"¡Canta, Nani, canta! ¿Dónde está el oro?". El epitafio de la tumba de Santiago Corrella guarda dos preguntas que, quizás, nunca tendrán respuestas: dónde está su cuerpo y dónde está el botín que robó. Esta semana se han cumplido cuarenta años del asesinato de este delincuente por parte de una unidad policial que se dedicaba a asesinar a delincuentes para quedarse con parte de su botín. Cuatro décadas de misterio por el que acabaron en la cárcel tres mandos de la Policía Nacional. Uno de los agentes absueltos fue José María Pérez-Reverte, hermano del conocido escritor, que después sí fue condenando por otro hecho similar.
Los 100 millones de pesetas
La destino de Santiago Corella, delincuente conocido como 'El Nani' solo la conocen las paredes de las antiguas dependencias de la Brigada Judicial de Madrid en la céntrica Puerta del Sol. Este ladrón fue detenido junto a su mujer el 12 de noviembre de 1983 y conducido a la Dirección General de Seguridad. No salió vivo, pero tampoco confesó dónde estaban los 100 millones de pesetas que robó de la joyería Payber, en Lavapiés.
"¡Canta, Nani, canta! ¿Dónde está el oro?" fue la frase que escuchó su esposa Concepción Martín a través de las paredes que les separaban. Después fue utilizada para su lápida a modo de memoria de lo que sufrió aquella noche.
Los miembros de la Brigada Antiatracos de Madrid le torturaron hasta la muerte. Hubo siete agentes investigados. Solo tres mandos fueron condenados. Los agentes de la unidad dijeron ante el juez que había huido, pero esa versión no se sostuvo.
Los condenados por la muerte del Nani
Así, según la sentencia, los autores de la muerte del 'Nani' fueron Francisco Javier Fernández Álvarez, jefe de la sección de atracos de la Brigada Regional de la Policía Judicial de Madrid; a Victoriano Gutiérrez Lobo, jefe del grupo III de la Brigada Antiatracos de Madrid, y el inspector Francisco Aguilar González. Otros cuatro funcionarios fueron investigados, pero acabaron absueltos, entre ellos José María Perez-Reverte, hermano del escritor Arturo Pérez Reverte. La sentencia se conoció en 1988.
Estos policías nunca confesaron dónde ocultaron el cadáver del ladrón. De igual forma, el 'Nani' no dijo dónde escondió el botín que buscaban. Un caso que pudo salir adelante a pesar de las presiones que vivieron sus protagonistas y las familias. El documental 'Pacto de Silencio' de RTVE Play refleja en buena medida las dificultades de un proceso judicial casi inédito. Ladrones de joyerías contra policías. Todos tenían algo que callar.
Los policías contaron con la defensa del mediático Emilio Rodríguez Menéndez mientras que la familia del Nani fue representada por Jaime Sanz de Bremond. La condena por el asesinato del 'Nani' fue la primera que abrió la puerta a nuevas investigaciones y penas por las muertes de otros atracadores en Madrid.
La vida de los policías después de prisión
Este caso desveló una organización criminal que cometió decenas de atracos en la década de los 80. Los propios policías planificaban los asaltos con los confidentes. Después se quedaban parte del botín y blanqueaban su parte.
Algunos de los policías que fueron absueltos por el crimen del Nani después fueron condenados por el asesinato de otras personas. Entre ellos, el hermano de Arturo Pérez-Reverte en una sentencia que confirmó el Tribunal Constitucional en 1990.
Los policías condenados por estos asesinatos nunca volvieron al Cuerpo. Cumplieron su condena en prisión y ya se encuentran en libertad. En la calle pasaron a un discreto segundo plano alejados de los focos mediáticos. Nunca encontraron el oro del 'Nani'. Su secreto lo llevo a la tumba bajo una frase que refleja las torturas que vivió en un caso donde a todas las partes les interesaba guardar silencio.
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