La campaña que España sostiene a favor de Argentina ante la OCDE pone en evidencia que la maquinaria diplomática entre Madrid y Buenos Aires se mantiene a pleno rendimiento en asuntos bilaterales de envergadura. Y que el choque frontal entre Pedro Sánchez y Javier Milei sólo se entiende, indican fuentes de este ámbito a Vozpópuli, en el marco de una estrategia política de ambos dirigentes, incluida la retirada de la embajadora española de Buenos Aires: a pesar de que Sánchez tiene a su alcance el veto a Argentina en esta organización internacional -medida de primer orden ante una hipotética escalada de las fricciones bilaterales-, la realidad es que ambos países trabajan de forma coordinada para lograr su incorporación.
¿Hasta qué punto afectan los acontecimientos de las últimas semanas a las relaciones entre España y Argentina? La colisión arrancó con las declaraciones del ministro de Transportes, Óscar Puente, en las que sugería que Javier Milei consumía sustancias estupefacientes, a las que siguió una misiva de la Casa Rosada arremetiendo contra el Gobierno de España y requerían a Pedro Sánchez que priorizase la gestión sobre los asuntos nacionales, citando a su esposa, Begoña Gómez, y al procedimiento judicial que le salpica.
A pesar de que el Gobierno argentino dio por zanjada la polémica tras este comunicado, lo cierto es que Javier Milei dio un paso más este fin de semana en el acto celebrado por Vox en Madrid: sin citar a Begoña Gómez ni a Pedro Sánchez, tildó de “corrupta” a la esposa de quien se toma “cinco días” para decidir su futuro político. No había margen a la duda de a quién se refería exactamente.
A partir de ahí llegó la reacción del Gobierno español, con la retirada de la embajadora de Buenos Aires. En vísperas de las elecciones europeas, Moncloa ha centrado sus esfuerzos en la defensa de Pedro Sánchez y Begoña Gómez, tratando de arrastrar a la polémica al Partido Popular y erigiéndose como principal garante de las libertades frente a los extremismos: precisamente el mismo leitmotiv de la campaña del PSOE en los próximos comicios.
Argentina, en la OCDE
El ingreso de Argentina en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) sirve de termómetro para medir la envergadura de la crisis diplomática entre Madrid y Buenos Aires. Acceder a este organismo requiere el cumplimiento de una serie de requisitos especialmente estrictos.
Un país puede presentar su candidatura de adhesión o recibir la invitación del Consejo de la OCDE. A partir de ahí se fija una hoja de ruta que determina las modalidades, las condiciones y el proceso que debe respetarse. Además, la organización traslada a cada país aspirante una serie de medidas que debe implementar para poder cumplir los requisitos de membresía.
Pero, además de los requisitos técnicos, el proceso también tiene un marcado peso diplomático. La adhesión a la OCDE requiere el visto bueno de los 38 países miembros que actualmente componen la organización. Existen precedentes de vetos, como el que la Hungría de Víktor Orban impuso sobre Croacia, aunque finalmente diera su visto bueno a la adhesión del país balcánico.
Argentina ya ha dado pasos sustanciales para lograr su adhesión a la OCDE: el país de Javier Milei es, junto a Brasil, Bulgaria, Croacia, Indonesia, Perú y Rumanía, firme candidato a formar parte de esta organización internacional. A principios del presente mes, la canciller argentina Diana Mondino mantuvo una reunión en París diversas reuniones con autoridades galas en las que aseveró sus intenciones de adhesión a la OCDE.
La membresía argentina no sólo la colocaría en un foro de toma de decisiones de primer orden; también supondría un espaldarazo a las estrictas políticas económicas de la Casa Rosada, con su consecuente interpretación electoral.
Colaboración España-Argentina
España es uno de los países que ha hecho una campaña más firme a favor de la candidatura de Argentina ante la OCDE. Algunos de sus países miembro, como Estados Unidos, Australia o Nueva Zelanda, maniobran para atraer aliados asiáticos o del indo-pacífico. Pero el interés de España se centra en Iberoamérica. Y es ahí donde Argentina se erige como nación amiga.
Fuentes diplomáticas consultadas por Vozpópuli detallan que el actual embajador de España ante la OCDE, el expresidente valenciano Ximo Puig, mantendrá intacto el esfuerzo para lograr la adhesión de Argentina, con el consecuente beneficio mutuo para ambas naciones. Estas mismas fuentes indican que, más allá de la crisis que se escenifica a ambos lados del Atlántico -y que atribuyen a una maniobra puramente táctica o en clave electoral-, las relaciones entre Madrid y Buenos Aires se mantendrán firmes, con la OCDE como principal objetivo compartido.
De este modo, consideran que la escalada que se vive tras los últimos acontecimientos forma parte del ámbito político, sin que suponga un desgaste en los asuntos diplomáticos de envergadura que conciernen a Madrid y Buenos Aires.
Tampoco comprenderían que un asunto que se centra en aspectos puramente personales -acusaciones e insultos cruzados- terminase por afectar a los intereses económicos mutuos, principalmente para la actividad de las empresas españolas que trabajan en Argentina.
Y, por último, aseveran que el apoyo de España a Argentina en el proceso de adhesión a la OCDE marca el verdadero termómetro en las relaciones entre Madrid y Buenos Aires.
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