Sánchez y Felipe González parece encontrar su réplica entre los socialistas valencianos buceando un poco en la hemeroteca.
Mi obligación es que se vea claramente que hay dos modelos de gobierno, uno vinculado a la ultraderecha y otro al progreso. Estamos convencidos de que continuar con un gobierno de progreso era la mejor opción para la Comunidad ValencianaXimo Puig
El secretario general del PSOE valenciano recalcaba ayer que "mi obligación es que se vea claramente que hay dos modelos de gobierno, uno vinculado a la ultraderecha y otro al progreso. Estamos convencidos de que continuar con un gobierno de progreso era la mejor opción para la Comunidad Valenciana".
Las críticas de este estilo de Ximo Puig han sido continuas desde que se produjo el pacto entre PP y Vox. En las formas el presidente valenciano en funciones siempre mantiene un tono cordial aunque el discurso sea duro.
Consensos muy lejanos
Los consensos en la XI legislatura en las Cortes Valencianas parecen muy alejados. A la línea roja que Puig ha puesto a cualquier acercamiento con Vox, y que comparte Compromís, se suman los problemas entre nacionalistas y socialistas una vez que han perdido el poder.
"El Botànic era un pacto de gobierno, no de oposición" deslizaban los colaboradores de Puig como argumento para no ceder un puesto a Compromís en la Mesa de las Cortes que finalmente lograron con el apoyo del PP.
Esa división interna de los partidos de la izquierda valenciana más la presencia de Vox en la Cámara van a dejar a Carlos Mazón en un escenario de dificultad para urdir pactos con los socialistas que son la segunda fuerza en la Cámara autonómica.
A esta situación se une el hecho de que la convocatoria de elecciones generales para el 23-J ha provocado que el debate de investidura llegue ya en plena campaña y con Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo quemando sus últimas naves para atraer votantes.
Es muy posible que el clima del debate de investidura de mañana esté opuesto diametralmente al que se registró en el 95 con la primera pérdida del poder autonómico por parte del PSOE valenciano y que el fragor de la campaña electoral se imponga a un cambio de ciclo sereno en la política valenciana.
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