Comunidad Valenciana

Vox exige concejalías a Catalá si el PP quiere estabilidad en el Ayuntamiento de Valencia

La alcaldesa marca un perfil propio dentro del PP y quiere seguir gobernando en solitario aunque eso suponga negociar cada iniciativa que necesite la mayoría absoluta del pleno

La alcaldesa de Valencia, María José Catalá, sólo contempla seguir gobernando en solitario aunque los 13 concejales del PP sean insuficientes para sacar adelante un buen número de iniciativas que necesitan el respaldo de la mayoría del pleno que está situada en 17.

Las previsiones apuntaban a que este mes de septiembre podría suponer una cambio en esa situación y que Catalá daría entrada de alguna forma a los 4 concejales de Vox en tareas de gobierno. Catalá ayer descartó esta cuestión y situó a Vox como "socio preferente" y agradeció la "ayuda" que ha prestado a la hora de apoyar y sacar adelante algunas cuestiones como la constitución de consejos de administración y de entes municipales.

Ahora bien, Catalá descarta, por el momento, dejar de gobernar en solitario y como han asegurado a Vozpópuli fuentes de su equipo más cercano las negociaciones con Vox para sacar adelante diferentes asuntos se hará "partido a partido".

Un mandato sin condicionantes

Traducido. Catalá quiere pasar la legislatura sin condicionantes de otros grupos y se considera capaz de negociar con la oposición diferentes cuestiones –incluso los Presupuestos– para seguir en esa coyuntura de gobernar en minoría.

El riesgo es grande porque en Vox no lo ven igual. El portavoz en el hemiciclo municipal, Juanma Badenas, ha asegurado a Vozpópuli que la denominación de "socio preferente" es una cuestión de buenas palabras pero "está fuera de la realidad".

Los encuentros y negociaciones entre PP y Vox los protagonizan Catalá y Badenas, sin intermediarios. Es por ello que desde que pactaron el apoyo de Vox a la presidencia del Consejo de Administración de Aumsa y EMT y se determinaron el número de asesores y el uso de despachos en el Consistorio no ha habido avances ni modificaciones a una estructura de gobierno municipal copada al completo por concejales del PP.

Badenas quiere concejalías

Vox pone un precio claro a la estabilidad en la gestión liderada por Catalá y es tener responsabilidades compartidas de gobierno "como sucede en la Generalitat". Lo que descarta Badenas es aceptar delegaciones o responsabilidades menores porque "no sería lógico renunciar a nuestras políticas a cambio de nada. Tiene que haber un mínimo razonable y una proporcionalidad que justifique esa renuncia".

Juanma Badenas considera que el plazo para que Vox entre en el gobierno lo marcará "la realidad". Mientras, entiende que la actual alcaldesa está "aparentando que gobierna pero sin adoptar decisiones de calado porque para ello necesita una mayoría que no tiene".

Hay varias cuestiones en las que no estamos de acuerdo con el PP y tendrá que buscar el apoyo del PSPV o Compromís y asumir el coste político que eso tengaJuanma Badenas

Eso sí, en Vox garantizan el apoyo en temas que supongan "un interés general para los vecinos de Valencia". Badenas advierte que "hay varias cuestiones en las que no estamos de acuerdo con el PP y tendrá que buscar el apoyo del PSPV o Compromís y asumir el coste político que eso tenga".

La decisión de Catalá de seguir adelante en solitario es también una muestra de que el PP de la Comunidad Valenciana no ha seguido una consigna de pactar con Vox en todas aquellas instituciones donde la suma les otorgaba la mayoría, sino que dependiendo de cada escenario se ha adoptado un camino diferente.

Catalá marca su propio perfil

El resultado es que Catalá ha abierto un perfil propio dentro del partido, alejado del que han practicado otros dirigentes del PP. La alcaldesa de Castellón, Begoña Carrasco, cedió a principios de agosto y dio a Vox entrada en el gobierno municipal tras firmar un acuerdo de 90 puntos.

Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento de Valencia presidida por María José Catalá EP

Su situación era calcada a la que tiene Catalá en Valencia, ya que la suma de los partidos de izquierda es mayor que el número de concejales del PP y necesitaba a Vox para tener estabilidad.

Quien sí se mantiene al margen de la formación de ultraderecha es el alcalde de Alicante, Luis Barcala, que gobierna en solitario aunque, en su caso, los números son mejores que en Valencia ya que tiene más concejales que la suma de los partidos de izquierda y está a sólo uno de la mayoría absoluta. Por eso, Vox no tiene fácil justificar su petición de entrada en el gobierno local.

Otros dirigentes como Pablo Ruz en Elche han sido pragmáticos y aunque no ha ganado las elecciones (el PSOE fue el más votado) decidió pactar con Vox para convertirse en el alcalde.

Y el propio Carlos Mazón aceptó de primeras la entrada de Vox en el Gobierno valenciano ante la imposibilidad de garantizar una legislatura sólida sin el apoyo de esa formación al verse superado por la suma entre PSPV y Compromís.

El caso más rocambolesco es el de Vicente Mompó en la Diputación de Valencia –que si bien fue el más votado– ha dado entrada en el gobierno provincial a la única diputada de Ens Uneix (una formación de postulados ideológicos de izquierda) con el apoyo externo de Vox (por el momento).

María José Catalá es así un 'verso suelto' dentro del PP en materia de pactos con la formación que lidera Santiago Abascal. Negociar iniciativa a iniciativa puede resultar agotador y a veces infructuoso pero, por ahora, tiene decidido emprender ese camino y en Vox piensan que no podrá mantenerlo todo el mandato. En los próximos plenos municipales puede empezar a verse si es posible o no.

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