Varios ministros sugieren abiertamente a Rajoy la necesidad de hacer un gesto que anuncie una reforma de la Constitución. Tema tabú, asunto prácticamente vedado pero que poco a poco va abriéndose paso. García-Margallo lo menciona prudente pero públicamente sin demasiados titubeos. Otros miembros del Gabinete son de la misma opinión aunque se manejan con mayor discreción. El titular de Exteriores siempre se ha mostrado muy ágil y resuelto a la hora de hacer planteamientos sobre Cataluña, con algunas intervenciones fuera de nuestro país, no siempre afortunadas. Amigo estrecho de Rajoy, parece que actúa por libre pero no siempre es así. En la noche de este miércoles, en la presentación de un libro federalista de Enrique Barón, veterano socialista, deslizó una serie de sugerencias sobre la Carta Magna. Nada nuevo, porque Margallo se ha proclamado partidario siempre de reformar la Constitución. Pero quizás se mostró más minucioso a la hora de sugerir cambios y modificaciones posibles.
La propia vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, ha alentado la posibilidad de llevar a cabo algún tipo de retoque que relaje la tensión nacionalista. Los ministros de Interior, Justicia y Fomento, Fernández Díaz, Catalá y Pastor, respectivamente, también se orientan en esa dirección aunque en forma más tibia. Sostienen la idea de que actualizar algunos aspectos de nuestro edificio constitucional tendría efectos positivos en estos momentos en los que los dos partidos mayoritarios son objeto de críticas por su inmovilismo y su alto nivel de oxidación.
Una fecha decisiva
No se moverá ni un papel ni se deslizará una palabra sobre el particular al menos hasta una vez superada la fecha del 9-N, cuando Mas pretende celebrar un sucedáneo de referéndum que sirva de válvula de escape a tantos meses de presión social y propaganda institucional sobre la autodeterminación y el 'derecho a decidir'. Superado este trámite, que el Gobierno parece no tener demasiado empeño en impedir, podría producirse algún tipo de gesto hacia el PSOE, empeñado en la letanía de la modificación del texto constitucional como único argumento frente al nacionalismo. Hay ahora conversaciones de la vicepresidenta tanto con Duran Lleida como con Iceta, ya que será necesario contar con Unió y con los socialistas catalanes para este asunto.
La vicepresidenta está manteniendo conversaciones tanto con Duran Lleida como con Iceta
Hace meses ya que existen algunos proyectos en trámites, algunos trabajos más o menos avanzados, algunos especialistas funcionando en esa dirección. Todo ello en fase previa, en etapa de estricto acercamiento, de sondeo del terreno o de borradores para consulta. Nada seriamente perfilado ni ultimado. Tanto el titular de Exteriores como alguno de sus compañeros de Gabinete mencionan que esta reforma debería abarcar tanto a la Corona como a la organización territorial, el Senado, la financiación...
Algunas voces incluso hablan abiertamente de buscar la fórmula, hasta ahora fracasada, de integrar a las autonomías históricas de una manera más inteligente que en la actual solución del 'café para todos'. La cuadratura del círculo. El debate estriba en si proceder tan sólo a 'retoques', como plantean Roca y Herrero de Miñón, dos padres de la Carta Magna, con objeto de facilitar el blindaje para Cataluña de algunas competencias, o abordar abiertamente la reforma constitucional. La primera opción era la más aceptaba en Moncloa en tiempos en que el interlocutor por parte socialista era Pérez Rubalcaba. Ahora suma adhesiones la reforma, que implica un proceso prolijo, enrevesado y muy lento.
Concretar la reforma
Algún miembro del Ejecutivo con acceso directo a Rajoy mencionaba las enormes dudas que sobre el particular tiene el presidente. No parece de la opinión de sumergirse en aguas tan procelosas en esta legislatura. En especial porque hay autonómicas de por medio y cualquier paso en ese sentido se entendería como 'una cesión a los nacionalistas'.
García-Margallo considera que la reforma constitucional debería abarcar a la Corona
Pero sí se estudia en estos días la forma de enviar mensajes, de hacer guiños algo más concretos que el tradicional enunciado del presidente del Gobierno. La muletilla de Rajoy es inamovible. Abierto a la reforma pero antes hay que saber qué se quiere hacer y con qué consenso se cuenta.
Sin embargo, el argumento de la reforma resultaría muy adecuado en el caso de que se adelanten las elecciones en Cataluña. Ahí se podrían escuchar algunos discursos bien distintos, otro tono en los mensajes del Gobierno. Hay movimientos subterráneos y ruido de fondo. La pregunta es si saldrán pronto a la superficie. Si es que salen.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación