Sus Señorías verán un año más congelados sus sueldos y, en breve, la Mesa del Congreso aprobará unos Presupuestos más propios de una economía de guerra: la mayoría de las partidas no se beneficiarán de modificaciones al alza.
El presidente de la Cámara Baja, Jesús Posada, ha decidido mantener la supresión de la mayoría de los grupos de amistad que en otras legislaturas han funcionado con otros parlamentos, por lo que los viajes de los diputados al extranjero se reducirán a la mínima expresión. Únicamente se mantienen en pie los vínculos que existían con algunas asambleas parlamentarias como la de la OTAN o el Consejo de Europa.
Este será el cuarto año consecutivo en el que los diputados verán congelado su sueldo, medida a la que hay que sumar la suspensión de las aportaciones a los planes de pensiones. De esta forma, los parlamentarios deberán decidir si incrementan o no por su cuenta sus planes de pensiones con cargo a sus propias retribuciones. Hasta ahora, el Congreso venía destinando algo menos de 300 euros mensuales a los planes de pensiones de cada diputado.
El actual Gobierno ya incluyó en su primer ajuste destinado a combatir el déficit la eliminación a lo largo de este ejercicio de las aportaciones que las administraciones, entidades y sociedades públicas venían realizando a los planes de pensiones de sus empleados. La iniciativa ha tenido continuidad en el Congreso, institución que gestiona un presupuesto conjunto cercano a los 100 millones de euros.