Aún a día de hoy, el propio Zapatero sigue reconociendo como uno de sus principales errores el nombramiento de MAFO como gobernador. Al ex ministro de Trabajo Valeriano Gómez se le revuelve la úlcera cuando oye hablar de él. Y ayer tuvo la oportunidad de ajustar cuentas, aunque Alfredo Pérez Rubalcaba le había ordenado mantener “un tono bajo”. Gómez le recordó al todavía gobernador que el Banco de España no hizo nada para frenar la burbuja inmobiliaria. Y le reprochó directamente a Fernández Ordóñez que durante su mandato haya cargado tanto las tintas sobre asuntos que no le competen. “He echado de menos que la misma prudencia que usted ha mostrado en el ámbito financiero, que es su principal competencia, la hubiera exhibido también en el ámbito laboral. No digo que no opine sobre estos temas, sino que lo haga desde el equilibrio que siempre se necesita en un asunto en el que el Banco debe ser extremadamente delicado”, le censuró el ex ministro.
Valeriano Gómez considera que el Banco de España hizo poco o nada para frenar “la orgía inmobiliaria protagonizada por el mundo financiero con los ahorros de todos, enterrados bajo los cimientos del delirio”.
El gobernador recomendó a varios diputados socialistas que se apartaran de él “no sea que me tomen por un sectario”
De la personalidad de MAFO da cuenta esta anécdota: al finalizar ayer su intervención en el Congreso, se le acercó para despedirse, cosas de la educación, un grupo de diputados socialistas. Al verlos venir, les recomendó que se apartaran de él “no sea que me tomen por un sectario”. Dicho y hecho. El gobernador salió de la Comisión agarrado del brazo de un diputado nacionalista.
MAFO deja en las filas del PP todavía menos amigos. El veterano parlamentario Vicente Martínez Pujalte aprovechó la despedida de Fernández Ordóñez para dispararle donde más le duele con este rosario de interrogantes. “¿Cómo es posible que nos pase los que nos ha pasado? ¿Qué tenemos que hacer para que fluya el crédito a las empresas? ¿Se han hecho las reformas de una manera adecuada? ¿No les han cambiado las reglas demasiadas veces a las entidades? ¿No había inspectores en los bancos y cajas? ¿Qué hay que cambiar para que la unidad de Supervisión del Banco de España se dé cuenta de lo que sucede? ¿Cuánto han costado, directa o indirectamente, los procesos de restructuración financiera? ¿Cuánto nos ha costado Caja Castilla-La Mancha o la Caja de Ahorros del Mediterráneo? Porque en todos estos temas…usted ha tenido una responsabilidad mayor…”.
La puntilla de CiU:"No hay crédito"
La puntilla se la dio al gobernador el diputado de CiU Josep Sánchez Llibre. “Echamos en falta sus explicaciones: a pesar de que se han puesto a disposición del sistema financiero español recursos por más de 100.000 millones y después de ver su apelación al Banco Central Europeo, 300.000 millones en marzo, no hay crédito ni para las pymes ni para las familias ni para el tejido industrial español. Este es nuestro balance”.
En este ajuste de cuentas de despedida, ni el PP ni el PSOE lograron sus objetivos. De nuevo, el gobernador se fue por las ramas y el grueso de su intervención giró en torno a los Presupuestos de este año. Este fue el resumen de su diagnóstico: cojos por la parte de los ingresos, pues es probable que fallen las previsiones, amnistía fiscal incluida, y haya que amentar el IVA. Y fallidos por la parte de los gastos, pues pueden necesitarse recortes adicionales para cumplir con los objetivos de déficit, sobre todo si se desbocan las pensiones y las prestaciones por desempleo.
En un momento en el que la credibilidad internacional de España está tocada y la prensa anglosajona no desaprovecha ocasión para minar todavía más la confianza en el país, MAFO no solo lució este escepticismo con el tono tan enérgico que le caracteriza sino que lo esparció traducido al inglés a los medios extranjeros testigos de su comparecencia.
“Poner patas arriba los Presupuestos en estas circunstancias es francamente una actitud irresponsable”, comentaron a espaldas del gobernador diputados del PP. La glosa más extendida entre los del PSOE fue ésta: “Teníamos la consigna de tono bajo porque no era el momento de hacer sangre, por eso no hemos sido tan duros como nos pedía el cuerpo. Pero por lo menos, no se ha ido de rositas”.
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