España

Contratos largos y malas cosechas: ¿por qué hay países que venden nuestro aceite de oliva más barato?

En el extranjero, las botellas de este producto aguantan más en los lineales, por lo que su renovación no es constante. A ello hay que sumar que las malas cosechas han producido una escasez del producto

El precio del aceite de oliva mantiene su escalada y la polémica surge al ver cómo en otros países ofrecen botellas en sus lineales con tarifas más económicas pese a tener que importar estos productos desde nuestro país. La propia OCU se ha hecho eco de ello, denunciando la situación. Un problema generado por el propio mercado de este producto y las características del país importador, donde no se consume tanto aceite y con quien se firma contratos de larga duración. Si a ello le sumamos una pésima cosecha, el resultado es una tormenta perfecta con una solución complicada.

Uno de los vídeos virales muestra como el aceite de oliva virgen extra de la marca Ybarra cuesta en un supermercado suizo 6,90 euros por litro, cuando aquí su coste gira en torno a los 9 euros. En Reino Unido, en la web de los supermercados Tesco, es posible ver cómo un litro de La Española cuesta un euro más aquí. En Irlanda sucede algo similar, donde es posible comprar un litro de producto por menos de cuatro euros.

Según datos de la OCU, respecto a nuestros países vecinos también salimos perdiendo. La organización ha hecho público un análisis que refleja que el precio medio del AOVE de marca blanca en España es un 6% más caro que en Italia, un 16% más que en Francia y un 27% más que en Portugal.

Para explicar esta situación, Vozpópuli se ha puesto en contacto con la Asociación Española de la Industria y el Comercio Exportador del Aceite de Oliva (ASOLIVA). Rafael Pico, presidente de la organización, cuenta a este diario que este tipo de polémicas surgen de vez en cuando: "En febrero pasó en Australia, después en Estados Unidos y ahora, con Irlanda o Alemania".

Pico invita a preguntarse si esta situación de precios es testimonial del propio supermercado o no, además de razonar que la rotación del aceite de oliva en España es muy superior a la de países extranjeros: España consume un tercio de lo que produce, mientras que dos tercios se destinan al mercado internacional. Esto se debe a que nuestro consumo es mucho más alto: "Aquí raramente una botella dura más de una semana en un lineal, mientras que fuera llegan a estar meses".

Porque España no es solo el mayor productor de aceite de oliva a nivel mundial, también es quien más consume. En concreto, de media cada español gasta 12 litros de este producto al año, mientras que en Reino Unido utilizan solo uno. Esto lo que produce es que la revisión de precios sea constante en España, mientras que fuera, los precios son más estables, ya que la demanda del producto es mucho menor y por tanto aguantan en los lineales mucho más tiempo.

Aquí entra el segundo factor: las grandes cadenas firman contratos de suministro con un año vista, por lo que fijan un precio que en ocasiones beneficia al productor -si la inflación baja- y en otras, le perjudica -si, como está ocurriendo, los costes suben-. Se hace una estimación basada en el contexto económico que no siempre se cumple, una negociación clave, ya que en el caso del aciete de oliva "la materia prima es un 80% del precio final", señalan desde ASOLIVA. "Si compras mal, estás muerto", señala.

Pese a ello, según cuentan desde ASOLIVA a Vozpópuli, "los productores se cuidan de no romper sus contratos para no perder al cliente", por lo que en muchas ocasiones pierden dinero -u obtienen menos margen- con tal de seguir siendo proveedor de esa cadena en futuras ocasiones más provechosas.

"Los exportadores adelantaron la exportación con precios inferiores para no perder cuota de mercado", cuenta Rafael Pico como tercer factor de esta diferencia de precios. Una decisión acertada, según ASOLIVA, ya que de lo contrario se podría haber perdido clientes extranjeros frente a otros países como Túnez, Turquía o Grecia, cuyo producto tiene un coste inferior. La escalada de precios unida a una mala cosecha -los pronósticos eran malos y la realidad ha sido peor todavía-, hizo que los productores españoles se adelantaran y garantizasen la venta de su producto.

Este fenómeno de subidas de precio no es exclusivo de España, ya que también se ha dado en otros países productores por las malas cosechas -a consecuencia de la sequía, principalmente-. Es el caso de Italia, donde el precio ha aumentado en más de un 50%. También en Grecia, otro país con muchos olivos: allí el litro también está disparado.

Por tanto, el aumento de los precios no se debe en este caso a una inacción del Gobierno de España, sino a varios factores básicos: contratos de compra a un año vista, una baja demanda que provoca que el producto esté más tiempo en los expositores de los supermercados y un sector que ante una mala cosecha ha optado por mantener su cuota de mercado para no poner en riesgo su posición frente a otros países productores.

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