España

Los críticos de Ciudadanos piden un congreso ante la falta de autocrítica de Arrimadas

La ausencia de autocrítica desde la Ejecutiva de Ciudadanos tras los resultados del 4-M ha llevado al llamado sector crítico de la formación naranja a movilizarse. Este jueves está previsto

La ausencia de autocrítica desde la Ejecutiva de Ciudadanos tras los resultados del 4-M ha llevado al llamado sector crítico de la formación naranja a movilizarse. Este jueves está previsto que la corriente interna de Renovadores presente su plan de recogida de firmas para forzar la celebración de una Asamblea General extraordinaria antes de verano.

Inés Arrimadas se limitó este miércoles a reconocer que los resultados en la Comunidad de Madrid habían sido "malos" y quiso pasar página rápidamente con dos anuncios. Primero, los nombramientos de Edmundo Bal y Daniel Pérez como nuevos vicesecretarios generales del partido, lo que les confiere el rol de 'hombres fuertes' que hasta la moción de censura de Murcia de marzo ostentaron Carlos Cuadrado y José María Espejo.

Y por el otro, "relanzar el espacio de centro" en España con una serie de visitas territoriales de la Ejecutiva naranja a las 17 comunidades autónomas, una vez que ha pasado lo peor de la pandemia del coronavirus, y dentro de un "proceso participativo" con la militancia -aunque Arrimadas no dijo de qué forma- de cara a una convención política del mes de julio, que busca cambiar la dinámica derrotista de los últimos meses dentro de Ciudadanos.

Arrimadas con su Ejecutiva de Ciudadanos tras la moción de Murcia. Pedro Ruiz (Cs)

Esta convención, ya prevista en los estatutos que aprobó Cs tras la victoria de Arrimadas en el congreso de hace un año, pretende desactivar las reclamaciones de los críticos de que se oye a la militancia en la nueva fase en la que entra el partido después de los sucesivos reveses en Galicia, Cataluña, la moción de Murcia y ahora Madrid.

Este grupo de Renovadores se formó en Cataluña después del descalabro del 14-F en el que Ciudadanos pasó de 36 a seis diputados. Liderado por exdiputados como Antonio EspinosaSergio SanzMaría Valle o Carmen de Rivera, ha sido el grupo opositor más activo en las últimas semanas al exigir dimisiones en la cúpula del partido y denunciar la desmovilización y apatía de la militancia en la renovación de las agrupaciones locales.

Desde esta corriente interna se quiere preguntar a la dirección nacional qué numero de apoyos necesitan para impulsar una moción de censura contra la Ejecutiva de Arrimadas, de cuánto tiempo dispondrían para recolectar las citadas firmas y si los afiliados tienen que estar al corriente de pago para dar su consentimiento. Eso colocaría a la dirección nacional en la tesitura de desvelar el número exacto de afiliados que hay en Ciudadanos y en qué condición se encuentran.

El camino de la moción

El artículo 69.3 de los Estatutos de la formación naranja establece que el Comité Ejecutivo podrá ser destituido mediante una moción de censura. Para ello se requiere que, al menos, un tercio de la militancia promueva la convocatoria de una Asamblea General extraordinaria. La afiliación de Ciudadanos ronda en estos momentos los 15.000 militantes, por lo que los promotores de dicha moción necesitarían alrededor de 5.000 adhesiones.

De superar esa barrera, la solicitud de celebrar un nuevo congreso se dirigiría al Consejo General, el máximo órgano entre congresos, para que procediese a formalizar la convocatoria de una Asamblea General extraordinaria, la segunda en apenas un año tras el proceso interno que hubo a principios de 2020 entre Inés Arrimadas y Fracisco Igea.

Después de las elecciones catalanas se formaron tres grupos dentro de Ciudadanos a los que les unía el deseo de que Arrimadas aparte a personas de su plena confianza como Carlos Cuadrado y José María Espejo. También coincidían en la necesidad de imponer una nueva estrategia política y de comunicación con la que esquivar la posible desaparición del partido que apuntan las últimas encuestas y, sobre todo, la "desbandada generalizada" que muchos temen que habrá hacia otras formaciones -sobre todo el PP- cuando se acerque el próximo ciclo electoral.

