Comunidad Valenciana

Un estudio de la UPV sostiene la autenticidad del Santo Cáliz de la Catedral de Santa María de Valencia

Se trata de una de las reliquias más importantes de la cristiandad y se idolatra desde 1437

Un nuevo rayo de luz sobre uno de los misterios más famosos de la religión católica. La copa de ágata conservada y expuesta en la Catedral de Santa María (Valencia) ha vuelto a ser verificada como la que usó en su día Jesús durante la Última Cena por la Universitat Politècnica de València (UPV). Después de la Crucifixión, la cena pascual es uno de los momentos del Nuevo Testamento del Libro Sagrado que más incógnita ha generado durante los últimos años, potenciado aún más por la búsqueda del Santo Cáliz propio de la institución de la Eucaristía que Jesús ofreció a sus apóstoles.

Tal y como señala la propia Catedral de Valencia, el Cáliz fue llevado a Roma por San Pedro y fue conservado allí por los Papas sucesores hasta San Sixto II, quien por mediación de su diácono San Lorenzo, lo envió a Huesca en el siglo III para librarlo de la persecución del emperador Valeriano. Después, durante la invasión musulmana (año 713) fue ocultado en la región del Pirineo y, acto seguido, en el Monasterio de San Juan de la Peña (Huesca), donde se refieren a él en un documento de 1071. Finalmente, la reliquia fue entregada a Martín el Humano, quien también lo mencionó entre sus bienes.

No sería, por lo tanto, hasta 1425 cuando el relicario real pisara por primera vez territorio valenciano con motivo de la visita y la estancia del Rey en Nápoles. Posteriormente, fue entregado junto con las demás reliquias a la Catedral de Santa María en el año 1437, según apuntan los archivos de la parroquia. Desde entonces es una reliquia más expuesta en una de las catedrales españolas más visitadas.

Sin embargo, tal y como ocurre con casi todas las historias que envuelven a la religión, la aceptación de esta historia es propiamente verosímil, carente de muchos datos y pruebas que evidencien el verdadero camino que, en este caso, trazó el Santo Cáliz. Para ello existen disciplinas como la teología o la propia historia, encargadas de trazar un único sentido a través de textos sagrados y demás fuentes de documentación. En este sentido, la Universitat Politècnica de València (UPV) ha publicado un nuevo estudio donde evidencia la autenticidad de la copa sagrada de dos piezas.

La UPV despeja las dudas: el Cáliz de Valencia es el mismo que utilizó Jesús

La investigación de la UPV, liderada por el profesor Manuel Zarzo, defiende en primera instancia que el Santo Cáliz que se custodia en la Catedral de Santa María de Valencia pertenecía a la familia de San Marcos. No obstante, el informe publicado solamente defiende la tradición de la copa superior del vaso completo, siendo esta la utilizada por Jesús de Nazaret durante la Última Cena y no las asas y el pie de origen medieval que Zarzo considera como una "naveta de alabastro de arte islámico totalmente diferente a la copa".

En el libro "El cáliz revelado", publicado en 2020 por el catedrático de la misma UPV Gabriel Songel, se desvelaban ya nuevos detalles sobre esta copa tallada en piedra de ágata que, según la tradición, fue llevada a Roma después de la Eucaristía sagrada y que fue utilizada por los primeros Papas. A este panorama, Zarzo añade un paso más: la familia de San Marcos era su propietaria.

"Hace unos años escuché que el Cenáculo, es decir, el lugar donde Jesús celebró la Última Cena, era la casa del evangelista San Marcos, cuya familia sería también la propietaria del Santo Grial. Sin embargo, en los estudios sobre el Santo Cáliz de València, muy raramente se comenta dicha posibilidad, y esta idea es ampliamente desconocida por los valencianos", afirma el catedrático de la UPV.

Por este motivo, Zarzo decidió realizar un exhaustivo estudio bibliográfico sobre todo lo relacionado con el Cenáculo y la biografía de San Marcos, a partir del cual "han surgido conclusiones interesantes", asegura Zarzo. El profesor de la UPV considera" bastante verosímil" que el Cenáculo fuese la casa de San Marcos, pues así lo defienden la mayoría de exégetas modernos. "Y lo más relevante en relación al Santo Cáliz es que San Marcos fue intérprete de San Pedro durante mucho tiempo, traduciendo del arameo al griego, y le acompañó hasta Roma, donde compuso el segundo Evangelio, probablemente hacia el año 65 o 67, poco después de morir San Pedro", señala el investigador.

Desde la UPV señalan que ser conscientes de la vinculación entre Pedro y Marcos es fundamental, pues hace verosímil que una copa tan valiosa fuera llevada a Roma. Además, Zarzo considera importante vincular en lo sucesivo la historia del Santo Cáliz de Valencia con la figura de San Marcos, ya que refuerza la tradición y despierta el interés de millones de los turistas y peregrinos que visitan año tras año la catedral de Valencia.

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