España

La debilidad de Pedro Sánchez tras el batacazo en Galicia pone al PSOE crítico en ebullición contra él

El revolcón de la candidata de Ferraz en las primarias extremeñas a manos del nuevo secretario general lanza señal de fin de ciclo, a la espera de Castilla y León, Madrid, Aragón y Andalucía

A perro flaco todo son pulgas, sentencia el refranero. Eso parece lo más aplicable a la situación que empieza a vivir Pedro Sánchez después de siete años de poder omnímodo en el PSOE, coincidiendo, sobre todo, con el descalabro electoral en Galicia, que ha desatado la alarma de fin de ciclo, y con el estallido del caso Koldo y el shock interno por la marcha al Grupo Mixto del exministro de Fomento y todopoderoso ex secretario de Organización, José Luis Ábalos.

La señal más clara ha sido la derrota este sábado en las primarias de Extremadura de Lara Garlito, la candidata apadrinada por Sánchez y la Dirección Federal para sustituir al todavía secretario general y ex presidente regional, Guillermo Fernández Vara. Garlito perdió frente al presidente de la Diputación de Badajoz y nuevo secretario general del PSOE extremeño, Miguel Ángel Gallardo, por un inapelable 59% del voto de los 9.500 militantes llamados a las urnas frente a sólo 41% de la candidata oficialista.

No es que desde 2017 no haya habido movimientos orgánicos en el partido, los ha habido, pero sometidos siempre al dictado de La Moncloa y la sede federal en la calle Ferraz. La novedad es que esta contestación soterrada viene a coincidir con el momento de mayor debilidad de Sánchez: sin presupuestos generales todavía, con la Ley de Amnistía como único balón de oxígeno y tras haber confirmado que quiere “renovar liderazgos” en los territorios tras las elecciones europeas del 9 de junio, para doblar el pulso a sus críticos.

Hasta lo ocurrido en Extremadura en la noche de este sábado, el conato de contestación más conocido, la sucesión de Ximo Puig al frente de la federación valenciana, el PSPV, se saldó antes del desastre gallego como quería el presidente: con la elección sin rival -y sin primarias- de la ministra de Ciencia, Diana Morant; no obstante, le costó grandes esfuerzos porque quienes iban a ser rivales de Morant, los secretarios generales de Valencia, Carlos Fernández Bielsa, y Alicante, Alejandro Soler, se resistieron a retirar sus candidaturas hasta el último momento.

A lo ocurrido en la federación valenciana se unen conflictos en Aragón y Castilla y León, y la revelación de que Santos Cerdán, comió con los alcaldes de Getafe, Sara Hernández, y Fuenlabrada, Francisco Javier Ayala, para mandar un recado al secretario general del PSM, Juan Lobato, de que están dispuestos a moverle la silla en el próximo congreso madrileño.

Fernández Bielsa y Soler se retiraron de las primarias valencianas solo después de que el hoy hombre fuerte del partido, el secretario de Organización, Santos Cerdán, les presionará por tierra, mar y aire, llegando a citarles en Ferraz para que renunciaran a competir; según alguna de las fuentes consultadas por Vozpópuli, incluso llegó a amenazarles con imponer gestoras en ambas provincias y apearles del poder si se negaban. Algo que se desmiente desde la Dirección Federal.

Todo para impedir una eventual derrota de la ministra Morant en primarias, porque hubiese sido interpretada como una derrota de Pedro Sánchez en la segunda federación más importante después de Andalucía; Algo que el presidente del Gobierno no podía permitirse sin riesgo de contagio a otras federaciones pendientes de la renovación de los liderazgos que pretende.

Comida con Cerdán sin Lobato

A este episodio ocurrido en la segunda federación se han unido en tan solo dos semanas el conflicto en Castilla y León entre su secretario general, Luis Tudanca, y el partido en León provincia, y la revelación de que Santos Cerdán, comió recientemente, con los alcaldes madrileños de Getafe, Sara Hernández, y Fuenlabrada, Francisco Javier Ayala, para mandar un recado al actual secretario general del PSM, Juan Lobato, van a moverle la silla como siga yendo por libre contra la Ejecutiva Federal.

El movimiento en Madrid contra Lobato está claramente patrocinado en la sombra por un Sánchez a quien no le han gustado nada ni el desmarque y dudas del líder del PSM contra la Ley de Amnistía, ni su propuesta de que el PSOE “reflexione” sobre por qué el PSDeG se ha hundido más en la tercera plaza, muy por detrás del BNG y a distancia sideral del PP, cuando la orden es cerrar filas y tirar para adelante.

