Comunidad Valenciana

Los valencianos dan portazo al ciclo de la izquierda y buscan con Mazón un despegue económico

El nuevo presidente de la Generalitat encabeza la generación de líderes del PP que han recuperado las instituciones en una dura situación económica y de gran polarización social

El cambio de ciclo político en la Comunidad Valenciana hacia el PP de Carlos Mazón es la principal novedad que deja un año electoral como el 2023. Los valencianos se han abonado a la alternancia entre partidos y ya son 4 las ocasiones durante la serie democrática en las que el PSOE y el PP se han sucedido en el poder.

Las dos primeras veces socialistas y populares gobernaron en solitario (hasta 2015) y en los últimos años el PSOE valenciano se ha tenido que apoyar en Compromís y Podemos y el PP, desde el pasado 28 de mayo, en Vox.

Carlos Mazón encarna a la perfección una hornada ganadora de dirigentes del PP que con la ayuda obligada de los de Santiago Abascal (con el extorero Vicente Barrera como vicepresidente del Consell), ha alcanzado el poder en las principales instituciones de la Comunidad Valenciana.

Todas las instituciones

Él está al frente de la Generalitat; María José Catalá gobierna en el Ayuntamiento de Valencia (y ha rehabilitado la imagen de Rita Barberá); Luis Barcala en el de Alicante y Begoña Carrasco en el de Castellón.

Las tres diputaciones también cayeron en manos de los populares tras las votaciones del 28-M con Toni Pérez en Alicante; Marta Barrachina en Castellón y Vicente Mompó (con el apoyo del partido comarcal Ens Uneix) y el externo de Vox, en Valencia.

Los valencianos no han escapado de la polarización de la política y sólo dos meses después (el 23 de julio) volvieron a las urnas para elegir al presidente del Gobierno y, en este caso, la izquierda no salió tan mala parada.

Contribuyó a que Pedro Sánchez no certificara el derrumbe que se le presuponía y alcanzara (tras múltiples cesiones a socios independentistas catalanes y vascos), la Presidencia del Gobierno.

Difíciles consensos

Los consensos entre la Generalitat y el Gobierno de España parecen ahora mismo lejanos en materia fiscal y también en lo referente al objetivo de déficit y a la condonación de parte de la deuda.

La falta de recursos hídricos, el caos en la red de Cercanías y el retraso en ejecución de infraestructuras como el Corredor Mediterráneo o el túnel pasante de Valencia sitúan en las antípodas a Sánchez y a Mazón.

La luz verde a la ampliación norte del Puerto de Valencia (tras 13 meses de bloqueo político por parte de Yolanda Díaz y sus socios de Compromís) parece el único gran acuerdo que se puede alcanzar en esta legislatura.

El adiós de Puig

Los escaños obtenidos marcan la vida interna de los partidos y ahora son el PSOE, Compromís y Podemos, los que purgan la pérdida del poder, como le sucedió al PP de Isabel Bonig durante dos mandatos.

Ximo Puig, en el comité nacional del PSPV en el que anunció su adiósEFE

Los socialistas son los que más definido tienen su camino de renovación. Ximo Puig ya ha dado un paso atrás convocando un Congreso extraordinario en el que se elegirá a un nuevo secretario general y ha dejado vía libre a la preferida de Sánchez para el relevo, la ministra de Ciencia, Diana Morant (si la federación socialista valenciana no apuesta por otras alternativas).

Compromís, en apuros

En Compromís este 2023 ha supuesto la pérdida de todos su poder institucional (incluido el del Ayuntamiento de Valencia) y sus dos principales referentes se han evaporado.

Joan Ribó se ha colocado en segunda línea en la oposición municipal –probablemente no acabará la legislatura– mientras que Mónica Oltra suma meses de calvario judicial y tiene ya casi imposible su regreso a puestos de relevancia.

La crisis de Iniciativa, una de las tres patas de la coalición nacionalista hace más difícil pensar que Compromís vuelva a los obtener los resultados de los últimos años.

Y Podemos, directamente, se ha diluido en la Comunidad Valenciana. La mayor implantación territorial de Compromís y el surgimiento de Sumar han acabado por alejar a esta formación de todas las instituciones, autonómica, locales y provinciales y su futuro apunta a una presencia testimonial.

La infrafinanciación

La crisis económica y de referentes sociales ha influido en el ánimo de los valencianos a la hora de votar y se ha activado el botón del cambio que en la Comunidad Valenciana no es tan rígido como en otros territorios.

