"Todavía hoy es incómodo no ser nacionalista en el País Vasco. Todavía hoy hay que recordar que la democracia y la libertad no existen desde siempre", señaló Dolores Cospedal en su intervención en la Fundación Miguel Ángel Blanco que ha dedicado unas jornadas en memoria del concejal vilmente asesinado por ETA.
La ministra de Defensa se lamentó que no pudiera salir adelante en el Congreso una declaración en memoria de Migue Ángel, ante la postura del PNV y de Bildu. Ese rechazo coincidía con el respaldo de los nacionalistas vascos al techo de gasto del Gobierno. "Una tarde de esquizofrenia", comentó un diputado del PP.
Clamor contra el terror
Cospedal subrayó que, tras el asesinato de Miguel Ángel, se levantó como nunca en nuestro país una voz contra la tiranía, que se extendió por toda la sociedad española "y que estamos obligados a transmitirla a las nuevas generaciones". Ermua supuso "un hito fundamental un antes y un después, un clamor contra el terror, un cambio radical, porque se le plantó cara por vez primera a los terroristas, en forma abierta y sin miedo", subrayó. Ahora sólo cabe esperar que "reconozcan su error, se disuelvan y pidan perdón por el daño que han causado".
En la sesión de la mañana de esta jornada intervino también el ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido, quien expresó que "tenemos la obligación de mantener vivo ese legado", porque en Ermua "la razón y la libertad derrotó a los asesinos", seres que no conocen la humanidad ni los escrúpulos. También intervino Mari Mar Blanco, quien agradeció las muestras de solidaridad de la sociedad española.
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