Las palabras de Sánchez ante la Ejecutiva al día siguiente del descalabro gallego, llamando a la “renovación de liderazgos”, fueron interpretadas no contra el perdedor, Besteiro, sino como un aviso a navegantes a Lobato y Tudanca, que no parecen dispuestos a ceder el testigo en Madrid y Castilla y León “sin dar la batalla”, asegura a este periódico una fuente territorial.

Las palabras de Sánchez a puerta cerrada ante la Ejecutiva al día siguiente del descalabro gallego llamando a la “renovación de liderazgos” fueron interpretadas no contra el perdedor de los comicios, José Ramón Gómez Besteiro, a quien el propio Sánchez ungió como candidato apenas tres meses ante de los comicios y sin apenas posibilidades de competir, sino como un aviso a navegantes a Tudanca y Lobato, que no parecen dispuestos a ceder el testigo “sin dar la batalla”, asegura a este periódico una fuente territorial.

De hecho, en Castilla y León a nadie le ha pasado desapercibido que el aunque el motivo oficial del conflicto entre la Ejecutiva del PSOE leonés y Tudanca es su decisión de prescindir en la dirección del Grupo Socialista en las Cortes de la procuradora y secretaria de Organización leonesa, Nuria Rubio, el trasfondo es el pulso que le está echando Ferraz a Tudanca por persona interpuesta, el secretario general leonés, Javier Alfonso Cendón, que se apresuró a lanzar un comunicado de rechazo inusual por su dureza contra la autoridad orgánica.

‘Mensaje’ de Tudanca a Sánchez

Cendón cuenta con el respaldo de Santos Cerdán y, se supone, del propio Pedro Sánchez, desde que en las pasadas elecciones generales apostaron por él como número uno al Congreso y dejaron en la estacada a la hasta entonces secretaria de Igualdad de la Ejecutiva Federal, Andrea Fernández, que fue de número dos y se quedó sin escaño.

En definitiva, con el relevo de Nuria Rubio, el antiguo sanchista Tudanca está mandando un mensaje a Ferraz de que habrá confrontación si pretenden desalojarle después de haber ganado para el PSOE las elecciones autonómicas de 2019, por vez primera en treinta años, para ser sustituido por el hoy ministro de Fomento y exalcalde de Valladolid, Óscar Puente, como se especula en ambientes del partido en Castilla y León.

“Lo que ocurre -resume a Vozpópuli una fuente territorial conocedora de los movimientos internos- es que tanto Lobato como Tudanca se han dado cuenta e que van a por ellos y están dispuestos a dar batalla; por eso Lobato dice lo que dice y Tudanca ha sacado a Nuria Rubio de la dirección del Grupo Socialista en las Cortes”.

“La última misión de Lambán es impedir que Ferraz imponga a su sucesor o sucesora, defendiendo la autonomía del partido en Aragón, y en esa batalla Sánchez no lo tendrá fácil y menos aún si entra en fase declinante, como parece”, avisan fuentes del PSA en alusión al posible intento de imponer a la ministra de Educación, Pilar Alegría

Con ser importantes las guerras en Madrid y Castilla y León, el plato fuerte a medio plazo es la sucesión del expresidente aragonés, el muy crítico con Sánchez Javier Lambán, que está dispuesto a dar batalla para que su sucesora no sea una Pilar Alegría, ministra de Educación y Portavoz del Gobierno, impuesta desde La Moncloa sin primarias y sin debate en la federación.

Esta semana la dirección del PSOE en Huesca, muy alineada con Ferraz, pidió formalmente el relevo de Lambán, pese a lo cual él no está dispuesto a dar su brazo a torcer: “La última misión de Lambán es impedir que Ferraz imponga a su sucesor o sucesora, defender la autonomía del partido en Aragón;y en esa batalla Sánchez no lo tendrá fácil y menos aún si entra en fase declinante, como parece”, avisan fuentes del PSA en alusión al intento de imponerles a la ministra Alegría.

Al fondo de toda esta pelea orgánica en el PSOE queda la gran decisión: qué hacer en Andalucía con el liderazgo declinante del hoy portavoz del Grupo Socialista en el Senado, Juan Espadas. Aún ocupa la Secretaría General de la federación más importante -40.000 militantes-, pero empieza a haber impaciencia en el aparato por un proyecto que no tira en las últimas encuestas; y ya hay quien exige que la vicesecretaria general del partido y vicepresidenta, María Jesús Montero, continuamente de viaje por esa comunidad para disputar la foto al presidente de la Junta, el popular Juan Manuel Moreno Bonilla, sea la sucesora de Espadas al frente del PSOE-A.

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