Triana Martínez, acusada del crimen de la presidenta de la Diputación de León Isabel Carrasco, ha declarado que la dirigente del PP no le dio la plaza en la institución que había convocado para ella porque no quiso acostarse con la víctima. Martínez lo ha confesado durante su comparecencia en el juicio por el crimen, del que también están acusadas su madre y asesina confesa, Montserrat González, y la policía local Raquel Gago.
A preguntas del fiscal, Triana, que también ha reconocido que el 12 de mayo de 2014 su madre la avisó que había visto a Carrasco e iba a acabar con ella, ha asegurado que la víctima le había perjudicado como presidenta de la Diputación. ¿En qué?, le ha interrogado el fiscal. "En la vida", ha respondido la joven antes de señalar que la Diputación creó una plaza para ella, "pero como no me quise acostar con ella, se encargó de enchufar a otro" para ese puesto.
Ha reconocido que no había contado el hecho a sus allegados porque sentía "vergüenza". "Me sentí mal y solo se lo conté a mi madre", pero no comentó nada de ese supuesto acoso a su padre, inspector del Cuerpo Nacional de Policía. Fue tras las vacaciones de Navidad de 2010 cuando Carrasco citó a Triana en su casa para que le instalara una aplicación de llamadas.
Ya en la vivienda, ha relatado la acusada, de 36 años, Carrasco le dijo que la plaza había salido y le instó a quedarse porque tenía "mucho que ganar". "Me besó y se me insinuó todo el rato", ha agregado. Meses después, Triana sí habló de este incidente con otras personas, en concreto con los psiquiatras, que se lo "sacaron".
La joven reconoce que no había contado el supuesto acoso a sus allegados porque sentía "vergüenza". "Me sentí mal y solo se lo conté a mi madre"
Su madre le contó que quería matarla
Triana también ha explicado que su madre le había comentado que "no aguantaba más", y ha precisado que ella intentó convencerla para que no lo hiciera. "Sabía que lo hacía por mí pero le dije que no buscara problemas", ha explicado ante el tribunal. De esta forma, ha recalcado que no quería la muerte de Isabel Carrasco pese a que se sentía perseguida por ella y que no sabía que su madre hacia seguimientos a la presidenta de la Diputación leonesa.
Asimismo, ha explicado que ambas se habían separado minutos antes del asesinato y que ella tenía pensado ir a mirar tiendas para un regalo de cumpleaños, mientras que su madre iba a "andar" como "hacía muchos días" para después ir juntas a Carrizo de la Ribera, donde vivían su padre y su abuela. No obstante, estos planes cambiaron cuando Triana recibió una llamada de su madre en la que le notó "muy nerviosa". "Me dijo que me fuera para el coche y yo le dije que estaba en la avenida Roma, le pregunté qué pasaba, que era muy raro y me dijo la estoy viendo, estoy viendo a la Carrasco y voy a terminar con todo esto".
Triana, muy seria y vestida de negro, al igual que su madre, se ha negado a responder a las preguntas de las acusaciones, particular y popular, pero ha accedido a contestar, además de a su propio letrado, José Ramón García García, al fiscal y al letrado de la defensa de Raquel Gago, Fermín Guerrero.
Además, la joven ha precisado que en esa conversación telefónica, que duró 36 segundos, su madre también le dijo que estaba cruzando la avenida Condesa para dirigirse a la pasarela sobre el río Bernesga, lugar donde se produjo el crimen. Ante esta situación, Triana Martínez se dirigió hacia la avenida Condesa y vio cómo su madre Montserrat arrojaba un bolso en un garaje. "Cuando crucé la vi, vi que tiraba el bolso, me crucé pero no pude hablar con ella. Pensé que había cogido la pistola de mi padre", ha aseverado.
"Nunca le conté a Raquel de los planes de mi madre, nunca hablé con ella de armas", ha insistido en el juicio Triana
Exculpa a Gago
En cuanto al papel de la Policía Local Raquel Gago, la tercera imputada por el asesinato de la política leonesa, ha dicho que se encontró con ella "por casualidad" y que previamente le había llamado por teléfono, pero que no pudo contactar con ella. En ese momento, siempre según la versión de Triana, Gago estaba enfrascada en una conversación con otra persona, un controlador de la ORA. "No le dije nada, sólo le dije que si tenía el coche abierto, no esperé a que me dijera nada y probé. Probé y estaba abierto. Dejé allí el bolso porque pesaba mucho", ha añadido.
A este respecto, ha indicado que depositó el bolso que contenía el revólver con el que su madre mató a Isabel Carrasco en la parte trasera del vehículo, en el suelo y doblado un poco y que no le dijo nada a Raquel porque pensaba volver a recogerlo, pero que no pudo regresar porque fue detenida. "Ya siento haber dejado eso ahí", ha insistido Triana visiblemente emocionada. La joven también ha precisado que el día del asesinato la agente no comió en su casa, pero sí llegó a su domicilio sobre las 16.00 horas y estuvo allí hasta las 16.40 aproximadamente "tomando un té" y que hablaron sobre "qué tipo de té podían tomar", pero que no planearon nada juntas.
A preguntas del letrado de Raquel Gago, la acusada ha vuelto a negar que la agente de Policía local tuviera implicación alguna en el crimen. "Nunca le conté a Raquel de los planes de mi madre, nunca hablé con ella de armas", ha insistido Triana, que también ha negado que participara en los seguimientos a Isabel Carrasco previos al crimen.
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