El juzgado de lo Penal número 11 de Madrid ha condenado por desórdenes públicos a penas de entre tres y diez meses de prisión a cinco de los ocho procesados por los incidentes ocurridos durante la manifestación de Rodea el Congreso en las inmediaciones del Parlamento en diciembre de 2013.
La Fiscalía acusó en un principio a doce personas, para quienes pedía hasta seis años de cárcel, si bien al final del juicio retiró la acusación a cuatro (que quedan exonerados) y rebajó las penas al resto.
Ahora, el juzgado, en una sentencia que se puede recurrir ante la Audiencia de Madrid, ha absuelto a otros tres por falta de pruebas, y para los cinco restantes ha impuesto penas que en principio no implicarían el ingreso en prisión.
Según informa el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, los cinco han sido condenados por desórdenes públicos. De ellos, además, a un manifestante se le ha impuesto una condena por daños a un vehículo de la Policía Municipal, y una acusada también ha sido sentenciada por atentado contra agentes de la autoridad al dar una patada en la pierna "sorpresivamente y por detrás" a un agente, "sin causarle lesión".
El magistrado -que estima la atenuante de dilaciones indebidas- ha absuelto a la mayoría del delito de atentado en concurso con lesiones que les imputaba la Fiscalía.
Una concentración "no autorizada"
Los hechos se remontan al 14 de diciembre de 2013, durante la concentración "no autorizada" bajo el lema "Rodea el Congreso" que transcurrió por las principales calles de Madrid.
Según considera probado la sentencia, en esa protesta se lanzaron petardos y botellas, se insultó a los agentes "con un claro desprecio al principio de autoridad" y se golpeó "violentamente con palos, piedras y patadas" a un vehículo policial causando daños de 4.189 euros.
Tras los golpes al vehículo, varios acusados, "junto con otras docenas de manifestantes no identificados", arrojaron a los policías "botellas de vidrio y piedras para evitar su intervención" llegando uno de ellos "a volcar un contenedor".
Catorce agentes de la Unidad de Intervención de la Policía (UIP) -los conocidos como antidisturbios- sufrieron heridas de diversa consideración.
Según la sentencia, no ha quedado probado que los acusados actuaran de mutuo acuerdo para llevar a cabo las acciones por las que se les imputó atentado y lesiones, ni hay pruebas que acrediten su contribución en las lesiones a los agentes, dado que fueron "varias decenas cuando no más de un centenar los manifestantes que empezaron a tirar botellas y otros objetos".
Recuerda que los acusados negaron su participación en los hechos (solo uno de ellos dijo haber lanzado, por rabia, algún envase de tipo 'tetrabrik' contra los agentes al recibir el impacto de una pelota de goma), y los policías no aclararon la actuación concreta de cada acusado.
Además, las grabaciones de aquel día en las inmediaciones del Congreso se aprecia que los manifestantes arrojan botellas y otros objetos, pero no se a ningún acusado ni si sus acciones causaron lesiones a los policías.
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