La guerra en Ucrania dividió al Gobierno de coalición y separó a Podemos de su lideresa en el Ejecutivo. Ahora, tras dar por cerrada la crisis que desató el envío de armamento a Ucrania, los morados usan la crisis económica que ya está provocando el conflicto entre Rusia y la ex república soviética para acorralar al PSOE con una batería de medidas encaminadas a armar "un nuevo escudo social" que pretende recortar los beneficios de las eléctricas.
Podemos reunió este viernes a su Consejo Ciudadano Estatal, el máximo órgano del partido entre congresos, para empaquetar una serie de medidas que, consideran, el Ejecutivo debe escribir en el BOE para no dejar atrás a las familias y a las empresas que sufrirán el golpe económico de los cañonazos que están matando a 3.000 kilómetros de Madrid.
"Nos enfrentamos a una nueva crisis económica justo en el momento en que empezábamos a levantar la cabeza tras dos años durísimos de crisis social, económica y sanitaria derivada de la pandemia. Estamos muy preocupadas por el fuerte golpe, económico y emocional, que este conflicto bélico va a suponer para muchas familias de nuestro país. Por eso, desde Podemos, pensamos que España debe desplegar un nuevo escudo social y verde que nos permita proteger a la gente", lanzó la secretaria general, Ione Belarra.
Un "duro" recorte adicional a las eléctricas
Ese paquete social pone el foco en las eléctricas, un "duro" recorte adicional "de los beneficios caídos del cielo" de las empresas, así como "ayudas a las familias españolas para pagar las facturas de la luz y del gas" mediante un cheque de 300 euros al mes que costaría, según Podemos, alrededor de 5.700 millones de euros.
"El Gobierno ya intentó una vez recortar los beneficios caídos del cielo y las empresas eléctricas encontraron un agujero en la regulación para seguir ganado aún más. No puede volver a pasar, esta vez no podemos fallar. Debemos desconectar el precio del gas de la fijación de precios en el mercado mayorista eléctrico, algo a lo que Europa nos ha dado luz verde. Esto permitiría contener las subidas en las facturas de la luz", reitera Podemos.
A eso, Podemos sube la presión con la reforma fiscal, el otro gran caballo de batalla de los morados en el Gobierno. No obstante, el partido replica su tradicional modus operandi, según desgranan a este diario fuentes gubernamentales moradas: "Todo esto tiene una razón paralela. Nos posicionamos con una postura de máximos para presionar al PSOE. Luego tocará pelear con ellos y lo que logremos será nuestro éxito, porque no hay que olvidar que el PSOE no quiere ir más allá dada su alma neoliberal".
Paz sí, armas no
El partido, además, ha reiterado que su postura contraria al envío de armas es la correcta. "Es el lado bueno de la historia, la defensa de la paz en tiempos de guerra", zanjan estas fuentes. La propia Belarra lo reiteró ante los suyos en la sede de Francisco Villaespesa. "Hemos vuelto a elegir el camino más difícil en un momento clave, pero creo firmemente que es el camino correcto. Hemos defendido las vías diplomáticas y pacíficas como medida más eficaz para acabar cuanto antes con la guerra".
Lo curioso es que aunque Díaz y Podemos dieran carpetazo a la discrepancia, la secretaria general fue muy cuidadosa a la hora de elegir los agradecimientos: "Desde aquí quiero agradecer a la militancia de Podemos, pero también a la de Izquierda Unida, del Partido Comunista de España y de Alianza Verde el haber defendido lo que pensamos que es ético y justo, aunque se nos criminalice e infantilice por ello". Es más, una referencia a las "huidas individuales" hizo sonar las alarmas por si se trataba de un dardo a la vicepresidenta, aunque el entorno de Belarra lo negó categóricamente.
Poco después de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se reuniera en Versalles (Francia) con sus colegas europeos, Podemos pregonó su intención de iniciar un "movimiento europeo por la paz". "Lo queremos impulsar de la mano de líderes progresistas como Jean-Luc Melènchon o Jeremy Corbyn. Queremos un movimiento que nos permita tender puentes con la otra Rusia, la que no acepta el autoritarismo y el desprecio por los derechos humanos de [Vladimir] Putin". Podemos sigue su particular guerra de discrepancias.
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