El presidente del Gobierno ha cancelado su presencia en el foro económico de Davos para centrarse en su mensaje a la convención del PP de Cataluña, el 25 del presente mes. Rajoy "ha optado por la política sobre la economía", comentaron a este diario fuentes de presidencia en esquemático resumen. También ha podido pesar la circunstancia de que Mariano Rajoy tendría que compartir sesión con sus homólogos de Irlanda e Italia, detalle que quizás no agradaba demasiado en La Moncloa. "Pasar de la Casa Blanca a un panel con el irlandés y el italiano es algo duro", señalaba con tono irónico y mordaz una fuente de la organización.
Semana intensa
La intervención del jefe del Ejecutivo español en Davos estabra prevista para el día 23. Un día antes, Rajoy asistirá al Congreso para informar sobre la última cumbre de líderes europeos en Bruselas. El día 24 presidirá el consejo de Ministros y el 25 se traslada a Barcelona para cerrar el cónclave del PP catalán, donde pronunciará su anunciado discurso, que fuentes del partido consideran de gran calado y relevancia. Un fin de semana más tarde, el PP celebrará en Valladolid su convención nacional, considerado el primer acto de la campaña electoral para las europeas.
Cataluña ocupará buena parte del guión gubernamental de cara a los comicios europeos. Junto a las loas a las buenas perspectivas económicas, el PP quiere hacer particular hincapié en el proceso secesionista en el que vive sumida Cataluña desde hace dos años. En el equipo de campaña se espera que Rajoy pronuncie su discurso más firme y contundente sobre el reto soberanista hasta la fecha. La convención del PP regional se celebrará una semana después de que el Parlament se pronuncie en un pleno sobre la solicitud al Congreso de los Diputados de la cesión de la competencia para poder celebrar un plebiscito. La agenda de la segregación soberanista acaba de arrancar su año fatídico hasta desembocar en el 9 de noviembre, la cita con las urnas.
El PP pierde escaños
El plan del Gobierno sobre el órdago independentista es elevar el tono frente a Artur Mas, cerrando todos los resquicios a la posibilidad de la convocatoria del referendum. Ayer mismo el ministro de Justicia advirtió que el gobierno no tardará ni 24 horas en recurrirlo ante el Constitucional. "Hay que transmitir con insistencia, pedagogía y claridad que una Cataluña independiente sería expulsada de la UE y de la OTAN y se adentraría en el terreno de la desertización económica", mencionan estas fuentes.
Los augurios demoscópicos para los comicios al Parlamento Europeo con los que trabaja el cuartel general de Génova anuncian un suave retroceso del PP, entre 2 y 3 escaños, es decir, pasar de los 23 actuales al entorno de 20. Por eso no hay prisa en la designación de candidato. Tampoco el PSOE parece tenerla. Los responsables de la campaña insisten en que es fundamental que el partido deje bien clara su posición con respecto al hecho catalán, ya que en algunos momentos ha ofrecido una imagen tibia y hasta meliflua. Ya que no pueden apretar en el tema de ETA y las víctimas, un territorio en el que han perdido mucho terreno, han de centrarse en Cataluña, amen de otras inciativas no estrictamente económicas, como reformas de la educación, seguridad ciudadana y defensa de la vida.
El silencio de Obama
El desafío catalán también apareció, fugazmente, durante el encuentro de Rajoy con Obama en Washington. Un periodista norteamericano planteó una pregunta sobre la posible independencia de Cataluña, a lo que Rajoy respondió con un tajante: "No se producirá". Y fue más allá al asegurar que la independencia "es mala, sobre todo para el pequeño". Obama optó por mantener un prudente silencio ante la cuestión.
Quien respondió con rapidez fue el portavoz de la Generalitat, Francesc Homns, quien, en tono irónico, prefirió no referirse directamente a las tajantes palabras del presidente del Gobierno y optó por una ironía: "Este es el asunto interno más internacional del mundo mundial".
Desplazado también en la comitiva española junto a un grupo de empresarios, Isidre Fainé, presidente de Caixabanc, pidió "un gran acuerdo" en el debate soberanista. En la línea que mantienen los grandes empresarios y financieros catalanes, Fainé aseguró que los mercados no han acusado el problema del debate sobre el secionismo. Afirmación que no comparten en absoluto otros hombrs de empresa de Cataluña y del resto de España, que consideran muy negativo lo que está ocurriendo en esa comunidad por la deriva secesionista de CiU y ERC.
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