Debate del estado de la nación

Desmontando las verdades de Sánchez "el curandero"

El presidente se ha presentado ante los españoles como "médico especialista" y no como el "curandero" que siempre ha sido, al desdeñar cualquier diagnóstico o receta que choque con su coraza ideológica

Florentino Pérez, residente en el barrio más exclusivo de Madrid, tendrá derecho a la misma bonificación por usar el tren de Cercanías que los obreros que viven al sur de la capital. Esta es una de las contradicciones evidentes que encierra el enésimo paquete de medidas económicas que ha anunciado Pedro Sánchez en el Debate del Estado de la Nación.

El presidente del Gobierno vuelve a eludir medidas fiscales que incidan con mayor contundencia entre los hogares más azotados por la crisis, como vienen reclamando desde hace meses el Banco de España o el Fondo Monetario Internacional, o como planteó Alberto Núñez Feijóo cuando visitó La Moncloa por primera vez como presidente del Partido Popular. Al contrario, Sánchez ha vuelto a reincidir en la vía opuesta, la subida de impuestos".

El hachazo fiscal a energéticas y a bancos (éste último totalmente inesperado) distancia más aún al líder socialista del popular, con el que pudo haber estudiado una 'tercera vía' para sacar a España de la crisis. De paso, el doble impuestazo, con el que recaudará 7.000 millones, aporta nueva argamasa para sostener la coalición, al cebarse contra el enemigo público número 1 de Unidas Podemos o ERC: el grupo 'diabólico' que componen las eléctricas, las petroleras y los bancos.

Durante su intervención, Sánchez ha realizado un diagnóstico ramplón de las causas que hacen de España uno de los países con más inflación de la Eurozona. Se ha presentado como víctima y poco menos que como héroe, al recordar que durante su mandato ha soportado una pandemia, una guerra y hasta la erupción de un volcán en suelo español. Luego ha aconsejado a los españoles atender a los "diagnósticos" económicos de los "médicos especialistas" y no a los que pregonan los "curanderos".

Los primeros son los que achacan la crisis española a lo ocurrido en el exterior. Él mismo ha enumerado los factores, en este orden: pandemia, estrangulamiento de las cadenas de suministro, ahorro embalsado por las restricciones sanitarias e imposibilidad de atender a la resurrección de la demanda tras la Covid, que ha calentado más aún los precios. Luego están los "curanderos", que son los encargados de airear mensajes "interesados" sobre lo que está ocurriendo, basados en "prejuicios ideológicos" y "propagados desde altavoces mediáticos".

El efecto de algunas ayudas será similar al del 'cheque bebé' universal de Zapatero, otro falso médico que llevó a España al abismo financiero con sus recetas de curandero

Para Sánchez, básicamente, un "curandero" es cualquier experto, analista, político, economista, periodista o ciudadano medianamente crítico, que diagnostique otras causas de la crisis y posibles remedios para atajarla. En este grupo tendrían cabida desde el Banco de España a los principales servicios de estudios económicos, que critican la indexación del IPC a las pensiones, que recomiendan bajar el IRPF a las rentas menos pudientes, que abogan por medidas 'ad hoc' para colectivos empresariales muy afectados -miles de autónomos o las pymes- o piden un recorte de gasto superfluo para evitar que el Estado se endeude más de lo mucho que ya está.

La coraza ideológica, la cerrazón política a la hora de asumir errores o plantearse alguna concesión al PP, ha llevado a Sánchez a presentarse ante los españoles como "médico especialista" y no como el "curandero" que siempre ha sido. El enésimo plan de choque presentado ayer encierra demasiadas medias verdades.

Pedro Sánchez, Nadia Calviño, Yolanda Díaz y Teresa Ribera
Las vicepresidentas económicas Nadia Calviño, Yolanda Díaz y Teresa Ribera aplauden a Pedro Sánchez tras intervenir en el Debate del Estado de la Nación.EP

De entrada, la mayor novedad surgida durante el Debate del Estado de la Nación -el nuevo impuesto a la banca- se basa en una hipótesis falsa, o al menos poco factible. No es cierto que las entidades financieras vayan a forrarse con las subidas de tipos de interés que se avecinan. La banca cometió errores en su día y algunos banqueros se enriquecieron con prácticas moralmente poco aceptables, cuando no ilegales. Pero las circunstancias actuales son otras. Por eso es tan discutible que Sánchez coloque ahora al sector nuevamente en la diana, arrastrando de paso a los pequeños accionistas en la Bolsa.

Tampoco es cierto que España vaya a acabar el año con un nivel medio de inflación como el que ha 'vendido' Sánchez. El presidente del Gobierno ha presentado un dato tan desactualizado y desinflado, del 6,5%. La cifra, cuya fuente de procedencia es desconocida, se aproxima a la media del 6,9% que aporta el último Panel de Funcas. Pero este indicador fue elaborado en mayo, cuando casi todos los servicios de estudios que participan en la estadística pronosticaban aún un descenso de los precios a medida que avanzara el año.

Para Sánchez, básicamente, un "curandero" es cualquier analista, político, economista o ciudadano medianamente crítico, que diagnostique otras causas de la crisis y posibles remedios para atajarla

Los "médicos especialistas", los de verdad, auguran ya una inflación muy por encima del 7% y algunos tan poco sospechosos de ser partidistas como la AIReF hablan ya del 9%. Un dato del que Sánchez huye, porque suena demasiado a verdad, como algunos indicadores del INE, un organismo independiente agredido -su presidente acaba de dimitir- por las injerencias políticas. El IPC es el mejor y más reciente ejemplo: cerró en junio en el 10,2%, cruzando la barrera del doble dígito. En estas circunstancias, mal que le pase al presidente y en contra de lo que ha dado a entender en el Debate, sólo están ocho países de la Eurozona. Economías vecinas como la francesa, la portuguesa o incluso la italiana siguen por debajo del 10%, según Eurostat.

Algunas de las medidas anunciadas este martes -bonificación al transporte público o complemento de las becas universitarias- darán un desahogo mínimo y momentáneo a las familias más vulnerables. El efecto será idéntico a la ayuda para pagar los carburantes, a la que tiene también derecho Florentino Pérez y otras rentas elevadas que pueden pagarse -con o sin bonificación- unas vacaciones. Es lo mismo que ocurrió en su día con el 'cheque bebé' universal de Zapatero, otro falso médico que llevó a España al abismo financiero con sus recetas de curandero.

Apoya TU periodismo independiente y crítico

Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación
Salir de ver en versión AMP