Un hombre ha sido condenado a 15 años de prisión por violar a la hija de su sobrina, de 12 años, durante un permiso penitenciario cuando cumplía la pena por el asesinato de su mujer. La Audiencia de Sevilla ha aplicado la ley del 'solo sí es sí', la legislación "más favorable", y le ha impuesto la pena máxima para el delito de agresión sexual, según ha adelantado el Diario de Sevilla.
El hombre era padre de tris hijos junto a la mujer a la que asesinó en Utrera en el año 2004. Fue un caso muy mediático que vino anunciado ya que, antes del asesinato a puñaladas, la víctima relató su historia en televisión. Ella tenía 18 años y él, 26.
Años después, en 2021, toda esta historia reflotó a causa de la agresión sexual, que el condenado cometió en la zona rural de Los Palacios, de Sevilla. Él la obligó a cumplir con sus pretensiones amenazándola con quitarle la vida.
El agresor, Andrés R., ha sido condenado -la sentencia no es firme- por un delito de agresión sexual con los agravantes de abuso de superioridad y de confianza. Entre los castigos, se encuentran la pena de 15 años, 10 años de libertad vigilada, la prohibición de acercarse a menos de 300 metros de la víctima o comunicarse con ella durante 18 años y la inhabilitación para cualquier trabajo que implique estar con menores durante 20 años. También tendrá que indemnizar a la ahora adolescente con 9.000 euros por daños morales y 245 euros por los daños causados.
La agresión sexual fue durante un permiso penitenciario
El acusado cometió la agresión aprovechando que se encontraba de permiso penitenciario. Andrés R. iba a pasar los seis días del permiso en casa de su sobrina en mayo de 2021. El día 9, por la noche, propuso a la hija de esta ir a "comprar chucherías" pero, una vez esta accedió, se dispuso a llevarla en coche a una "zona rural deshabitada".
Allí, bajo el pretexto de haberse quedado sin gasolina, cometió la agresión. Amenazándola con que "si no lo hacía, sería peor" la niña de 12 años, conocedora de los antecedentes de su tío, "entró en pánico".
Los hechos ocurrieron sobre las 23.00 horas del 9 de mayo de 2021. El acusado disfrutaba de un permiso de seis días y estaba en casa de su sobrina, que era la única familiar que le brindaba esa “hospitalidad” cuando salía de prisión. Aquella noche, Andrés R. propuso a la menor salir a "comprar chucherías". Ya en el coche, condujo hacia una “zona rural deshabitada” y, fingiendo que se había quedado sin gasolina, paró la marcha. Cuando la menor se bajó para ir andando hacia el pueblo, él la rodeó con un brazo. Al sentir ya una clara “desconfianza”, intentó huir. Como estaban en una zona de tierra y sin apenas iluminación, tropezó y cayó. El procesado “se abalanzó” entonces sobre ella, la cogió por las muñecas, se puso encima y “ejerció tal presión sobre su cuerpo” que hasta le dificultó la respiración. La víctima llegó a vomitar, según declara probado la sentencia. Cometido el crimen, el condenado la volvió a llevar a casa de su abuela, habiéndola persuadido de que "no contase a su madre lo sucedido". A pesar de todo, las heridas en los genitales que la menor sufrió, donde se hallaron restos de ADN de Andrés R., así como en su espalda, brazos, cuello y cara sirvieron como pruebas del delito.
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