El consumo de carne en España encadena seis años de caídas, lo que significa que los hogares españoles consumen un 12% menos de kilos de carne que en 2012, según un estudio del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
Según el Informe del Consumo Alimentario en España, los españoles consumieron 2.114,78 millones de kilos de carne en 2018, un 2,6% menos que en 2017. Además, los resultados muestran cómo el precio medio del kilo se situó en 6,69 euros, lo que supuso un incremento del 2,2% respecto a 2017.
Durante el año pasado, la caída en la demanda de carne fresca fue de un 3,8%, mientras que el precio por kilo de la misma subió un 2,1%, alcanzando los 6,07 euros.
Por categorías, el 37,5% de los kilos de carne fresca consumida en el hogar corresponde a carne fresca de pollo, el 29,8% a carne fresca de cerdo y el 14,6% a carne fresca de vacuno.
El consumo de este tipo de carne en 2018 fue de 33,48 kilos por persona y año, lo que supuso una reducción del 4,2% respecto a 2017.
Sube el consumo de carne procesada
Sin embargo, durante 2018 los españoles consumieron más carne procesada. El incremento respecto a 2017 fue del 1,9%, y este tipo de producto ya supone el 25% del total de carne que adquieren los hogares.
Dentro de este grupo, los productos con más peso son los fiambres, que representan el 22% del volumen total de carne transformada o procesada. Le siguen el jamón curado y la paleta (15,4%) y después se encuentra el jamón cocido (10,2%).
Además, el informe indica que los grandes consumidores de carne transformada son los adultos y los jóvenes independientes.
De media, cada español consumió 33,48 kilos de carne fresca, 11,61 kilos de carne procesada y 1,10 kilos de carne congelada durante 2018.
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