La llegada de Joan Ribó a la Alcaldía de Valencia vino de la mano de la demonización de los coches oficiales y la bendición de la bicicleta como medio de transporte para ir al trabajo. Casi ocho años después de aquella cruzada se puede afirmar que Ribó utiliza el vehículo del Ayuntamiento casi a diario.
La capital del Turia es ideal para el uso de las bicicletas, aunque también es cierto que cuando en verano aprieta el calor y la humedad a muchos valencianos no les seduce ir al trabajo sufriendo el rigor de ese clima. Sea como sea, Ribó atizó con dureza a la entonces alcaldesa, Rita Barberá, durante la precampaña electoral de 2015 a cuenta del uso del coche oficial. Cuando el hoy alcalde logró la vara de mando, todo cambió.
En coche desde el primer año
Ya en su primer año como alcalde realizó un total de 127 desplazamientos en coche oficial para acudir a diferentes actos oficiales de los que sólo 11 correspondían a viajes fuera de Valencia. El resto, 116, fueron en itinerarios dentro de la capital del Turia.
Las fuentes del Ayuntamiento de Valencia reflejan que en 2022, el penúltimo año de su segundo mandato, Joan Ribó ha elevado aún más su uso del coche oficial. En total, han sido 132 viajes realizados con este medio de transporte durante los doce meses del año pasado y algunos de ellos a destinos que apenas distan un kilómetro del despacho de Alcaldía que ocupa el político manresano.
Fuera de la ciudad de Valencia, Ribó sólo ha utilizado el vehículo oficial en 5 ocasiones –para ir Alicante, Sagunto, Manises, Burjassot y Rocafort–. El resto, un total de 127 son desplazamientos por el interior de Valencia. Así que Ribó no ha reducido el uso del coche a lo largo de su mandato sino que lo ha incrementado.
Uso diario
Joan Ribó también ha ido reduciendo sus días de agenda con actos oficiales hasta una cifra de 227 durante 2022. De esta forma, el uso del coche oficial por parte del alcalde de Valencia es casi diario. Concretamente lo reclama para acudir a actos oficiales una vez cada 1,7 días atendiendo a las jornadas en las que tiene agendados encuentros a los que acude en representación de su cargo.
La movilidad es uno de los caballos de batalla para los vecinos de Valencia. Es cierto que se ha elevado el uso de transportes alternativos al coche como la bicicleta, los patinetes o los patines a través de la red de carriles-bici que construyó Rita Barberá y que ha ampliado Ribó. Y también lo es que los desplazamientos en vehículo particular dentro de la ciudad han duplicado su tiempo de recorrido en algunos itinerarios, al igual que ha aumentado la dificultad para acceder desde el exterior.
Problemas de movilidad
La peatonalización de algunas áreas ha congestionado otras que sufren una mayor intensidad de circulación. La política de movilidad, que dirige el polémico Giuseppe Grezzi, está orientada a conseguir un centro urbano a imagen y semejanza de capitales europeas como Amsterdam, aunque la actividad en ambas urbes en esas zonas es muy diferente.
El peatón está en el centro de esas políticas de movilidad, pero para ello tiene que haber un refuerzo en el transporte público que todavía no se ha abordado después de 8 años.
Ribó, mientras, está a punto de comenzar su tercera precampaña electoral para repetir como alcalde e insiste en la necesidad de hacer de Valencia una ciudad verde y donde el vehículo privado pierda protagonismo. Los datos le contradicen en su quehacer diario ya que en sus dos mandatos suele acudir en bicicleta al Ayuntamiento pero prefiere el aire acondicionado o la calefacción del coche oficial para desarrollar su agenda.
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