Podemos no dará el visto bueno a los impuestos a la banca y energéticas hasta que pueda leer las propuestas en profundidad. No tiene claro que vayan a ser impuestos nuevos y que no vaya a haber letra pequeña que mitigue su efecto y permita a las empresas sortearlos. Así lo trasladan fuentes de la formación morada, que transmiten que Podemos no ha tenido acceso a la proposición de ley que crea el impuesto a las energéticas. Mucho menos en lo que respecta al impuesto a la banca, que el Ministerio de Hacienda conoció poco antes de que Pedro Sánchez lo anunciara este martes en el Debate sobre el Estado de la Nación.
El presidente del Gobierno anunció el 25 de junio que la proposición de ley que crea el impuesto a las energéticas sería presentada "en las próximas semanas como Proposición de Ley por los dos partidos de la coalición". Los morados estaban deseando que los socialistas les convocaran con este fin y plantean que "las próximas semanas" se están extendiendo mucho.
Y es que a esta proposición se ha sumado ahora el impuesto a la banca, del que el Gobierno ha dado muy pocos detalles y que ha cogido a la Dirección General de Tributos, el brazo legislativo de Hacienda, dando los últimos toques al impuesto a las energéticas.
Desde Hacienda planteaban el martes que el impuesto a la banca podría ir en otra proposición de ley para trasladar más tarde, cuando hasta la propia Yolanda Díaz señaló en un receso del Debate que el impuesto a la banca está mucho menos maduro, que pueden ir los dos impuestos en una sola proposición.
¿Qué quiere comprobar Podemos? Que se trate de impuestos nuevos, no recargos en Sociedades. Aunque en el pasado han pedido recargos en Sociedades, son conscientes de que con esta fórmula caben mayores deducibilidades y que en el caso de la banca sería incluso beneficioso que se le subiera el tipo porque le permitiría compensar más créditos fiscales.
Con un nuevo impuesto se evita este extremo en lo que atañe a la banca. Pero cabe recordar que todos los impuestos pueden a su vez deducirse en Sociedades, por lo que, como avanzaba Vozpópuli, el impuesto a las energéticas que se prepara impidirá su deducibilidad en Sociedades y cabe suponer que el de la banca hará lo propio.
En este sentido se ha pronunciado el martes el secretario general de CCOO, Unai Sordo, quien parece el muñidor de la idea del impuesto a la banca, que reclamó la semana pasada. "En general, compartimos las medidas, pero hay que ver su concreción porque sabemos que las medidas fiscales dependen mucho de cómo se reglamenten para que tengan un efecto recaudatorio u otro y no se queden en agua de borrajas".
La creación de un impuesto a la banca es una vieja reivindicación de Podemos que el PSOE rechazaba en la primera legislatura de Pedro Sánchez, que los propios morados no planteaban desde hace tiempo.
Mecanismo para que no se repercuta
El segundo caballo de batalla con el que deben lidiar los impuestos es su repercusión a los consumidores. Para evitar repercusiones en el precio final de los productos energéticos, se prevé hacer un seguimiento para que las empresas notifiquen a la CNMC el precio promedio de compra, venta y producción de electricidad, gas y productos petrolíferos correspondientes al mes anterior, según adelantó Vozpópuli el martes 12 de julio. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha explicado que la regulación de los nuevos impuestos extraordinarios para la banca y las energéticas incluirá la prohibición expresa de repercutir el gravamen a los precios finales o el coste de los servicios.
"En la norma tenemos contemplado que se va a prohibir la repercusión del gravamen al precio final y se le va a dotar a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) de todas las funciones para que vigile y aplique sanciones si alguna empresa se separa de la legalidad", ha afirmado Montero en la Cadena Ser.
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