El candidato de Ciudadanos, Edmundo Bal, ante los medios en la noche electoral del 4-M.

El más numeroso de estos grupos de oposición a Arrimadas lo forman dirigentes y cuadros del 'riverismo', descontentos con el rumbo de Arrimadas y que desean volver a un discurso más duro como el que tuvo Albert Rivera con el Gobierno de coalición que lidera Pedro Sánchez. Buena parte de ellos fueron subiendo peldaños dentro del partido de la mano del exsecretario de Organización, Fran Hervías, y suman un número significativo de afiliados, entre 3.500 y 4.000 militantes. Pero la salida de Hervías al PP ha desactivado su potencial fuerza.

Luego están los que defendieron la candidatura de Igea en el último congreso extraordinario de Ciudadanos en 2020. Aquella candidatura recogió casi un 25% de los votos de la militancia y, si bien han aplaudido la mano tendida de Arrimadas durante la pandemia y la negociación de los presupuestos de este año, critican que la dirección de Cs sea ahora "más cesarista" que en tiempos de Rivera y que se les haya laminado de los órganos de dirección.

Y el tercer grupo es el ya mencionado de Renovadores. La moción solo saldría adelante si los diferentes grupos opositores unieran fuerzas en territorios como Andalucía, Comunidad Valenciana, Cataluña, Madrid, Aragón, Castilla y León o Extremadura. En el caso de los 'igeístas', que está en contacto con Renovadores desde hace dos meses, no se ha tomado una decisión colectiva, aunque algunos de sus miembros estarían en la línea de sumarse a la opción de un nuevo congreso.

En todo caso, la unidad de acción contra Arrimadas no será fácil de lograr. Por ejemplo, los 'igeístas' culpan a los 'riveristas' de la victoria de la presidenta hace un año. Y estos últimos dudan si sumarse a una guerra interna de incierto desenlace. Así que la vía del congreso extraordinario es tortuosa, admiten desde los tres grupos opositores.

Dura carta contra Arrimadas

Entre tanto, este miércoles se produjo la baja del partido del exdiputado nacional y actual miembro del Consejo General, Francisco Fernández-Bravo. En una dura carta contra Arrimadas, el antiguo representante por la provincia de Ciudad Real constató que su partido "ya no es el Ciudadanos al que me afilié y al que tantos esfuerzos dediqué".

"Ya no estoy a gusto, no lo siento como mi casa, no comparto ni puedo defender la deriva ni las decisiones que se toman, ya no están presentes los valores fundacionales, afirmó tras criticar "la falta de asunción de responsabilidades" en Ciudadanos después del 14-F y la "vergonzosa" moción de censura en Murcia.

"La reciente decisión de Inés de mantener el mismo guion solo ratifica mi decisión. Creo sinceramente que las personas que diseñan la estrategia del partido lo han matado y no solo siguen taladrados en sus sillones, sino que defienden un camino que no comparto", hizo hincapié Fernández-Bravo, quien incidió en que tiene claro "que el Sanchismo es el mayor peligro que nos amenaza".

Críticas desde otras CCAA

Mientras, la portavoz adjunta de Ciudadanos en la Asamblea extremeña, Marta Pérez, lamentó que la líder naranja hiciese "cero responsabilidad y cero autocrítica" tras los comicios del martes. En parecidos términos se expresaron varios diputados autonómicos en las Cortes valencianas, caso de Jesús Salmerón, Patricia García, Cristina Gabarda y Sunsi Sanchís, que fue la que sustituyó en el escaño a Toni Cantó.

Todos ellos son representantes del sector que lideraba el senador y exsecretario de Organización en la región, Emilio Argüeso, quien fue expulsado de Ciudadanos después de que la dirección de Arrimadas le abriera expediente tras la fallida moción en Murcia.

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