Y es que la infrafinanciación que sufre el territorio supone una merma de oportunidades a la hora del impulso de políticas económicas de las Administraciones públicas.

Casi el 25% de los valencianos se encuentran en 2023 en riesgo de pobreza o de exclusión social , según el informe del Instituto Valenciano de Estadísticas.

El pago cada vez más elevado de las hipotecas (salvo el respiro del euríbor en el mes de diciembre), la inflación desbocada y el estancamiento salarial han formado parte de la economía de los valencianos en este año nada fácil para una clase media cada vez menos nutrida y con recursos menguantes.

El sector automovilístico, clave

Uno de los principales motores de la economía valenciana, el automovilístico, ha vivido un movimiento pendular.

Ford, la primera gran multinacional que aterrizó en la Comunidad Valenciana, pasa este ejercicio por momentos de gran dificultad. Un ERE ha reducido su plantilla en un millar de personas y el efecto de arrastre en otras empresas auxiliares está siendo muy grave y dañino en materia de empleo.

El Rey Felipe VI, durante el acto inaugural de la construcción de la gigafactoría de Volkswagen en SaguntoEP

En el otro extremo, Volkswagen, ha comenzado la urbanización de los terrenos en Sagunto donde dentro de tres años estará ubicada su gigafactoría de baterías. Ha sido, sin duda, la gran noticia económica para la Comunidad Valenciana.

También ha pasado factura en este 2023 la subida del coste de la materia prima al sector de la cerámica que ha recibido ayudas del Gobierno pero muy escasas, lo que ha lastrado su competitividad y atraviesa una de las peores crisis que se recuerda.

Cambio climático

El avance de la desertización en el sur de Alicante, la regresión de las playas o los problemas hídricos en la Albufera han persistido este año, recordando que la Comunidad Valenciana está en una zona de alto peligro por el cambio climático.

Los incendios de quinta generación, especialmente virulentos, como el Montixelvo y las fuertes granizadas en zonas de costa (poco habituales y reducidas hasta hace pocos años a zonas de montaña) también han evidenciado este riesgo de un clima más extremo e impredecible dentro de un ciclo de persistente sequía.

Inmigración ilegal

El reto de la llegada creciente de inmigrantes ilegales a las costas valencianas es también un fenómeno que ha ido consolidándose durante este año.

Las mafias que trafican con personas han diversificado sus rutas desde el norte de África y ya abarcan Canarias, el Estrecho de Gibraltar, Málaga, Almería, Murcia. En la costa de Alicante, por primera vez, empieza a ser recurrente la llegada de personas que huyen de la guerra, el hambre y la pobreza.

La Comunidad Valenciana sigue todavía purgando en los tribunales una crisis reputacional relacionada con la corrupción de la primera década del siglo.

Condenas y absoluciones

Muchos, sin embargo, siguen el camino de la absolución y se muestra que, aunque había un ecosistema de impunidad en los grandes partidos, no era tanto como lo que se quiso hacer ver.

Jorge Rodríguez, durante una de las sesiones del juicio del caso AlqueríaEuropa Press

Un ejemplo de este año es el del expresidente socialista de la Diputación de Valencia Jorge Rodríguez que ha sido absuelto del denominado caso Alquería (absolución confirmada por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana) en el que se le relacionaba con la colocación de personas afines en Divalterra en un consejo de dirección paralelo al 'oficial'.

Su absolución provocó que se 'vengara' de los dirigentes socialistas, como Ximo Puig, que le dieron de lado cuando fue detenido y ha preferido darle la Presidencia de la Diputación al PP que al PSOE (que es su cuna política).

Otro expresidente de la Diputación de Valencia, Alfonso Rus (PP), ha sido absuelto en una de las piezas del caso Taula. En otra ha sido condenado a 5 años de prisión por contratar a trabajadores para las empresas públicas Imelsa (luego Divalterra) y Ciegsa que la sentencia asegura que no iban a trabajar o realizaban labores que no correspondían a su puesto

Y el juicio que más atención mediática ha concitado este año ha sido el del expresidente autonómico Francisco Camps en la Audiencia Nacional. Ha quedado visto para sentencia y la Fiscalía redujo su petición de pena inicial, lo que augura una absolución o una condena mínima.

Si finalmente sale absuelto habrá superado una década de juicios en los que ha salido indemne de todos: 9 hasta la fecha. Su calvario judicial acaba con este caso que analizaba contrataciones con empresas del grupo Correa desde a Administración autonómica.

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