Llegan refuerzos internacionales para la campaña que lidera Mariano Rajoy frente al desafío soberanista de Artur Mas. Tras el apoyo explícito de Angela Merkel desde el castillo de Meseberg, este viernes aterriza en Madrid el primer ministro británico. David Cameron sabe de lo que habla cuando se refiere a los tratados europeos y los intentos secesionistas en la UE. Nunca ha evitado pronunciarse sobre la cuestión de Cataluña. Su mensaje siempre ha sido sucinto pero nítido y eficaz: apoyo a la unidad de España, respeto a la estructura de los Estados y al ordenamiento legal de las naciones. Cameron no hurtará esas referencias en la rueda de prensa conjunta que celebrará junto a Mariano Rajoy. Un respaldo de peso, una referencia europea de importancia. En especial porque los soberanistas catalanes agitan con insistencia el caso de Escocia, que celebró su referéndum con absoluto respeto a la legalidad. Y lo perdió.
Cameron nunca ha evitado pronunciarse sobre Cataluña y siempre lo ha hecho en el mismo sentido: apoyo a la unidad de España
Cameron tiene buena relación con Rajoy. No llega al nivel de complicidad que con Merkel, pero se entienden bien con el presidente del Gobierno español. Les une Escocia. Cameron respiró aliviado hace ahora un año luego de que los independentistas escoceses perdieran el referéndum separatista. También Rajoy gozó con esa derrota.
Una campaña en clave económica
Llega además el premier británico en uno de sus momentos políticos más sólidos, ya que logró la mayoría absoluta en las elecciones del pasado mes de mayo. Y lo hizo al estilo Rajoy, con una campaña basada estrictamente en los logros económicos. Poca política y mucho bolsillo. "Hay más gente con trabajo". "El país se está recuperando". "Somos garantía de estabilidad". Son frases de Cameron que también utiliza Rajoy. En eso, su identificación es plena. Y su nexo de unión.
El panorama catalán está en plena ebullición, a una semana tan sólo de la Diada y de que arranque oficialmente la campaña electoral. Los acontecimientos se suceden con vértigo. La comparecencia, este miércoles, de Mas en el Parlament por el escándalo del 3 por ciento se vio eclipsada por la iniciativa presentada por el PP ante el Congreso para reformar el TC. El foco está en Cataluña con las generales como telón de fondo.
Todo el PP, en Gerona
El PP en pleno se ha desplazado a Gerona donde celebra su curso de verano. Dolores Cospedal abrió el fuego con un discurso muy beligerante. Advirtió a Mas: "Primero viene el populismo, después, la dictadura". Unas horas antes, fue Alfonso Guerra quien hizo temblar a los viejos militantes de Convergencia al advertir, en un artículo harto comentado, que lo de Mas es "un golpe de Estado a cámara lenta". También la patronal catalana, agrupada en Fomento, alineó unas ideas en las que advertían tibiamente, en lánguido estilo, sobre los riesgos de la independencia.
Los nacionalistas se revuelven sin acertar en la respuesta. Movilizan sus órganos de propaganda, sus medios informativos "concertados", en feliz expresión de Albert Rivera, el CAC, los comisarios ideológicos, la fiel infantería de la ANC... Un despliegue atropellado que ni siquiera consigue el apoyo unánime y general de los convencidos.
Los líderes europeos dejan claro que la Cataluña independiente no seguiría en Europa
El 'no' de Europa cae sobre el 'proceso' de Mas como un misil. Cada pronunciamiento de líderes europeos hace mella. Y esta semana lo han hecho dos primeros espadas de la UE. Primero Merkel y ahora Cameron. Los voceros y funcionarios de la Generalitat y sus terminales empresariales y políticas se afanan en corear la muletilla de que una Cataluña independiente seguirá en Europa. Este enunciado cada vez goza de menos predicamento. Rajoy cuenta además con buenos aliados. Berlín y Londres no tienen dudas. Y lo dicen en alto. Merkel y Cameron nunca fallan.
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